ENTREVISTA Víctima de abusos sexuales

La denuncia que desenmascaró al exentrenador de Basauri: “Vi que lo seguía haciendo y había que pararlo”

“Me llamo Pepe y tengo 46 años. Mi agresor se ganó la confianza de mi familia. Abusó de mí de manera continua y en innumerables ocasiones de los 8 a los 11 años. Tras 36 años de vergüenza y miedo en la soledad pude contárselo a mi mujer (...) hoy me encuentro mejor. Sé que mi dolor no prescribirá nunca, en cambio, el delito que cometió mi agresor prescribió cuando yo tenía 28 años. Vivir con esto es muy difícil, es como tener una doble vida en las que en ambas te sientes muerto por dentro”. Son las palabras que Pepe Godoy pronunció ante una cámara hace dos años para denunciar públicamente los abusos que sufrió de niño.

Por aquel entonces, su agresor, el exentrenador de fútbol de Basauri condenado este jueves a seis años de cárcel por abusar sexualmente de un menor, se paseaba con total impunidad y continuaba entrenando a niños, a pesar de la denuncia de Pepe y de otros cinco hombres de 58, 49, 45 y 42 años sobre abusos sexuales cuando eran menores de edad. El hecho de que los abusos hubieran ocurrido en la infancia y que por tanto estuvieran prescritos hizo que el agresor no fuera procesado hasta que un menor realizó una denuncia. Gracias a ella, la Audiencia Provincial de Bizkaia ha condenado al agresor a seis años de prisión, a una indemnización de 40.000 euros y a una inhabilitación especial de nueve años para el ejercicio de cualquier profesión u oficio que conlleve el contacto regular y directo con menores, en especial el fútbol. Tampoco podrá acercarse al menor a menos de 600 metros ni comunicarse con él a través de ningún medio durante los próximos diez años.

Durante 45 años, el agresor de Pepe y del resto, fue entrenador de fútbol en la escuela Baskonia Futbol Eskola de Basauri, la más reconocida de Bizkaia. Se dedicaba a entrenar a equipos de las categorías de alevín, benjamín e infantil por lo que, en las últimas cuatro décadas, miles de menores de entre 7 y 10 años han pasado por sus entrenamientos. Se desconoce cuántos de ellos fueron víctimas de sus abusos. Pepe aventura que son “innumerables”.

¿Qué ha supuesto esta condena para usted? ¿Cómo se siente al respecto?

Si tenemos en cuenta que este hombre hace cinco años seguía entrenando y abusando de niños, considero que esta sentencia es un paso importante.

¿Qué le ocurrió a usted?

Abusos graves. Todos los tipos de abusos sexuales son muy graves, pero, en mi caso, iba más allá. No le voy a dar más detalles.

Después de su denuncia, ¿su agresor continuó en el equipo de fútbol entrenando a menores?

Lo retiraron el mismo día en que publiqué el vídeo, pero antes de eso puse en conocimiento en la Escuela de Fútbol Baskonia lo que pasó y no hicieron nada.

Cuando le vi con el niño que luego ha denunciado me saltaron las alarmas porque tuve bastante claro lo que estaba ocurriendo por los movimientos que estaba viendo; ahí entendí que teníamos que hacer algo

¿Cómo tomó la decisión de hacer público lo ocurrido a través de un vídeo?

Conté a mi mujer lo que me había pasado y ella lo denunció en la comisaría de la Ertzaintza de Deusto. Más tarde se pusieron en contacto conmigo y yo testifiqué sobre la denuncia de mi mujer. También lo hicieron mis hermanos, pero se archivó el caso. Decidimos hablar con un responsable de la escuela de fútbol, que nos confesó que había rumores al respecto y que él era conocedor de que algo podía estar pasando. Le pedimos que hablara con la Ertzaintza para conseguir algún testimonio que no haya prescrito, pero no aportó ningún dato nuevo. Hablamos con otro responsable de la escuela y mi mujer y yo le pedimos que lo retirasen de sus funciones como entrenador. Nos dijeron que lo iban a hacer, pero no hicieron nada. Seguimos viendo a mi agresor con menores y decidimos que eso había que pararlo. Por eso hicimos el vídeo. Y, en ese mismo instante, lo retiraron de la escuela. Lo denuncié públicamente porque vi que seguía haciendo lo mismo. En el vídeo no dije ni su nombre, ni el pueblo, ni el equipo al que me refería, pero todo el mundo señaló a ese hombre como el agresor.

Usted fue el primero que denunció, pero tras su denuncia salieron a la luz más casos. ¿Cómo ha sido ese proceso?

