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Un nuevo Podemos Euskadi
Las organizaciones más fuertes son siempre aquellas que saben adaptarse a los cambios y entender las crisis como momento de oportunidad para reinventarse. Podemos surgió para canalizar en un proyecto político estable las necesidades que había hecho aflorar de forma espontánea el 15-m. Y nació no sólo con una ilusión difícil de repetir, sino también con una apuesta clara por no resignarse a la protesta, sino convertirse en alternativa de gobierno. En tan sólo tres años se ha consolidado como fuerza de gobierno en muchos lugares, incluyendo Madrid o Barcelona o, sin salir de Euskal Herria, en Nafarroa.
Pero esa eclosión de ilusión y esperanza no estaba, no podía estarlo, exenta de dificultades. Una de ellas era y sigue siéndolo aún, la debilidad organizativa. No es fácil disputar una carrera mientras tienes que atarte los cordones de las zapatillas y no se ataron bien y mucho menos para una carrera de fondo. Pronto se evidenció la necesidad de una rectificación a fondo de un modelo organizativo y de una estrategia política caracterizadas por un exceso de cortoplacismo y oportunismo.
Este sentir se ratificó en la asamblea de Vistalegre ll, en la que las bases aprobaron modificaciones en la estrategia política y en el modelo organizativo que resultaban inaplazables ya. La autocrítica y las rectificaciones realizadas en Vistalegre II son las muletas para empezar a superar el cortoplacismo y avanzar en la construcción de un nuevo bloque político, social y popular capaz de ofrecer un proyecto sólido de cambio. Este proceso de refundación de Podemos es más necesario aquí que en ningún otro lugar.
El éxito abrumador de la irrupción de Podemos en Euskadi, que, en contraposición a la incapacidad de Ciudadanos de introducir la menor cuña en el tablero vasco, pasó entre febrero y diciembre de 2015 de quinta fuerza a primera, se vio ensombrecido por los resultados autonómicos, tras una campaña cuyos responsables no fueron capaces de conectar con la sociedad civil e ilusionar a la ciudadanía vasca. El carácter de una organización se constata cuando es capaz de comprender las crisis como un momento de oportunidad.
La próxima Asamblea Ciudadana supone para Podemos Euskadi una oportunidad de oro para reinventarse. Para ello no basta en nuestra opinión el cambio del modelo organizativo sino también el de la estrategia política. Es muy importante crear una dirección integradora y plural, pero lo es igualmente que esa dirección no sea una mera componenda entre corrientes, sino que tenga un proyecto político nítido que ofrecer a esa mayoría compuesta por las más de trescientas mil vascas y vascos que han desertado por dos veces consecutivas de los partidos tradicionales y apostado por Podemos, evidenciando su deseo de unas políticas diferentes y de unas formas diferentes de hacer política.
Los motivos para el optimismo de la mayoría social vasca de progreso no vienen sólo del interior de Podemos. También vemos síntomas esperanzadores en el seno de EH Bildu y del PSOE. En el caso de EH Bildu, por la emergencia de sectores con unas prioridades diferentes, más preocupados por la agenda social que por las cuestiones identitarias. La incapacidad de atraer al PNV hacia políticas de frente nacionalista podría facilitar la evolución de EH Bildu hacia una estrategia para la CAV más parecida a la que desarrolla en Nafarroa.
En el caso del PSOE, el fracaso del golpe contra Sánchez facilita la colaboración y debilita a un Rajoy que sobrevive gracias al apoyo de Ciudadanos y el PNV. La mayoría social vasca que se pronuncia en las generales a favor de las fuerzas que cuestionan las políticas de la globalización neoliberal nos está exigiendo que dejemos de mirarnos al ombligo de nuestras pequeñeces partidarias y seamos capaces de articular programas de transformación y mayorías sociales que las conviertan en gobiernos de cambio.
FIRMAN:
Roberto Uriarte - Ex secretario general de Podemos Euskadi
Pilar Garrido – Senadora por Gipuzkoa y Secretaria de Políticas Sociales de Podemos
Juan Luís Uria – Parlamentario Vasco por Bizkaia
Miren Gorrotxategi – Senadora por Bizkaia
Josetxo Arrieta – Senador por Gipuzkoa
Kontxi Palencia – Senadora por Alava
Ángel Mesón – Senador por Alava
David Soto – Consejero Estatal
Las organizaciones más fuertes son siempre aquellas que saben adaptarse a los cambios y entender las crisis como momento de oportunidad para reinventarse. Podemos surgió para canalizar en un proyecto político estable las necesidades que había hecho aflorar de forma espontánea el 15-m. Y nació no sólo con una ilusión difícil de repetir, sino también con una apuesta clara por no resignarse a la protesta, sino convertirse en alternativa de gobierno. En tan sólo tres años se ha consolidado como fuerza de gobierno en muchos lugares, incluyendo Madrid o Barcelona o, sin salir de Euskal Herria, en Nafarroa.
Pero esa eclosión de ilusión y esperanza no estaba, no podía estarlo, exenta de dificultades. Una de ellas era y sigue siéndolo aún, la debilidad organizativa. No es fácil disputar una carrera mientras tienes que atarte los cordones de las zapatillas y no se ataron bien y mucho menos para una carrera de fondo. Pronto se evidenció la necesidad de una rectificación a fondo de un modelo organizativo y de una estrategia política caracterizadas por un exceso de cortoplacismo y oportunismo.