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Condenado un ertzaina por abofetear y propinar dos puñetazos a una mujer detenida en Getxo

Concentración frente al Juzgado en Bilbao para denunciar "el racismo policial"

Maialen Ferreira

Bilbao —
11 de diciembre de 2023 13:47 h

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La Audiencia de Bizkaia ha condenado a seis meses de prisión a un ertzaina por abofetear y propinar dos puñetazos a una mujer detenida en los calabozos de la comisaría de Getxo, una pena que será suspendida con alta probabilidad. El tribunal le ha condenado además a una inhabilitación especial para cargo público del agente durante el tiempo de la condena y le ha impuesto el pago de una multa de tres meses a razón de diez euros por día. El agente deberá también indemnizar con 12.400 euros a la mujer, que se llama Silvia L., que a su vez también ha sido condenada por un delito de desobediencia a agentes de la autoridad y deberá pagar una multa de 540 euros. La sentencia no es firme, ya que cabe interponer recurso ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.

Los hechos tuvieron lugar el 26 de mayo de 2018, cuando Silvia L. fue testigo de cómo unos agentes de la Ertzaintza estaban “tratando mal” a una persona sin hogar e intervino para impedirlo. Cuando les preguntó que por qué zarandeaban al hombre para levantarlo del suelo por la fuerza, los agentes le respondieron que “no se metiera y la empujaron”. La mujer cayó al suelo mientras uno de ellos le insultaba y le decía mientras se agarraba el uniforme: “¿Ves qué es esto? ¿Sabes qué es esto? ¡Vete a tu puto país, vete a tomar por culo!”, según denuncia la organización SOS Racismo Bizkaia. 

Después de aquel suceso la mujer fue detenida y trasladada a la comisaría de la Ertzaintza de Getxo, donde según muestran unos vídeos publicados por 'El Correo', un ertzaina le golpea varias veces. Él mismo reconoció posteriormente en una declaración en el juzgado alegando que vio peligrar la integridad de su compañera que la golpeó dos veces, mientras que Aghata Líbano, la abogada de oficio que lleva la defensa de Silvia, contabilizó, al menos, cinco. Silvia L. pasó la noche en el calabozo hasta que, por la mañana siguiente, llegó su abogada. “Cuando me abre la puerta, me encuentro con unas lesiones que han sido causadas durante la privación de libertad que no venían recogidas en el atestado. Le dije, '¿qué te ha pasado?' y me respondió 'me han pegado'”, ha explicado Líbano.

La sentencia recoge que la mujer intervino mientras varios agentes de la Ertzaintza estaban identificando a un “varón ebrio que molestaba a los viandantes”. Según se recoge en los hechos probados, la mujer fue detenida acusada de un delito de resistencia y desobediencia y llevada a comisaría. “Una vez en los calabozos ella quiso recuperar una cartera de su propiedad y trató de arrebatársela sin éxito a una agente momento en el que el ertzaina procesado la agarró del brazo y con evidente extralimitación y sin necesidad alguna le propinó una fuerte bofetada”, detalla la sentencia, que relata después que ella le “arañó en la cara y en el cuello” y que mientras otra agente se interponía entre ambos, el acusado volvió a propinarle “dos fuertes puñetazos en la cara”.

El tribunal destaca la importancia de las “valiosísimas grabaciones videográficas” de los dos escenarios en los que tuvieron lugar los hechos objeto del enjuiciamiento: el exterior del supermercado y el interior de los calabozos. Respecto a lo visionado en el exterior del supermercado, la Audiencia de Bizkaia concluye que “no se observa actitud y, mucho menos, actos agresivos” de la mujer hacia los agentes. “Sí que les habla y les recrimina, pero no se interpone físicamente entre los ertzainas y el ciudadano objeto de actuaciones policiales. No consta que ella entorpeciera o se inmiscuyera en la labor policial y recibió varios empujones de los agentes para apartarla”, sostiene la sentencia.

“Un ataque de ira que no debe permitirse”

Sobre lo sucedido en la comisaría de Getxo, el tribunal concluye que la acusada trató en dos ocasiones sin éxito arrebatar su cartera a una policía sin tocarla y que el ertzaina procesado “sin necesidad alguna” la agarró fuertemente y le propinó primero “un fuerte tortazo (...) totalmente innecesario que supone un evidente acto de extralimitación de sus funciones y que autoriza a cualquier ciudadano a responder, a repeler una agresión ilegítima, ilegal”, concluye.

La sentencia recoge además que el agente de la Policía vasca “abdica de sus deberes profesionales y en un ataque de ira que en un funcionario público no puede ni debe permitirse” somete a la mujer a un “evidente maltrato físico, de cierta entidad”, que “la degradan como detenida y como ciudadana, que invade, innecesaria e ilegalmente, su espacio de dignidad personal, que la cosifica como ser humano y que nadie está obligado a soportar ni a esperar de un servidor público”.

Absuelta por “legítima defensa”

En el caso de la actuación de Silvia L, el tribunal considera que ha cometido un delito de desobediencia grave ya que a pesar de que los agentes le indican que la cartera con sus pertenencias por protocolo la deben custodiar ellos, intenta por dos veces arrebatársela a una policía “con lo cual está mostrando una conducta de continuado desprecio al principio de autoridad ejercido por los dos agentes que le dan una orden legítima”. Por lo que le ha impuesto una multa de tres meses a razón de seis euros por día. Sin embargo, sostiene que las lesiones que ella causó al agente se enmarcan dentro de la “legítima defensa” por lo que la absuelve del delito leve de lesiones del que estaba acusada. La propia Ertzaintza la denunció y se enfrentaba a una condena de 7 años de cárcel por un delito de resistencia, dos de atentado a la autoridad y dos delitos de lesiones de los que finalmente ha sido absuelta.

Desde SOS Racismo Bizkaia han celebrado que “después de cinco años de calvario judicial” la sentencia “no logra recuperar el daño, la impunidad, el abuso de poder, la desigualdad que ha sufrido, pero es un pequeño paso”. “Creemos que se ha dado un paso en el reconocimiento de la violencia policial -de carácter racista y machista-. Aunque, también sabemos que la sentencia no es firme, y que las fuerzas de seguridad públicas vulneran constantemente los derechos fundamentales de las personas que deberían proteger, como atestiguan las denuncias que llegan a nuestra oficina. El caso de Silvia es un claro ejemplo de las desigualdades que enfrentan las personas migradas y racializadas en este sistema racista y machista”, aseguran desde la organización, que también critica que la mujer haya sido condenada por desobediencia. “¿Delito de desobediencia? ¿Dentro de los calabozos? ¿Por intentar tomar su bolso? Silvia no merece ninguna condena. Silvia tomó la decisión de luchar por la justicia, arriesgándose a enfrentar acusaciones desmesuradas e infundadas, que sin la evidencia de las cámaras nadie hubiera creído”, concluyen.

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