Cuando hice la denuncia pública se sumaron otras cinco y un año después denunció el menor. Parece que cuando los delitos están prescritos son menos importantes, que el daño se hizo hace años y que las personas no seguimos sufriendo, pero yo creo que es al revés. Hemos estado todos esos años en silencio y viviendo con las secuelas que nos dejó. Somos muchas víctimas, yo diría que innumerables, y siempre he tratado de respetar a todas las que no han podido hablar porque sé lo difícil que es, yo mismo lo he vivido. No le puedo pedir a nadie que denuncie. Aunque nuestros delitos estén prescritos, reconforma saber que pudimos aportar nuestro granito de arena con nuestros testimonios durante el juicio.

¿El 'modus operandi' o la forma de actuar del agresor era la misma en todos los casos?

Sí. Él buscaba una familia en la que los padres estuviesen ocupados para que se pudiese encargar él de llevar a los niños a entrenar. Poco a poco se iba ganando la confianza de la familia y, una vez que estaba dentro, según el número de menores que hubiera en ella, podía estar más o menos años.

¿Durante todos estos años usted ha vivido cerca de él?

No he vivido cerca de él hasta que compré un piso con mi mujer en la misma calle. Yo vivo en el número 46 y él en el 60. Comencé a verle a diario y cuando le vi con el niño que luego ha denunciado me saltaron las alarmas porque tuve bastante claro lo que estaba ocurriendo por los movimientos que estaba viendo. Tampoco sabía mucho porque yo no estaba dentro de esa casa, pero ahí entendí que teníamos que hacer algo.

Después de denunciarlo, cuando iba por la calle, muchos vecinos me paraban para decirme que sabían que también anduvo con otros niños, todo el mundo sabía de alguien con quien había andado

¿Conocía al resto de niños que sufrieron abusos?

Algunos de los que han denunciado son mis hermanos. A otros los he conocido durante el proceso.

¿En Basauri se sabía lo que estaba ocurriendo?

Salió el vídeo y todo el mundo le señaló sin que yo hubiera hecho público su nombre. Lo retiraron de inmediato del equipo. Cuando iba por la calle vecinos me paraban para decirme que sabían que también anduvo con otros niños, todo el mundo sabía de alguien con quien había andado. En el vídeo salí yo, pero fue una cosa hablada con mis hermanos porque sabía que ellos también iban a ser señalados.

¿La sociedad sigue mirando para otro lado cuando este tipo de sucesos ocurren?

Parece que sí porque estuvo más de 40 años abusando de menores en un pueblo y con los rumores que había alguien debería haber puesto esto en conocimiento de la Ertzaintza, como lo hizo mi mujer. Y luego la Ertzaintza ya investigaría lo que tuviera que investigar, pero al menos que se denunciara.

Según las estadísticas la mayoría de los casos de abusos sexuales a menores ocurren dentro del entorno de la víctima.

Sí, pero en este caso en un principio no era de mi entorno, me conoció y luego pasó a ser alguien cercano. Es más difícil denunciarlo si se trata de un familiar. También si la víctima se siente sola o no cuenta con el apoyo de su entorno, como yo lo tuve. Yo sabía que mis hermanos habían pasado por lo mismo y, gracias al apoyo de ellos y de mi mujer, pudimos denunciarlo.

Es complicado llegar a entender que tú no tienes ningún tipo de culpa, que la culpa es del agresor y de aquellos que lo sabían y no hicieron nada para pararlo

¿Cómo se vive tras un suceso así? ¿Se llega a superar alguna vez?

Espero que a partir de ahora sí. Siempre voy a tener ese recuerdo, pero si lo verbalizas te sientes más libre. Ya no tienes que esconder ese secreto que te hace sentir culpable, te avergüenza o te hace sentirte cómplice, ya no cargas con ello. No es fácil, pasa un tiempo desde que denuncias hasta que te sientes mejor. Es complicado entender que tú no tienes ningún tipo de culpa, que la culpa es del agresor y de aquellos que lo sabían y no hicieron nada para evitarlo. A una persona que ha sufrido abusos le cuesta mucho poder hablarlo y, a medida que pasan los años, más todavía.

¿Sin su denuncia es probable que el menor no hubiera denunciado lo que le estaba ocurriendo?

Sí. Yo ahora me hago preguntas: ¿si no hubiera hecho el vídeo hoy en día seguiría abusando de niños? ¿Se hubiese sentado en el banquillo de los acusados? No sé lo que hubiera pasado, pero yo creo que habría seguido entrenando al igual que lo ha estado haciendo durante 45 años aunque todo el mundo supiera lo que había.

elDiario.es/Euskadi

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