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Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

¿Bombardeó Gernika el Gobierno español?

Matheo Olozaga de Martínez

El 26 de abril se cumplirán 80 años del bombardeo de terror, llevado a cabo por aviones y aviadores alemanes e italianos encuadrados en la Legión Cóndor, que destruyó el centro urbano de Guernica dejando intactas tanto la Casa de Juntas y el Árbol como la zona industrial.

La pronta acción de denuncia internacional de la agresión perpetrada por los militares golpistas contra la indefensa población civil, llevada a cabo por parte del Gobierno español, del Gobierno vasco, del periodista George L. Steer y otros corresponsales extranjeros, así como el impacto causado por el cuadro “Guernica” de Picasso, convirtieron un ominoso crimen en un grito contra la barbarie y a la Villa de Gernika en un símbolo del horror fascista.

Hoy queda fuera de toda duda histórica que tanto la Legión Cóndor como la Aviazione Legionaria enviadas por la Alemania nazi de Hitler y por la Italia fascista de Mussolini en apoyo de los militares golpistas alzados en armas contra el Gobierno legítimo de la República, carecían de autonomía de decisión a la hora de llevar a cabo bombardeos estratégicos y que todos ellos debían ser autorizados personalmente por el General Franco en el marco de la jefatura suprema que éste ejercía para esas fechas entre las tropas rebeldes.

Con motivo de este aniversario, el Grupo del PNV en el Senado español presentó a finales del pasado mes de enero una moción en la que reclamaba a la Cámara Alta que exigiese al Gobierno español el reconocimiento de la responsabilidad del Estado en el bombardeo de Gernika cometido el 26 de abril de 1937 dado que esta conmemoración es un momento “adecuado” para que el Gobierno “asuma esa parte de responsabilidad histórica que le corresponde”

Pocos días más tarde, a mediados de febrero, la eurodiputada Izaskun Bilbao del PNV, acompañada esta vez por una comparsa compuesta de eurodiputados de EH Bildu, ERC, PdeCat y Podemos, denunciaba ante la Comisión Europea “la negativa del Gobierno español a pedir perdón por el bombardeo de Gernika”. La propuesta recordaba que el 8 de febrero el Partido Popular rechazó en el Senado español una iniciativa del PNV que apostaba “por aprovechar el 80 aniversario del bombardeo para que el Gobierno español pida perdón a la población civil asesinada y reconozca su responsabilidad en estos hechos”.

Pero ¿es esto cierto?¿bombardeó Guernica el Gobierno español fuese del signo que fuese?. Pues no, es falso de toda falsedad y es sorprendente que así se reclame por parte del PNV que debiera conocer muy bien y de primera mano lo que realmente aconteció aquellos días. Del resto de acólitos, mejor no hablar. ¡Qué nivel, señor!.

Efectivamente, en abril de 1937, el Gobierno español legalmente constituido y en legítimo ejercicio era el del Gabinete presidido por el líder socialista de UGT Francisco Largo Caballero. Este Gobierno se había constituido en septiembre de 1936 tras la dimisión del Gobierno de José Giral formado sólo por republicanos de izquierda. Ante el avance de los militares sublevados, José Giral presentó su dimisión al presidente de la República Manuel Azaña, para que le pudiera sustituir un Gobierno que representara “a todos y cada uno de los partidos políticos y organizaciones sindicales y obreras de reconocida influencia en la masa del pueblo español”.

Así se hizo y tras su dimisión el 3 de septiembre de 1936 se formó el Gobierno Largo Caballero con cinco ministros socialistas, cuatro republicanos, dos comunistas, uno de Esquerra Republicana de Cataluña y ¡oh sorpresa! un ministro del PNV, Manuel de Irujo. Posteriormente, el 4 de noviembre de 1936, se completó este Gobierno con cuatro ministros de la CNT, con lo que la “unidad antifascista” fue ya así un hecho. Con una excepción, la ausencia de los comunistas antiestalinistas del POUM cuya presencia en el Gabinete fue vetada por el PCE.

Este Gobierno estuvo en ejercicio hasta el 17 de mayo de 1937 fecha en la que dimite el Presidente Largo Caballero como consecuencia de la crisis provocada, entre otros hechos, por los “sucesos de mayo” de Barcelona en los que se enfrentaron la CNT y el POUM por un lado y los comunistas por otro.

