En Euskadi entre 1.968 y 2.308 mujeres ejercen la prostitución. La mayoría de ellas son de origen extranjero y entre un 9,5% y un 18,5% presentan indicios de poder ser víctimas de trata con fines de explotación sexual. La ejercen a través de agencias que se anuncian en internet, en clubes, en pisos y en la calle. Un 19% de los vascos admite haber pagado por sexo, el 3% de los encuestados, en los últimos meses. Estas son algunas de las conclusiones de la investigación 'La trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual en Euskadi: necesidades y propuestas' coordinada por la antropóloga Carmen Meneses para la Universidad de Deusto y la Universidad de Comillas y publicada por el Instituto Vasco de la Mujer (Emakunde).
Para Meneses, el dato acerca del cuántos vascos han pagado por sexo “hay que relativizarlo”. “En el estudio incluimos desde un señor que ha pagado por sexo en los años 70 hasta una persona que lo hizo el mes pasado, con lo cual, la medida más adecuada son los 12 últimos meses. Mi hipótesis es que no todos los hombres pagan por servicios sexuales y que esto se distribuye de forma diferente dentro del país. En Euskadi, bajo mi punto de vista, no es un comportamiento frecuente. El hombre que busca pagar por sexo suele ser mayor, soltero o viudo, que vive en caseríos o que tiene pocas relaciones sociales y acude a la prostitución para tener compañía”, explica a este periódico.
Para elaborar la investigación, se ha encuestado a 500 hombres residentes en Euskadi. Entre las preguntas realizadas se cuestiona si pagan por sexo en solitario o acompañados y algunos de los encuestados reconocían ir a clubs en los que se ejerce la prostitución en eventos laborales. La investigadora detalla que sobre todo en la época de los 80, los 90 y al comienzo de los 2000 era común que “al cerrar un trato, sobre todo en empresas de construcción, salieran a cenar y terminaran la noche en un club, para el que, además, había un presupuesto de la empresa destinado al sexo con mujeres”. Casi el 90% de los participantes ha oído hablar de trata de seres humanos en los medios de comunicación y el 85% llamaría a la Policía si se encontrase con esa situación, pero solo un tercio considera que tenía información suficiente como para identificar a una persona víctima de trata y el 90% requería más información sobre el tema.
La antropóloga insiste en diferenciar entre trata y prostitución coactiva. “Alguien puede obligar a otro a ejercer la prostitución y no ser una víctima de trata. En el informe indicamos que el 9% de las prostitutas eran víctimas de trata, pero no todas estaban identificadas por la policía. Las víctimas de trata tienen que ser identificadas, pero debido a las dificultades, la escasa información y la multitud de posibilidades a la hora de ejercer la prostitución, hay muchas que no lo son. Es muy difícil encontrar a aquellas que tienen encerradas en naves o pisos, pero también creo que es algo minoritario que se ha ido limando los últimos años porque tanto la Ertzaintza en el País Vasco como el resto de la Policía han hecho mucho, han cerrado locales y detenido redes. No voy a decir que no hay trata, pero hoy por hoy las víctimas si se encuentran en situaciones límites tienen más fácil denunciar. Lo que actualmente hay, más que una violencia explícita, es un tipo de manipulación o chantaje”, señala Meneses, quien además de ser doctora en Antropología Social por la Universidad de Granada y es también experta en Género y Exclusión Social.
El estudio también incluye un trabajo de campo en las tres capitales y algunos municipios vascos en los que se era consciente de que tenían lugar este tipo de prácticas como Galdakao e Irún en el caso de las mujeres que ejercen la prostitución de calle o Valle de Trápaga y Santurtzi para averiguar cuántas de ellas trabajan en clubs. Siendo Bizkaia el territorio en el que más prostitución se realiza, con Bilbao a la cabeza. “Euskadi posee las condiciones necesarias para poder generar una base común de información que recoja anualmente todo lo relacionado con las mujeres y niñas víctimas de trata con fines de explotación sexual, detectadas e identificadas, y las necesidades de recursos necesarios. Se podrían constatar los cambios de perfil, el tránsito de mujeres al resto del Estado y Europa, así como las distintas maneras en que las redes operan. Si bien es cierto que este asunto suele ser de competencia policial, las ONG pueden disponer de información que es valiosa para los cuerpos policiales, especialmente para la Ertzaintza”, indica el informe.
La aplicación de la Ley de Extranjería ha hecho que muchas mujeres se inicien en la prostitución porque les exige estar tres años empadronadas, pero sin poder trabajar. ¿De qué van a vivir?
