Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Ya van dos (de tres)
Por ahora dos de los tres organismos que forman la 'troika' europea se han pronunciado a favor de que se bajen los salarios en España un 10%. Falta uno de los tres, el BCE, pero su opinión ya parece irrelevante porque nadie debe dudar de que, aunque no se pronuncie en ningún sentido, está completamente de acuerdo.
En la foto que ilustra la noticia Olli Rehn tiene una ceja levantada, -pero hay otras fotos en que muestra un semblante más bien tétrico-, quizás porque el redactor de la noticia ha querido poner ese rasgo de incertidumbre. Cuando anunció lo mismo, pocos días antes, la señora Lagarde (FMI) su semblante no titubeó en las ilustraciones. Lo cierto es que a Olli Rehn no le obligó nadie a salir en los diarios pero él, voluntariamente, plasmó su opinión en las redes sociales, a sabiendas de que su dominio en ellas nunca se queda en lo anecdótico. Así que las páginas de los diarios se han hecho eco del importante apoyo al FMI por parte del comisario de Economía europeo. Incluso la patronal se ha pronunciado en contra, no se sabe bien si con la boca grande o pequeña. Para saberlo estaría bien que el presidente del Gobierno español reuniera en La Moncloa al presidente de los empresarios españoles, junto a los líderes sindicales, y ofreciera una rueda de prensa conjunta en la que mostrara su más firme oposición a las propuestas y la solemne promesa de que tal reducción del 10% en los salarios nunva va a contar con el apoyo del Gobierno, o sea, que el Gobierno no va a promover ni un solo movimiento que la facilite.
El nuevo tiempo aclarará si Olli Rehn ha hablado a humo de pajas o lo ha hecho con cierto fundamento. El Gobierno español aún no se ha pronunciado oficialmente, y ya está acabando el jueves. El portavoz del PP, Martínez Pujalte, sólo ha dicho que las declaraciones no son buenas porque son “parciales”, y porque siembran desconfianza en los ciudadanos, pero ha dejado caer que se requiere un ajuste integral que incluya no solo salarios sino también precios, alquileres, rentas y rentabilidad de las empresas. Es decir, que no está en completo desacuerdo. Como quiera que la patronal empresarial se ha expresado con su habitual opacidad, -“la hoja de ruta de los empresarios es el acuerdo de moderación salarial”-, bien cabe concluir que la propuesta sigue ahí, y que no se trata de una serpiente de verano sino de una propuesta tan concreta como firme con la que se abre un debate envenenado. Con razón ha advertido Rubalcaba que “las recetas de la Comisión Europea son veneno para España”.
Evidentemente lo son, y es preciso decir por qué. Según datos recientes el salario bruto medio en España es de 1.615 euros, mientras en Europa está en 1.936 euros. Hay doce países por encima de España, pero por debajo sólo están Eslovenia, Malta, Portugal, Chequia, Estonia, Polonia, Eslovaquia, Hungría, Letonia, Lituania, Rumanía y Bulgaria. He nombrado todos para que los lectores valoren cuál es la situación real en que nos encontramos los españoles. En poder adquisitivo, España ocupa el puesto número quince de Europa. En valor absoluto nuestro poder adquisitivo está un 4% por debajo de la media de los países europeos. Entre los países europeos que tienen fijado un salario mínimo mediante Ley, España ocupa uno de los lugares más bajos: el más alto es Luxemburgo con un salario mínimo de 1.801 euros al mes, mientras España ostenta un lugar muy retrasado con 748 euros al mes, contando que cada español cobrara doce pagas. En los últimos años el aumento del IPC (Índice de Precios al Consumo) ha superado con creces el avance del salario medio, con lo que hay que deducir que los españoles hemos perdido poder de compra, ha descendido notablemente nuestro poder adquisitivo. ¿Qué más podemos decir? Parece claro que los salarios de los españoles no son excesivos ni desmesurados, más bien escuetos y ridículos. Debería establecer el señor Rehn algún tipo de comparación con su país, Finlandia, donde el salario medio es de 2.776 euros brutos al mes, aproximadamente un cuarenta por ciento superior al español.
Lo cierto es que ya son dos, de los tres organismos de la 'troika' comunitaria, los que se han pronunciado. Los españoles pueden ponerse a temblar porque Rajoy y su Gobierno siempre han mostrado obediencia ante ella. No será un 10%, pero será. La escasa contundencia de la respuesta del Gobierno, que solo se ha expresado a través del vocinglero Martínez Pujalte, que no pertenece a él, es delatadora. La derecha española aún no ha dado todos los pasos que desea dar. Será muy difícil que vuelva a encontrarse en la situación ventajosa en que ahora se encuentra, con su mayoría absoluta y una crisis que le sirve como coartada, para justificar cualquier propuesta o decisión del tipo de la apuntada. Olli Rehn se ha expresado sin reservas: “Aquellos que rechacen la propuesta de forma instantánea cargarán sobre sus hombros la enorme responsabilidad del coste social y humano: los millones de jóvenes parados españoles”. ¡Qué bárbaro y qué miserable!... Pero la coartada es excelente. De momento Rajoy no se ha pronunciado. O sí, lo ha hecho debilitando a los sindicatos, cuya misión es la defensa de los trabajadores: su subvención con cargo al Estado se ha reducido a la mitad, según ha quedado aprobado por decisión ya firme del Gobierno.
Ahora se trata de esperar a los acontecimientos. La última reforma laboral aprobada por el PP favorece que se puedan tomar medidas arbitrarias en el sentido anunciado por el FMI y por Olli Rehn, ahora solo falta que Rajoy las tome realmente, para hacernos más pobres a la mayoría de los españoles, y hacer a los ricos más ricos aún.
Por ahora dos de los tres organismos que forman la 'troika' europea se han pronunciado a favor de que se bajen los salarios en España un 10%. Falta uno de los tres, el BCE, pero su opinión ya parece irrelevante porque nadie debe dudar de que, aunque no se pronuncie en ningún sentido, está completamente de acuerdo.
En la foto que ilustra la noticia Olli Rehn tiene una ceja levantada, -pero hay otras fotos en que muestra un semblante más bien tétrico-, quizás porque el redactor de la noticia ha querido poner ese rasgo de incertidumbre. Cuando anunció lo mismo, pocos días antes, la señora Lagarde (FMI) su semblante no titubeó en las ilustraciones. Lo cierto es que a Olli Rehn no le obligó nadie a salir en los diarios pero él, voluntariamente, plasmó su opinión en las redes sociales, a sabiendas de que su dominio en ellas nunca se queda en lo anecdótico. Así que las páginas de los diarios se han hecho eco del importante apoyo al FMI por parte del comisario de Economía europeo. Incluso la patronal se ha pronunciado en contra, no se sabe bien si con la boca grande o pequeña. Para saberlo estaría bien que el presidente del Gobierno español reuniera en La Moncloa al presidente de los empresarios españoles, junto a los líderes sindicales, y ofreciera una rueda de prensa conjunta en la que mostrara su más firme oposición a las propuestas y la solemne promesa de que tal reducción del 10% en los salarios nunva va a contar con el apoyo del Gobierno, o sea, que el Gobierno no va a promover ni un solo movimiento que la facilite.