Por lo tanto, en el momento de producirse el bombardeo de Guernica, el único Gobierno español legalmente constituido que gobernaba en España era el Gobierno republicano de unidad de prácticamente todos los partidos no fascistas existentes en aquel momento en España, presidido por el socialista Largo Caballero y que contaba con la presencia del miembro del PNV Manuel de Irujo en calidad de Ministro sin cartera, es decir de Ministro eminentemente político.

¿Cómo puede entonces el PNV exigir al Gobierno español que pida perdón por un acto de barbarie que no solo no cometió, sino del que fue el principal afectado institucional como legítimo representante de todos los españoles incluidos los guerniqueses y resto de personas que se encontraban ese día en la Villa y que perecieron bajo las bombas asesinas del fascio internacional?. ¿Cómo puede el actual PNV ofender de esta manera la memoria de uno de sus dirigentes históricos más apreciado y respetado?.

Oliéndose algo de esto y como, mientras no se demuestre lo contrario, el senador del PNV Jokin Bildarratz tonto no es, pretendió ponerse la venda antes de la herida cuando descalificó, durante el debate de su moción, el que alguien pudiese argumentar que Francisco Franco
 no representaba al Gobierno 
legítimo, el de la República, cuando ordenó la destrucción de la localidad vasca, por lo que los actuales Ejecutivos no son sus sucesores. Pero astuto él, argumentó que “Franco lo hizo en nombre de un gobierno” y que el dictador fue además el Jefe del Estado durante cuarenta años.

Glorioso. Ochenta años más tarde el PNV reconoce legitimidad y legalidad al Gobierno rebelde de Franco. Según el PNV estaríamos por lo tanto ante un Estado con dos Gobiernos legales y legítimos, uno de los cuales habría adquirido esa condición fruto de una sublevación, de un golpe de Estado, que ni tan siquiera había triunfado en aquel momento. Y además las acciones de cualquiera de ellos serían acciones realizadas por el Gobierno español. ¡Y un jamón!.

Pero es que, a más a más, para dotar de la máxima autoridad a su indigna exigencia, el senador Bildarratz indicó que Alemania ya reconoció la implicación de la Legión Cóndor en los hechos y la responsabilidad subsidiaria del Estado alemán, tanto a través de su presidente, Roman Herzog, en 1997, como con una declaración unánime del conjunto del parlamento alemán, un año después. Por ello, señaló durante el debate que el Estado español debería “asumir esa parte de responsabilidad histórica que le corresponde” por “los actos que se cometieron en su nombre o haciendo uso de su representación”.

Pero el PNV sabe que esto no es así. Miente consciente, deliberada y sutilmente. Vayamos por partes.

Alemania reconoció la implicación de la Legión cóndor y la responsabilidad subsidiaria del Estado alemán porque, aunque los actuales Gobiernos democráticos alemanes no tienen nada que ver sino todo lo contrario con el Gobierno nazi que bombardeó Guernica en 1937, existe un tracto jurídico entre el Estado alemán regido por un Gobierno nazi totalitario presidido por Hitler entre 1933-1945 y el Estado alemán de postguerra regido por Gobiernos democráticos presididos por democristianos como Adenauer, Erhard, Kiesinger, Khol y Merkel o por socialdemócratas como Brandt, Schmidt y Schröder.

Pero en Abril de 1937 en España solo había un Estado que había adoptado la forma de una República mediante una Constitución aprobada el 9 de diciembre de 1931 por las Cortes Constituyentes formadas tras las elecciones democráticas celebradas el 28 de junio de 1931, y los golpistas no eran sino sublevados asediando el Estado republicano con la intención de destruirlo, cosa que finalmente lograron. La Constitución republicana estuvo vigente por lo menos hasta el final de la guerra civil en 1939 aunque el exilio republicano siguió reconociendo su vigencia de iure hasta que en 1977, con el proceso político de la transición se aprobó en referéndum de todos los españoles una nueva Constitución democrática, el 6 de diciembre de 1978. Ese es el tracto de iure en el Estado Español desde 1931 hasta 1978.

