¿Qué hacía un equipo de Intervención de la Ertzaintza en la capilla del museo de San Telmo de Donostia en la madrugada del día de de San Sebastián? ¿Qué relación puede tener todo ello con la lucha contra el yihadismo? Las preguntas vienen motivadas por el disparo fortuito que uno de los agentes realizó dentro del lugar en aquella actuación. El tiró dañó un lienzo de 1930 valorado en un millón de euros. La reparación concreta supondrá al Departamento de Seguridad una indemnización de 25.780 euros y Asuntos Internos tiene abierta una investigación para estudiar posibles medidas disciplinarias.
El consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, ha enviado al Parlamento Vasco -a solicitud de EH Bildu- una explicación sobre unos hechos que ocurrieron a principios de año (la festividad de San Sebastián es el 20 de enero) pero que no trascendieron hasta después del verano. Según el informe, “el nivel 4 de alerta antiterrorista decretado en el Estado” desde hace más de cuatro años por la amenaza yihadista “conlleva una serie de medidas específicas de prevención y protección”. Como fiesta que reúne a una gran masa de personas, la tamborrada donostiarra obligó a la comisaría local a pedir “cobertura” a este grupo de elite.
La Policía hizo un “análisis previo” de “posibles ubicaciones” para acantonarse con seguridad y, al tiempo, proporcionar un tiempo de respuesta rápido “a las zonas donde se congrega la multitud y son susceptibles de la comisión de atentados”. La elección fue una capilla. “Se consideró adecuada la ubicación del museo y concretamente la capilla por tener un acceso directo a la calle de Santa Corda, muy próxima a la plaza de la Constitución”, que es el corazón de la fiesta. “Se procuran utilizar edificios públicos pero, en ocasiones, por parámetros de idoneidad, se utilizan locales privados. En todos los casos se realizan las gestiones oportunas con los titulares o responsables de los lugares para solicitar las autorizaciones pertinentes y este caso no fue una excepción”, explica Erkoreka en respuesta a las preguntas del parlamentario Julen Arzuaga.
La Ertzaintza cree que el lugar también proprocionaba “condiciones adecuadas” para el almacenaje del armamento que acompaña a los equipos de Intervención, que no es ni mucho menos el ordinario de las patrullas de Seguridad Ciudadana. Pero, a la hora de retirar el operativo y cargar con los equipos, el agente que protagonizó el suceso se colocó al hombro una bolsa y la escopeta que había en su interior se disparó de forma fortuita, según explicó en su día Seguridad. Asuntos Internos se puso “inmediatamente” a investigar lo ocurrido. Erkoreka señala que el expediente abierto se halla “en fase de investigación” y que todo el asunto se ha tratado “en los márgenes de transparencia y garantía procesal que presiden la actuación de esta Administración”.
elDiario.es/Euskadi
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