El pasado 22 de de febrero se conmemoró el Día de la Igualdad Salarial, un concepto que por mucho que se crea asumido, los datos muestran que aún queda mucho camino por recorrer para lograrlo. Según muestra el último estudio sobre brecha salarial y brechas de género en el mercado laboral realizado por el Gobierno vasco, el 79% de las mujeres y el 72% de los hombres opina que a las mujeres se les paga menos que a los hombres por hora de trabajo en Euskadi.
Este estudio, publicado en febrero de 2021, se centra en las percepciones y actitudes de los hombres y las mujeres de Euskadi sobre la brecha salarial y las brechas de género en el mercado laboral vasco a través de preguntas como si les preocupa la brecha salarial, si consideran que existe la desigualdad a la hora de acceder al empleo o si la pandemia ha supuesto un impacto diferente a las mujeres en sus trabajos por el hecho de ser mujeres.
En cuanto a esta última cuestión, un 89% de los y las encuestadas opina que las mujeres están asumiendo más riesgos para su salud debido a su mayor presencia en puestos de trabajo esenciales y el 88% de ellos y ellas consideran que los trabajos en sectores económicos con mayor proporción de mujeres no están lo suficientemente bien pagados. Para acabar con la brecha de género y reducir las diferencias salariales entre hombres y mujeres, el 94% de las mujeres encuestadas y el 89% de los hombres opinan que el Gobierno vasco debería tomar medidas.
Pero ¿de cuánta es la brecha salarial en Euskadi? Según el estudio 'Brechas de Género en el Mercado Laboral en Euskadi' encargado por Emakunde a la Catedrática de Economía, UPV/EHU, Sara de la Rica, la brecha salarial en Euskadi es del 11%. La segregación ocupacional por sexo es el factor que más incide, hasta un 35%, en la brecha salarial entre mujeres y hombres y la diferencia salarial entre ambos es de de unos 7.200 euros anuales. Es decir, los hombres ganan de media 31.970 euros anuales y las mujeres, por su parte, 24.757 euros.
Los salarios, tanto para hombres como para mujeres, son mayores en aquellas ocupaciones que son más equilibradas o, en otras palabras, más igualitarias en cuanto a la presencia de mujeres y hombres en ella, mientras que la brecha salarial crece a medida que las ocupaciones se feminizan. Es decir, cuantas más mujeres hay en una ocupación, mayor es la diferencia de lo que cobran respecto a los hombres, y cuantas menos mujeres hay en una ocupación, menor es la diferencia que cobran respecto a los hombres, aunque los niveles salariales sean menores en ambos casos que en las ocupaciones con presencia equilibrada de hombres y mujeres.
Como ejemplo, en Euskadi, el 99% de las trabajadoras de empleo doméstico son mujeres y el 91% de las trabajadoras de cuidados. El 80% de las dependientas en tiendas cara al público son mujeres y el 68% de las profesionales en derecho. También es mayor el número de mujeres que forman parte de las profesionales de la enseñanza infantil, primaria, secundaria y postsecundaria, con un 67% de mujeres. En el lado contrario, tan solo el 25% de los profesionales de ciencias físicas, químicas, matemáticas y de ingenierías son mujeres. El 11% de los peones agrarios y forestales es mujer y el 9% de los mecánicos.
Ainara Valencia, a sus 30 años ha formado parte de dos de esas estadísticas. Ha trabajado como científica investigadora predoctoral en la Universidad del País Vasco y actualmente es profesora de FP en un colegio concertado de Bilbao. “Cuando estaba en la universidad recibía una beca por lo que el salario era el mismo si eres hombre o mujer. Sin embargo, a más cargo, más sueldo y es verdad que a los altos cargos, generalmente, acceden las personas con un mayor rango y suelen ser hombres. Ahora, en el colegio, hay un hombre y 15 mujeres. La mayor parte de los docentes en Euskadi son mujeres”, señala a elDiario.es/Euskadi Valencia.
Olatz Fernández es administrativa en una empresa pública y le pasa lo mismo que a Ainara. En su caso, su superiora es mujer, pero el superior de su superiora es hombre. “Han realizado en la empresa un estudio que determina que más del 60% de las empleadas son mujeres. La verdad es que sí que hay cierta paridad en los altos cargos, en algunos departamentos son hombres, mientras que en otros son mujeres”, afirma.
Marta Gómez, quién ha preferido no decir su verdadero nombre, trabaja como abogada y si bien no es del todo consciente de cuál es el salario de sus compañeros hombres, sí que detecta algunas cuestiones que muestran la discriminación en su profesión. “Cuestiones como la conciliación y el hecho de querer formar y cuidar a una familia sí que se notan. Si yo salgo a mi hora de trabajar muchas veces está mal visto porque hay otros que se quedan más tiempo y la competencia es muy fuerte”, lamenta.
Las diferencias en el tipo de contrato, la feminización de la ocupación y la ocupación son los causantes de un 45% de la brecha salarial. ¿Qué se puede hacer para reducir esa brecha? Tras analizar todos los datos y factores concluye que una forma de acabar con esa lacra es que “el peso de los cuidados de familiares (niños/as o personas mayores dependientes) recae casi exclusivamente sobre las mujeres, y mientras no exista una verdadera corresponsabilidad social en los cuidados por parte de los hombres, las instituciones públicas y las empresas, será muy difícil conseguir una participación en condiciones de igualdad para mujeres y hombres en el empleo. Acciones como bajas paternales igualitarias e intransferibles para ambos cónyuges, escolarización universal de cero a tres años, horarios flexibles y en jornada continua, etc. permiten que las madres y padres puedan compatibilizar sus horarios laborales con la vida personal y familiar”.
Brecha, también en las pensiones
Las pensiones que cobran las mujeres -para aquellas que la reciben porque han podido trabajar de forma remunerada- también son mejores que las de los hombres. Así lo denuncia el colectivo de pensionistas de Gipuzkoa Bat Etorri-Consenso, que ha advertido de que también se da en las pensiones “brecha por razón de género” y lo ha atribuido a “las desigualdades que en distinto ámbitos han venido sufriendo las mujeres”.
“La brecha de género en pensiones es de mayor calado todavía. Si tenemos en cuenta todas las pensiones de la Seguridad Social, la pensión media es de 1.249 euros mensuales en los hombres, frente a los 825 euros de las mujeres. Si nos referimos únicamente a la pensión de jubilación, la pensión media de los hombres es de 1.361 euros mensuales, frente a los 905,50 euros de las mujeres”, ha señalado el colectivo en un comunicado.
En este sentido, el escrito califica de medida “positiva, pero insuficiente” que el Congreso de los Diputados haya aprobado un complemento para las pensiones contributivas como medida para reducir la brecha de género en pensiones. “Desde la evidencia de que las pensiones más bajas las cobran mayoritariamente las mujeres, para combatir de forma más justa y eficiente la brecha de género en pensiones son necesarias otras medidas, ya que una política igualitaria requiere de una revisión del sistema de pensiones no contributivas, de las pensiones mínimas y de la pensión de viudedad”, concluye.