Cisma en UGT en Mercedes-Benz: de ser sindicato mayoritario a la dimisión de todos los delegados
No son buenos tiempos para UGT-Euskadi en Vitoria. La representación de este sindicato en la planta de Mercedes-Benz en la capital alavesa acaba de dimitir en bloque por discrepancias con la dirección del sindicato. Esta no es una crisis cualquiera. No sólo porque se trata de la mayor empresa de Euskadi, sino porque entre las grandes compañías, es la única en la que UGT-Euskadi ha conseguido llevar durante varios años las riendas del comité de empresa. Sin embargo, ya las últimas elecciones sindicales del mes de noviembre dieron el control de nuevo a ELA y rompieron el empate que desde las anteriores mantenía el sindicato nacionalista en delegados con UGT, que perdió unos 100 votos y un delegado, después de haber abanderado la firma del convenio de la empresa con la dirección.
Pero la crisis actual va más allá de los flojos resultados electorales. Los seis miembros del comité y tres delegados sindicales que han dimitido en bloque hablan de imposiciones “a dedo” y de atentado contra la autonomía de la sección sindical por querer imponer al que será el nuevo secretario general de la sección en sustitución de Iñaki Andrés, que dimitió en el mes de febrero. Y señalan directamente al responsable de la Federación de Industria, Construcción y Agro (FICA), Antonio Ríos. “Quieren imponer a su gente y no vamos a pasar por ahí”, dicen.
Hasta el viernes de la semana que viene los afiliados de UGT en la empresa vitoriana votarán al que será su nuevo secretario general. Sólo hay una candidatura, la de Carlos Sevillano, ya que el otro nombre que parecía que optaría también al cargo, José Manuel Bully, expresidente del comité de empresa y exconcejal del Ayuntamiento de Vitoria con el PSE-EE desde 2003 y con Patxi Lazcoz como alcalde, ha decidido hacerse a un lado, según ha confirmado Antonio Ríos. “No se ha presentado ninguna otra candidatura. No estamos imponiendo nada. Estamos cumpliendo los estatutos del sindicato, nada más. Era tan fácil como que hubieran presentado su candidato”, afirma negando las acusaciones del sector crítico de no se está respetando la autonomía de la sección. “Para elegir al secretario general hay que dar la voz a los afiliados y se puede presentar cualquiera”, insiste.
Sin embargo, ese “cumplimiento de los estatutos” es el motivo de la discrepancia que ha llevado a la “rebelión” de la sección sindical. Según señala Iñaki Andrés, no se ha respetado la decisión que se había tomado de que con su dimisión corriera el cargo y su sustituto como delegado fuera también el secretario general de la sección sindical. Es decir, que la persona surgiera de los que se presentaron a las pasadas elecciones. “Alfonso Ríos quiere imponer a dos personas”, y eso “nada tienen que ver con el proceso de renovación” que quiere llevar a cabo el sindicato. Uno “por la edad de las personas que propone”, de 59 años, dice, cuando “habría que dar el paso a gente más joven”. Y otra porque se trata de un candidato que “ha estado ligados a un partido político”, señala Andrés, que asegura que ha pedido amparo a la dirección del sindicato en Euskadi, y también la federación estatal, pero “todos se han puesto de perfil”. “En Mercedes-Benz Vitoria nunca hemos permitido injerencias externas, ni en negociaciones ni en convenios”, dice. “Por eso no entendemos esta injerencia ahora”, lamenta.
La polémica por las sustituciones llega después de unos resultados electorales que no eran los esperados. Sobre todo después de que UGT capitaneara el fin de las movilizaciones en Mercedes Benz Vitoria y firmara el nuevo convenio. Pese a que la plantilla votó mayoritariamente en referéndum firmar el convenio, después se penalizó a los sindicatos que lo suscribieron. Todos bajaron en representación frente a los nacionalistas que se posicionaron en contra de firmar el convenio. UGT-Euskadi tenía muchas esperanzas de recuperar el control de esta gran empresa, por lo que los resultados supusieron un duro golpe.
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