Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
El 'último cartucho' del señor Maroto
Cuando pones tu gestión política al servicio de la Troika, cuando incumples tu programa, cuando empobreces a la población a base de recortes sociales y tratas de privarles de sanidad, educación, o servicios sociales, cuando quieres sujetarte a la poltrona de cualquier modo y a sabiendas que los ciudadanos piensan sacarte de ahí sea como sea, aun te queda un arma…, los inmigrantes.
Esto es algo que tiene bien aprendido Javier Maroto, alcalde de Vitoria, que cree poder seguir perpetuándose en su cargo a costa de dividir a los gasteiztarras mediante el engaño y la demagogia, instrumentalizando la inmigración para conseguir rédito político.
Sr. Maroto, la sociedad vasca ha sido históricamente una sociedad migrante, mas ahora si cabe gracias a los recortes y medidas de su partido que están condenando a nuestros jóvenes al exilio económico, y por ende una sociedad hospitalaria, que sabe de la importancia de acoger a cualquier persona que venga a formar parte de su comunidad, desde principios como la solidaridad y la aceptación de la pluralidad. Una sociedad inteligente y bien formada, que no se deja arrastrar por la demagogia y el populismo, y sobre todo capaz y crítica.
No contento con su falso discurso xenófobo destinado a fomentar la división, la mala convivencia y el odio racial, ahora pretende pasar a la acción; proponiendo en el parlamento un paquete de medidas destinadas, presuntamente, a frenar el fraude en las ayudas sociales y en especial en la RGI, pero que tan solo conseguirán mediante medidas racistas, ampliar la odisea que ya supone para una familia inmigrante el acceso a este tipo de ayudas y colateralmente, dificultar el acceso a éstas a toda la ciudadanía en general. Propuesta que, por otro lado, sabe destinada al veto del resto de fuerzas políticas, y es por ello que pretende reforzarla con una iniciativa de recogida de firmas que no conseguirá otra cosa que generar una “problemática social” ahora inexistente, enfrentamiento y división social.
Las ciudadanas no debemos sino oponernos radicalmente a esta propuesta que el PP de Vitoria ha llevado a la Cámara vasca, por injusta, clasista y abiertamente racista. Además de instar al PP a que desista de la idea de crear crispación en la ciudadanía con su iniciativa de recogida de firmas, en lo que no es otra cosa que un desesperado movimiento de precampaña, populista y demagógico. Es de suponer que la ciudadanía vitoriana no va a avalar tal despropósito, siendo como es una sociedad plural, abierta y tolerante, sí bien debería preocuparnos que la vieja maquinaria política utilizada por la casta, vuelva una vez más a fomentar tendencias xenófobas de cara a unos comicios, utilizando la inmigración como herramienta electoral “convirtiéndola en problemática” y perpetuando el ya caduco dogma de “inmigrante igual a delincuente”.
Lo único que pretenden es de un modo u otro acabar con cualquier resquicio del estado del bienestar, mediante la manipulación y el engaño.
Por un lado, ha sido publicado que el 80% de los pagos indebidos en la RGI es por la mala gestión de Lanbide, por otro, de los aproximadamente 65.000 beneficiarios de estas ayudas, sólo un 30% son inmigrantes y menos de un 10% de países del Magreb. ¿Si hay entre ese 10% alguno que esté cobrando indebidamente? Sin duda “SI”, al igual que los habrá, y muchos, de entre el 70% de autóctonos, y por supuesto que esto habrá que controlarlo y regularlo, pero acusar generalizando a toda la población de inmigrantes magrebíes de vagos y estafadores, no demuestra sino un grave problema de islamofóbia. Problema que por otra parte, es sin duda uno de los principales motivos de que este sector de la población no consiga optar a un puesto de trabajo, independientemente de su grado de formación. Por ello habría que luchar contra este tipo de difamaciones y no reforzarlas impúdicamente como el Sr. Maroto ha hecho con sus declaraciones.
Como última reflexión. ¿Por qué no pedimos a políticos como el Sr. Maroto, que antes de acceder a cargos públicos y embolsarse 79.398€/año (más de 6000€/mes), demuestren el haber cotizado a la seguridad social en un trabajo que no sea relacionado con la administración? Si le preocupan las arcas públicas… ¿Por qué no plantea un techo salarial para los políticos que no supere 3 veces el salario mínimo (1.930€)?
Sr. Maroto, usted sí que lleva toda la vida viviendo (y muy muy bien) del dinero público, usted sí que no quiere trabajar, y lo peor, que cuando termine su nefasta gestión, siempre habrá una puerta giratoria esperando para que pueda seguir viviendo sin dar un palo al agua.
¡Y ESTO SI QUE ES LO QUE PIENSA LA CALLE, SIENDO CLAROS Y POLITICAMENTE CORRECTOS!
Fran S. Lahdou, miembro de Ahal Dugu-Podemos Immigrazioa
Cuando pones tu gestión política al servicio de la Troika, cuando incumples tu programa, cuando empobreces a la población a base de recortes sociales y tratas de privarles de sanidad, educación, o servicios sociales, cuando quieres sujetarte a la poltrona de cualquier modo y a sabiendas que los ciudadanos piensan sacarte de ahí sea como sea, aun te queda un arma…, los inmigrantes.
Esto es algo que tiene bien aprendido Javier Maroto, alcalde de Vitoria, que cree poder seguir perpetuándose en su cargo a costa de dividir a los gasteiztarras mediante el engaño y la demagogia, instrumentalizando la inmigración para conseguir rédito político.