Alguien podía alegar no sin razones de peso que la Constitución republicana de 1931 decayó de facto tras la derrota de la España constitucional republicana en 1939. Otros podrían alegar que, si bien un acto de violencia como el golpe de estado de 1936 no debería causar derecho por el mero hecho de su triunfo, no obstante, la admisión de España en la ONU el 14 de diciembre de 1955 suponía el reconocimiento de hecho a partir de esa fecha del Gobierno franquista como único representante a todos los efectos internacionales del Estado español. La descolonización de Guinea Ecuatorial en 1968 y el ignominioso abandono del Sahara Occidental en 1975 fueron actos con pleno reconocimiento jurídico internacional realizados por el Gobierno ilegítimo en su origen del General Franco.

Por lo tanto, pueden existir dudas sobre si el tracto jurídico en España entre el Estado republicano de 1931 y el Estado franquista se produjo si no de iure si de facto el 1 de abril de 1939, el 14 de diciembre de 1955 o no llegó a producirse nunca hasta la llegada de la democracia en 1977 y la aprobación de la Constitución vigente el 6 de diciembre de 1978. Pero lo que nunca nadie ni en España ni fuera de ella, ni por parte de demócratas ni de facciosos, como digo, nunca nadie reconocerá que en la España del 26 de abril de 1937, día en que Guernica fue arrasada, el Gobierno golpista del “Generalísimo” Franco representaba al Estado español. Y que por tanto los actos realizados o perpetrados por ese Gobierno de sublevados golpistas eran actos realizados por el Estado español a todos los efectos jurídicos y de cuyas consecuencias debiera hacerse responsable en el futuro el Estado español fuese cual fuese la forma que adoptase o fuese cual fuese el Gobierno que lo dirigiese.

De hecho y abundando en esta realidad histórica el reconocimiento internacional de la España franquista sufrió un tortuoso calvario para el Régimen lo que sin duda redundó en más sufrimiento para los españolitos de a pie. El 9 de febrero de 1946 la Asamblea General de la ONU prohibía la entrada de España a la organización alegando que el Ejecutivo español, “habiendo sido fundado con el apoyo de las Potencias del Eje, no posee en vista de sus orígenes, su naturaleza, su historial y su íntima asociación con los Estados agresores, las condiciones necesarias que justifiquen su admisión”. El 12 de diciembre de ese año se fue más lejos y se decía que el Régimen había sido “impuesto por la fuerza al pueblo español” por lo que “no representa al pueblo español”. Y la ONU aconsejaba a todos sus miembros que retiraran a sus representantes y embajadores de España hasta que no hubiera cambios significativos en el país, para lo que se daba el plazo de un año.

A más a más, las vicisitudes por las que atravesó el “Guernica” de Picasso desde su depósito en el MOMA de Nueva York en 1939 hasta su devolución a la España democrática el 9 de septiembre de 1981 ponen de manifiesto el no reconocimiento de esta institución museística de la existencia de tracto jurídico alguno entre la España republicana y la España franquista ni en 1939, ni en 1955, y solo reconoció ese tracto jurídico tras la consolidación del proceso democrático en España y en ningún caso desde luego en abril de 1937, el día que se produjo el bombardeo de la Villa foral.

Resumiendo, alguien puede dudar sobre cuando la España franquista pasó a representar de facto al Estado español. Pero lo que nadie en el mundo admitirá nunca es que los militares sublevados el 18 de julio de 1936 representaban al Estado español cuando bombardearon Guernica el 26 de abril de 1937. Nadie, excepto el PNV de 2017. Y quizás el PNV de los primeros días que siguieron al 18 de julio de 1936 en los que las dudas sobre de qué lado decantarse les asaltaron a muchos jeltzales de todas las provincias y en los que destacados jeltzales de Álava y Navarra realizaron sonoras proclamas de apoyo a los sublevados y algunos renunciaron públicamente al nacionalismo y se unieron a los golpistas. Los hechos y los nombres están en los libros de historia.

Por cierto un par de breves apuntes a propósito del “Guernica”. El cuadro fue un encargo del Gobierno español republicano para la Exposición Internacional de París de 1937 y aunque fue una donación del pintor Pablo Picasso, Max Aub, a la sazón agregado cultural y de propaganda en la Embajada española en París, logró convencerle para que aceptara un cheque por 150.000 francos franceses con los que resarcirse de los gastos ocasionados por la realización de la obra. Es decir, fue pagado con dinero de todos los españoles.

