Donostia se embarcaría este sábado, víspera del día de la virgen de la Asunción, en una semana totalmente festiva que daría comienzo con el cañonazo en los jardines de Alderdi Eder a las 19.00 horas. Sin embargo, debido a la COVID-19, por segundo año consecutivo, la capital guipuzcoana no va a poder celebrar la Semana Grande como de costumbre. A pesar de la cancelación de las fiestas oficiales y de que en este 2021 tampoco se cantará el “Artillero, dale fuego” ni el 'Festara', el Ayuntamiento de Donostia ha organizado un programa de actividades culturales “de pequeño formato” para los días de las no fiestas y también para el resto del mes. La capital afronta estas no fiestas después de que la fórmula no haya funcionado en Vitoria, donde se pudieron ver aglomeraciones de gente en las supuestas no fiestas de la Virgen Blanca. Una semana después, las infecciones del virus y la tasa de incidencia se ven incrementados en la ciudad alavesa.
Formalmente, la Semana Grande donostiarra está cancelada por segundo año consecutivo. No obstante, el Ayuntamiento de Donostia ha planteado una alternativa llamada 'Abuztua Donostian', un programa que ocupa todo el mes de agosto con el que la ciudadanía donostiarra puede disfrutar de eventos culturales variados, todos en “pequeño formato”, como la exposición de la Comparsa de Gigantes en el Museo San Telmo, diferentes concursos y ferias, espectáculos en la calle y eventos deportivos, entre otros. En todos ellos el protocolo de seguridad sanitaria es claro: “Todos los espectáculos se realizarán al aire libre, en recintos acotados, con aforo limitado y control de acceso”. Además, el uso de la mascarilla es obligatorio en todo momento dentro del recinto y los asistentes no podrán permanecer de pies ni cambiar de asiento.
El portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, ha hecho hincapié en que las aparentes no fiestas están dando lugar a encuentros de gran afluencia de personas, pese a estar suspendidas oficialmente. “Estamos comprobando que se están produciendo encuentros, digamos que espontáneos, de personas donde no se mantienen las medidas básicas de protección”, ha detallado este jueves. En este sentido, Eneko Goia, alcalde de Donostia, sugirió unos días antes de la última reunión del Labi –la mesa de crisis de la emergencia sanitaria en Euskadi– que un toque de queda ayudaría a evitar las aglomeraciones: “Es más sencillo en un momento dado establecer un horario e intentar cumplirlo que andar haciendo labores de vigilancia de un lado para otro como se está haciendo”. No habrá toque de queda durante esta Semana Grande donostiarra, pero sí un refuerzo de la seguridad con “toda la policía que pueda haber” para intentar impedir grandes reuniones, como ha señalado Zupiria.
El planteamiento que hizo el Ayuntamiento de Vitoria para las fiestas de La Blanca, la primera de las tres capitales vascas en “celebrar” su semana grande, fue similar al de Donostia. Entonces, la plaza de la Virgen Blanca quedó totalmente vallada durante la tarde del 4 de agosto para evitar aglomeraciones a la hora de la bajada de Celedón y en la noche del 9 de agosto para la subida, ambas suspendidas por la pandemia. Aun así, la fórmula de las no fiestas no pudo evitar las aglomeraciones durante las noches y el Casco Viejo estuvo a rebosar de gente que no cumplía las medidas. Una semana después de los días festivos, en Vitoria se ha doblado el número de casos diarios detectados y es una de las pocas localidades en las que la incidencia se mantiene al alza.
Por ello, la comisión que asesora al Labi ha adelantado este jueves que no se relajarán las medidas que entraron en vigor el pasado 22 de julio, si bien la tendencia de la pandemia en Euskadi sigue a la baja. La primera de las razones es que a pesar de que la incidencia tiene un ritmo descendente, la ocupación de camas UCI no ha decrecido desde que se tomaron las medidas. Asimismo, el Labi ha recordado los rebrotes surgidos de las no fiestas de algunos municipios vascos, como los sanjuanes de Hernani, que se saldaron con más de medio millar de contagios, o El Carmen en Markina-Xemein, donde la incidencia alcanzó los 5.000 casos.
“Según la experiencia acumulada en las últimas semanas, que este próximo fin de semana y días siguientes, coincidiendo con el 15-16 de agosto y posteriores, se celebrarían en un gran número de localidades de Euskadi sus fiestas patronales”, indica la comisión, pues además de la Semana Grande de Donostia, también se celebraría después la de Bilbao y las fiestas de muchos municipios vascos. Por eso mismo, Zupiria ha expresado que se acercan “unos días que van a ser críticos”. “En la mayor parte de los casos no habrá programa de fiestas (no debería programarse nada que provocare concentraciones de personas en número y manera no controlados y con riesgo de no cumplir con las medidas preventivas); pero es de temer que serán, previsiblemente, ocasión de un incremento de encuentros e interacciones sociales de riesgo”, ha señalado el Labi. También ha reiterado que los posibles rebrotes podrían modificar la tendencia de los indicadores de la pandemia y se traducirían en “en infecciones, enfermedad, hospitalizaciones, ingresos UCI y fallecimientos”.