Tal y como estaba anunciado, los 120.000 alumnos que estudian en los centros concertados religiosos vascos empezarán el año con huelgas del profesorado y del resto de personal de los colegios y con incertidumbre de si conseguirán acabar el temario antes de que concluya el curso. Todos los sindicatos del sector, ELA, Steilas, CCOO, LAB y UGT, han convocado diez días más de huelga para presionar a las patronales a la firma de un convenio que responda a sus reivindicaciones. En concreto, pararán los 17, 18, 23, 24 y 25 de enero y los días 6,7,8, 19 y 20 de febrero. Unos paros que se unirán a los ya llevados a cabo este año, nueve en total: el primero el 25 de abril, tres días en octubre y cinco en diciembre.
La idea de los sindicatos era que tras la semana de huelga en diciembre hubiera una convocatoria de la mesa de negociación. Pero no ha habido ningún contacto en este periodo vacacional que permita desbloquear el conflicto, por lo que, ante lo que consideran “una inaceptable falta de responsabilidad por parte de las patronales Kristau Eskola y AICE-IZEA”, las centrales han decidido volver a convocar paros. Aseguran que “no ha habido ni negociación real ni presentación de propuestas” y que “aunque las patronales convocaron una mesa de negociación para el 27 de noviembre, no trajeron ninguna propuesta a la misma”.
También piden movimientos al Departamento de Educación, que pese a que se reunió con los sindicatos el pasado 5 de diciembre, se ha desmarcado claramente del conflicto, que considera que no le atañe de forma directa. Sin embargo, las centrales consideran que el Departamento “no es un agente cualquiera y tiene mucho que decir sobre las condiciones laborales de este personal”, por lo que le han instado “a intervenir para encauzar el conflicto”.
Las reivindicación fundamental de los trabajadores es renovar el convenio para los 9.000 trabajadores del sector, ya que el actual expiró en diciembre de 2021. De forma previa a este convenio, el anterior estuvo sin renovar 10 años y se produjeron 29 días de huelga antes de que se llegara a un acuerdo. En la situación actual, el acuerdo tampoco parece fácil. Kristau Eskola cree que los sindicatos plantean demandas que pueden poner en peligro la continuidad de los centros, porque los acuerdos con los sindicatos deben contemplar las consecuencias que la bajada de la natalidad tendrá nuevamente en el período de matriculación. “Una realidad que ineludiblemente se impondrá a todos los centros”.
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