No son 69

Es un gran resultado electoral para una fuerza nueva que se estrena en unas generales. Pero no son 69. Ni 68, ni 67, ni 66, ni…algo que se le aproxime.

Es decir, no hay un partido llamado Podemos que haya sacado 69 escaños o curules, denominación que utilizaremos indistintamente dada la querencia venezolana del personal. Porque estos escaños, camuflados hasta la fecha bajo el ala de Podemos, pertenecen a un partido político que atiende a esa denominación y a tres conglomerados electorales formados por otras fuerzas o agrupaciones políticas y Podemos. Y además por este orden, no al revés. No son coaliciones lideradas por Podemos sino coaliciones en las que Podemos, en el mejor de los casos, es un Partido más o coaliciones en las que gente de Podemos va incrustada de manera subsidiaria y marginal como en Cataluña.

Así las cosas, los diputados y las diputadas elegidas en las listas de Podemos propiamente dicho suman 42 curules. No son pocos, pero el partido reconocido por casi todos como el “gran triunfador” de las elecciones suma “solo” 42 escaños. Es curioso porque a su compañero de emergencias con 40 escaños se le ha considerado un fracasado en el bando de los perdedores. Habilidades de ilusionista que tienen algunos.

Es verdad que son 42 escaños con algunos matices, ya que estos curules los ha obtenido Podemos versión original (V.O.), pero Podemos además, como ya hemos comentado, ha participado en otras confluencias territoriales con nacionalistas extremosos, extrema izquierda nacionalista (?), comunistas, neocomunistas, ecologistas y otros comunitaristas varios.

Concretamente junto a Podemos-Podemos, este partido se ha presentado en Cataluña dentro de la coalición En Comú Podem, en la Comunidad Valenciana como Compromís Podemos y en Galicia como coalición En Marea. En estas tres Comunidades Autónomas estas coaliciones han sacado 12, 9 y 6 escaños respectivamente, es decir 27 curules que sumados a los 42 de Podemos V.O. dan la cifra de 69.

¿Pueden considerarse de Podemos estos 27 diputados y diputadas?. Difícilmente. Orgánicamente, en principio, solo 8 de los 27 serían de Podemos. Dos de doce en Cataluña, cuatro de nueve en la Comunidad Valenciana y dos de seis en Galicia. Esto nos daría 42 escaños en principio de obediencia Podemos -aunque en las listas exclusivas de esta formación también hay miembros de otros partidos como Equo e independientes- y 8 afiliados a Podemos elegidos dentro de las coaliciones catalana, valenciana y gallega.

Así las cosas, suponiendo que no se tengan que volver a repetir las elecciones cosa nada improbable visto lo visto, en una legislatura que se avecina corta, complicada o las dos cosas a la vez, ¿va a contar Podemos con 69 votos en el Congreso de los Diputados?. Es posible y seguramente más probable que el insólito empate a 1.515 votos de la CUP pero en todo caso está lejos de constituir una certeza.

En Cataluña, la coalición electoral En Comú Podem que ha prohijado a Podemos está liderada por la Barcelona en Comú de Ada Colau que ha adoptado además a ICV, a EUiA, Equo y a Independientes de obediencia Colau. Y de los 12 escaños obtenidos 6 están ligados a Barcelona en Comú, 2 a ICV, 2 a EUiA y solo 2 pertenecen a Podemos. Los dos elegidos en la lista por Barcelona en la que el primero de Podemos va en quinto lugar, lo que da una idea de lo que pintan en la candidatura. O sea como Maximino en Haro.

Además, el acuerdo preelectoral impuesto por la Sra. Colau en Cataluña obliga a la coalición En Comú Podem a constituir grupo parlamentario propio en caso de ser reglamentariamente posible, cosa que sí lo es, con un carácter autónomo respecto al que constituya Pablo Iglesias y bajo la denominación en principio de En Comú Podem o Catalunya en Comú. El portavoz del grupo será el cabeza de lista por Barcelona Xavier Domènech.