Por otra parte, Picasso dejó bien claro en múltiples ocasiones que el destino final del cuadro una vez recuperada “la República” en España debería ser el Museo del Prado, que dado el estado del mismo el viaje entre Nueva York y Madrid se debería realizar directamente sin exhibiciones intermedias y que una vez en el Prado no debiera prestarse nunca a nadie bajo ningún concepto, tal y como certificó en su día Willian Rubin, Director de Pintura y Escultura del Museum of Modern Art (MOMA) de Nueva York en carta del 19 de mayo de 1980 al embajador de España Rafael Quintanilla.

O sea que amigos nacionalistas dejen ahora de reclamar el cuadro, máxime cuando históricamente nunca demostraron excesivo interés por hacerse con el mismo. Además, y dado que el cuadro fue un encargo del Gobierno español, este sí Gobierno de verdad, a un pintor español, para el pabellón español de París de 1937 y pagado con dinero de todos los españoles; por favor tengan un poco más de decoro y por lo menos no reclamen algo que pertenece a alguien que en el mejor de los casos les suscita indiferencia y en el peor rechazo, odio y deprecio.

En conclusión, si el Gobierno español nunca bombardeó Guernica y nunca hubo en abril de 1937 tracto jurídico ni de iure ni de facto entre unos facciosos rebeldes y sublevados que no se representaban más que a sí mismos y el Estado español en cualquiera de sus formas ¿por qué insiste el PNV en intentar que el actual Gobierno español pida perdón en nombre del Estado español por unos hechos como el salvaje bombardeo de Guernica que bajo ningún concepto puede atribuirse al Estado español como ha quedado fehacientemente demostrado en el presente artículo?.

Las respuestas son múltiples y variadas, pero todas ellas tienen que ver con el origen, la ideología y el desarrollo histórico y político del nacionalismo vasco.

En efecto, aunque en su devenir histórico el péndulo patriótico del PNV se encuentre en este momento en un punto cercano a su máxima moderación, el Partido Nacionalista Vasco ha sido y sigue siendo un partido radical, un partido muy radical al que si se le presenta la ocasión propicia no le va a importar escindir la sociedad vasca y dejar, en el mejor de los casos, de inquilinos en su propio país a la mitad de los vascos.

En todo caso el PNV es desde su origen, y de ello ha impregnado a todo el nacionalismo tanto al suyo como al asesino, un partido racista (particularismo genético, Rh-), esencialista étnico (ocho apellidos vascos), esencialista lingüístico (euskera über alles), xenófobo (maketos, coreanos, manchurrianos), con una fuerte identidad comunitaria forjada en mitos propios (superioridad racial y moral, supremacistas vascos) pero también en la construcción de un enemigo exterior personificación de todos los males: España y lo español (aceptación renuente y si se puede rechazo a los símbolos nacionales españoles; desvalorización de todo lo español; minusvaloración de los logros económicos o éxitos deportivos españoles; desespañolización estratégica de las provincias vascas peninsulares; eliminación paulatina de la presencia del Gobierno español en Euskadi ya sean trenes, pensiones, puertos, aeropuertos, que se vayan, etc…; realización de obras con cargo a descuento de cupo pero que no aparezca el Gobierno español para nada, etc…).

En esta estrategia cobra particular relevancia la moción sobre el bombardeo de Guernica en el Senado español y la denuncia de la eurodiputada solitaria y su comparsa de odiadores profesionales de todo lo español y de tontoelculos de la extrema izquierda española reaccionaria, acomplejada e ignorante. El objetivo no es otro que seguir construyendo patria sobre la base de culpar al Gobierno y al Estado españoles de todo lo malo que ha ocurrido, ocurre y ocurrirá en este país, con el objetivo de conservar y aumentar en su caso la hegemonía política e ideológica que han alcanzado en el seno de la sociedad vasca y que traspasa las fronteras del PNV para encarnarse también en el nacionalismo asesino, en la izquierda reaccionaria y en ocasiones en el propio PSE-EE.

A este respecto pueden leer la intervención del senador socialista que intervino en el debate apoyando la moción defendida por el Sr. Jokin Bildarratz a propósito del bombardeo de Guernica y que ha sido objeto de este artículo. Realmente descorazonador.

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