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Una nueva esperanza

30 de octubre de 2020 21:09 h

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Conozco a Andoni Aldekoa desde hace más de veinte años. Por lo tanto, todo lo que aquí escriba está pasado por ese tamiz. Dicho queda.

Recuerdo perfectamente el día que llegó al ayuntamiento de Bilbao. La memoria colectiva es frágil y seguramente pocos nos acordamos del coto cerrado y mohoso que era la institución por aquel entonces. Y recuerdo también el recibimiento que le hizo el principal diario del territorio, publicando su foto y su sueldo a cinco columnas y en página impar. Marcando territorio, que decía su jefe de local en aquel entonces.

Aldekoa tenía dos opciones, dejar hacer o cambiarlo todo. Optó por la segunda. Yo le escuché decir “trabajaré con los mejores, con los que tengan cosas que aportar”. Y lo hizo. Relegó en el ayuntamiento durante años a empresas anquilosadas por el trato de favor y apostó por profesionales. Reinventó la relación con los medios. Se apoyó en técnicos municipales, empresas externas, e incluso algún concejal del PNV, tan heterodoxos como ese alcalde que era mirado con recelo y malicia por su propio partido.

Hizo de la cultura y del ocio en Bilbao el motor de la futura internacionalización de la que hoy se farda tanto en el Bocho. Marcó, como nadie antes, a aquellas personas y colectivos que se apropiaron del relato de las fiestas populares y les opuso unas reglas de juego muy tasadas. 

Nunca transigió con la violencia. Yo le he visto, muy de cerca, interponerse entre radicales violentos, disfrazados de konpartseros, que pretendían agredir a concejales del PP, parar el intento de agresión y acto seguido suspender el desfile de Carnaval. Había que tener las ideas muy claras para tomar ese tipo de decisiones hace veinte años.

Luego el tiempo pasa y nos vamos haciendo viejos. Azkuna y él se consolidaron y no volvieron a ser discutidos en el PNV. Por lo menos en voz alta. Además, se afilió al PNV. Sí. No era del PNV, se afilió cuando entendió y pensó que podía aportar algo. Ascendió hasta ser el número dos formal del ayuntamiento. En realidad ya lo era pero con su decisión Azkuna dejó muy claro a todo su equipo de Gobierno quien mandaba allí.

Se le avecina una tarea difícil. Muy complicada. Las inercias del bicho son poderosas y constantes. La oposición de Bildu va a ser muy fuerte y va a estar basada en las esencias. Por ahí se la van a liar al PNV. Como siempre

También es cierto que la vida esos últimos años nos llevó por lados diferentes y nos alejamos. Desde esa distancia debo reconocer que sí he pensado más de una vez que la púrpura distrae, y que es más necesario que nunca llevar cerca a ese esclavo que te recuerda que solo eres un hombre.

Hay afecto. Lo hay. Y confianza. La hay. Y apuesta personal. De hecho, deberían apostar por Andoni Aldekoa aquellas pocas personas que aún pensamos que se puede resucitar al monstruo de Frankestein y controlar los instintos básicos que emanan de ese cerebro que le pusieron cuando lo crearon. En la peli sobre el tema de Mel Brooks ese órgano era de un tal A.Normal. 

Se le avecina una tarea difícil. Muy complicada. Las inercias del bicho son poderosas y constantes. La oposición de Bildu va a ser muy fuerte y va a estar basada en las esencias. Por ahí se la van a liar al PNV. Como siempre. El lado social y de izquierdas es un poquito para disimular en el caso del principal partido de la oposición.

Las prioridades de Andoni Aldekoa como nuevo director de EiTB las conoceremos en breve. Pero mucho me extrañaría que entre ellas no estuviera la potenciación de ETB 1 y el euskera, la transversalidad y la incorporación de valores diferentes al soberanismo y el “proces” en la línea editorial, la máxima objetividad y criterio en las decisiones de contratación de contenidos, o la especial atención al relato de la violencia y a las víctimas de la misma. 

EiTB puede intentar crecer en audiencia hacia donde lo ha hecho durante casi toda su historia y terminar siendo la TV3 vasca (ya lo es, en mi opinión). O intentar que ese 50% de vascas y vascos que no tienen los canales de EiTB en el mando a distancia vayan cambiando de opinión. La primera es la vía fácil. La del irrintzi intrépido y el jo ta ke. La otra es lenta, expuesta y con muchos sinsabores. 

¿Es Andoni Aldekoa una nueva esperanza para Euskal Irrati Telebista?. ¿O se pasará al lado oscuro de la Fuerza? Solo el tiempo nos aclarará este dilema. Pero hoy, ciertamente, tengo que colgarme de la primera de las opciones. 

Como hace algo más de veinte años, el nuevo director de EiTB puede optar por dejar hacer o por cambiarlo todo.

Todo está abierto. Todo puede pasar. Hasta lo bueno.

Conozco a Andoni Aldekoa desde hace más de veinte años. Por lo tanto, todo lo que aquí escriba está pasado por ese tamiz. Dicho queda.

Recuerdo perfectamente el día que llegó al ayuntamiento de Bilbao. La memoria colectiva es frágil y seguramente pocos nos acordamos del coto cerrado y mohoso que era la institución por aquel entonces. Y recuerdo también el recibimiento que le hizo el principal diario del territorio, publicando su foto y su sueldo a cinco columnas y en página impar. Marcando territorio, que decía su jefe de local en aquel entonces.