¿Votará este grupo parlamentario junto a Podemos siempre en el próximo Congreso de los Diputados?. Es dudoso. Por de pronto entre el portavoz de Catalunya en Comú, Xavier Domènech, y el portavoz de Podemos, Pablo Iglesias, hay una diferencia política en principio insalvable, pues aunque ambos coinciden en la reivindicación del derecho a decidir entendido como referéndum de autodeterminación para que los catalanes en solitario decidan sobre la secesión de Cataluña, el Sr. Domènech se vanagloria de haber votado sí a la independencia en la parodia de consulta llevada a cabo el 9 de noviembre de 2014 mientras que el Sr. Iglesias ha jurado por activa y por pasiva que el votaría que no a la independencia de Cataluña en ese hipotético referéndum.

Con esta fragilidad de partida en cuestión tan inflamable ¿es capaz Podemos de asegurar que la agenda, los ritmos y los intereses de la actual alcaldesa de Barcelona van a coincidir en todos los temas y en todo momento con los suyos?. No puede asegurarlo y no debe hacerlo. Por lo tanto no debe arrogarse una representación que no le corresponde y que queda fuera del ámbito de la obediencia política de Podemos. Es más, es discutible y está por ver en este momento si los miembros de Podemos incrustados en quinto y sexto lugar en la lista de Colau por Barcelona votarían en caso de discrepancia junto a sus correligionarios de Podemos-Podemos o votarían con el resto de sus compañeros de grupo parlamentario junto a Xavier Domènech. El tiempo, sabio dilucidador de especulaciones de todo tipo, lo dirá.

Cosas parecidas ocurrirán posiblemente con los grupos parlamentarios que se formarán con igual autonomía a partir de las coaliciones valenciana y gallega en las que los portavoces no pertenecerán a Podemos sino a Compromís en el caso de los valencianos y a Anova, es decir al antiguo BNG, en el caso de los gallegos.

Por lo tanto, de 69, nada de nada. ¿Cincuenta?, está por ver. Mejor lo dejamos en 42 y eso con algunos reparos como hemos señalado. Entonces, ¿cómo es posible que la totalidad de los medios de comunicación asignen al partido morado la totalidad de esos 69 escaños o que el Partido Socialista se dejé avasallar por un prestidigitador que hasta ahora solo ha demostrado que lo único que añora es merendárselo a partir de unos curules que en puridad no controla y que posiblemente a partir de ahora va a enseñar y esconder como en el mejor espectáculo de trile de la calle Sierpes?.

El PSOE debe desde ya abandonar su perplejidad, superar su parálisis y empezar a tratar a Podemos por sus 42 escaños reales y ninguno de los virtuales, presentando en el parlamento y a la sociedad propuestas que le obliguen a definirse. Si Podemos quiere sacar pecho y alardear de 69 curules deberá demostrar que realmente es capaz de contar con ellos. Pero el resto de partidos y muy particularmente el Partido Socialista no debería reconocerle a priori representatividades de las que en principio carece.

Y sería bueno además que los socialistas empezasen a interiorizar que de Podemos les separa algo más que el referéndum secesionista de Cataluña reivindicado por pura táctica partidaria desde la reducción de la democracia a votocracia. Porque en una hipotética negociación quizás pudiesen también comprobar que aunque la agenda política de ambos tenga prácticamente la misma música, la letra es posible que fuese radicalmente distinta en prácticamente todas las políticas desde la política económica hasta las sectoriales incluidas las políticas sociales donde frente a la tradición socialdemócrata de aprobar reformas para promover el empleo y erradicar la pobreza se encuentre encima de la mesa con propuestas pobristas que planteen como única solución el subvencionar a los pobres para superar las desigualdades agudizadas por la crisis.

Desde el 20 de diciembre Podemos lo único que ha demostrado es cuan alejados están sus intereses de los del conjunto de los españoles. Ya va siendo hora de que el Partido Socialista tome la iniciativa política desde la reivindicación del interés general que es el único camino para que en este país, que es más serio de lo que muchos se piensan, prosperen los legítimos intereses de un partido serio y más que centenario.