El estudio habla de una red de tratantes subsahariana establecida en Bilbao cuya principal finalidad es facilitar el tránsito de mujeres con destino a Europa. Solo una parte pequeña es explotada en Euskadi. Sin embargo, el volumen de dinero que mueve la trata ronda los cinco millones de euros anuales. Para Meneses, gran parte de las mujeres que terminan ejerciendo la prostitución, a pesar de que puede que no sean víctimas de trata como tal, son personas extranjeras que sin una situación regular no ser ven con la capacidad de realizar otros trabajos. “Hay un grupo de mujeres que aseguran que ejercen libremente la prostitución, pero luego hay otro grupo con el que sí que debemos hacer algo, porque no han encontrado otra opción y un sector de ellas son indocumentadas. La aplicación de la Ley de Extranjería ha hecho que se inicien en la prostitución porque les exige estar tres años empadronadas, pero sin poder trabajar. ¿De qué van a vivir? La Ley de Extranjería es una puerta abierta a la prostitución. Estas mujeres en el momento que regularizan su situación en España o encuentran un trabajo relativamente digno con el que pueden satisfacer sus necesidades vitales, dejan la prostitución. En esos casos estamos fallando y hay mucho trabajo por realizar”, detalla la antropóloga.
Los datos analizados en la investigación son de 2018, por lo que la pandemia ha cambiado gran parte del panorama de la prostitución, según explica Meneses. A raíz del confinamiento por coronavirus y al cierre de los clubs de alterne, muchas de las mujeres -ya fuera por voluntad propia u obligadas- se trasladaron a pisos para ejercer la prostitución, y como advierte la investigadora, acceder a ellos es más complicado porque sin una orden de registro es ilegal. La llegada de las nuevas tecnologías también ha revolucionado la prostitución. El informe incluye 31 agencias que ofrecen estos servicios en Bizkaia, que cuentan con más de 50 pisos donde llevarlos a cabo y 177 mujeres. En Gipuzkoa la cifra de mujeres que ejercen la prostitución a través de agencias que se publicitan en internet son 99 y hay unas 20 agencias, mientras que en Álava hay 6 agencias y 31 mujeres que ejercen este tipo de prostitución.
La Ley contra la prostitución no tiene sentido porque los clientes ya están multados por la Ley de Seguridad Ciudadana y el proxenetismo está perseguido
“Encontramos un amplio consenso entre las personas entrevistadas sobre la alta situación de trata en las mujeres nigerianas en contextos de prostitución, especialmente las que están en la vía pública. Se trata de mujeres con una gran situación de vulnerabilidad, que viven junto a una Mami, o explotadora, que controla la actividad prostitucional y otras mujeres de su misma nacionalidad que también son víctimas. Recientemente muchas de estas mujeres están un tiempo ejerciendo la prostitución en Euskadi y son trasladada a otro sitio (Francia, Bélgica, Alemania o alguna otra provincia española) para continuar la explotación, principalmente para evitar una posible denunciar o ser identificada como víctima. En otro momento puede regresar al Euskadi. Pero estas mujeres no dejaran de pagar la deuda contraída por haberlas traído a España, ya sea con la prostitución o con otra actividad. No obstante, en los últimos años algunas de estas mujeres, se dedican a la mendicidad en locales comerciales. De hecho, una de las fiscales entrevistada nos comentaba que de las seis investigaciones que estaba llevando durante el 2018 la mayoría eran procedentes de Nigeria, en concreto cuatro, y el resto de Latinoamérica (Nicaragua y Venezuela). Y un miembro policial entrevistado nos resumía el origen de estas mujeres: aquí son latinas, chinas un poquito y nigerianas. De Europa alguna polaca, pero muy excepcional. No hay del este, no como antaño, no, alguna rusa, alguna ucraniana”, detalla el informe.
A pesar de ello, la investigadora insiste en los efectos negativos que podría traer consigo para las mujeres la ley la abolicionista de la prostitución impulsada por el PSOE. “Me parece que toda criminalización va a ser perjudicial. No tiene sentido esta ley en este momento. No tenemos datos para decir que debemos criminalizar la prostitución. Primero, los clientes ya están multados por la Ley de Seguridad Ciudadana y, segundo, el proxenetismo está perseguido, porque tenemos una Ley contra la trata que es mucho más punitiva que en otros países europeos. No podemos educar a la población con el Código Penal, tenemos que educarla con servicios sociales, sistemas educativos y en la igualdad. Eso es lo que todavía nos queda pendiente por hacer. Yo creo que no necesitamos la ley en este momento, porque va a traer más consecuencias negativas que positivas”, concluye Meneses que para ejemplificar su hipótesis realiza una comparativa con el caso de Francia y advierte de que la violencia hacia las mujeres prostitutas, su falta de recursos y sus condiciones de salud han empeorado desde que se aprobó la norma contra la prostitución en 2016.