El Departamento de Seguridad ultima un nuevo decreto que creará especialidades dentro de la Ertzaintza y que abrirá la puerta a fijar tiempos mínimos y, sobre todo, máximos de permanencia en unidades sensibles como Intervención o Brigada Móvil en un contexto de envejecimiento de la plantilla. Según el borrador del texto, que está fechado a 10 de octubre, las especialidades serán siete: seguridad vial, investigación, escoltas, intervención, guías caninos, antidisturbios y artificiero. Es un paso más para modernizar un cuerpo con aspiraciones a ser “Policía integral”.
Defiende Seguridad que es un texto pionero. “Se regula por primera vez en una disposición general la definición básica de las especialidades como elemento estructural de la Ertzaintza, de forma que no queda al arbitrio de convocatorias de cursos, cambios en la relación de puestos o de lo que establezcan las convocatorias de selección o provisión de puestos de trabajo, lo cual permite al personal funcionario planificar, si es su deseo, su itinerario profesional a través de la especialización”, argumenta el Ejecutivo. Se añade que “la obtención de las especialidades se podrá efectuar a través de procesos de ingreso por turno libre o promoción interna a plazas requeridas de especialidad, de los procedimientos de provisión de puestos reservados a alguna especialidad (en ambos casos, incorporando el curso de especialización como parte del proceso de selección o de provisión), así como de los cursos específicos de especialización que organice la Academia” de Arkaute.
La “regla general” -se puede leer en el decreto- es que haya “una reserva de funciones de puestos a quienes disponen de las cualificaciones específicas que se determinen” para cada especialidad. Pero “es posible conferir comisiones de servicio a puestos con requisito de especialidad a quienes no dispusieran de ésta”. ¿Cuándo? “Por necesidades del servicio, cuando no existan funcionarios suficientes con la especialidad correspondiente y siempre que garanticen una adecuada prestación de las funciones correspondientes”, precisa Seguridad. Las plazas para cada especialidad aparecerán en la relación de puestos de trabajo, que dibuja la estructura de la Policía vasca.
En cuanto a las categorías concretas, serán especialistas en seguridad vial aquellos agentes dedicados a “prevención y neutralización de las situaciones de riesgo para la seguridad de las personas y los bienes en las vías interurbanas y, si procede, en las urbanas”, aunque en principio aquí la competencia es de los cuerpos locales. En la categoría de investigación, los ertzainas se centrarán en la “recopilación y tratamiento de información, investigación, inspección y esclarecimiento de los hechos susceptibles de infracción penal o administrativa en diferentes ámbitos”. Habrá también una categoría de “protección personal”, esto es, la “prestación de servicios de protección especializada a autoridades, altos cargos y otras personalidades o a personas amenazadas”. Tras el final de ETA, estas unidades se han reducido de manera notable.
La especialidad de “intervención especial” implicará la “prevención y neutralización de las situaciones de riesgo para la seguridad de las personas y los bienes en casos de alto riesgo o alta complejidad, o que requieran de cobertura de alta seguridad a otras unidades policiales”. La denominada especialidad “cinológica” está pensada para la “prevención y neutralización de las situaciones de riesgo para la seguridad de las personas y los bienes en aquellos casos en que se requieran perros adiestrados con el fin de conseguir la máxima operatividad”. La Brigada Móvil es la unidad antidisturbios y comporta “prevención, mantenimiento y, en su caso, restablecimiento del orden público en situaciones de grave riesgo, así como la intervención ante situaciones de accidentes, catástrofe o calamidad pública, mediante dispositivos de seguridad y planes especiales de seguridad ciudadana en supuestos de complejidad técnica, gravedad e intensidad alta, así como el apoyo especializado a otras unidades en el control de masas, la custodia y traslado de detenidos y la participación en dispositivos de seguridad planificados”. Finalmente, se crea la especialidad de “desactivación de artefactos explosivos” y “NRBQ”. Los artificieros actúan en “situaciones de riesgo para la seguridad de las personas y los bienes cuando se requiere la desactivación o neutralización de sustancias o artefactos explosivos o la neutralización de riesgos de carácter nuclear, radiológico, bacteriológico o químico (NRBQ)”. No se mencionan las titulaciones específicas requeridas para determinados puestos de la unidad de Policía científica.
Se indica que “la adquisición de la especialidad requiere, en todo caso, la realización y superación de los cursos de formación y, en su caso, los períodos de prácticas” y “obliga” a los funcionarios a presentarse a las vacantes de la titulación que hayan obtenido si no desean una asignación “de carácter forzoso” y sin derecho a “compensación económica”. El decreto abre la puerta a que las OPE de ingreso puedan reservar plazas también a determinadas especialidades. Se anuncia que habrá una “mínima permanencia” en las especialidades pero también estancias máximas, particularmente cuando el puesto exija unas determinadas habilidades físicas, como es el caso de las unidades de elite de Intervención. Este decreto no detalla en qué plazos está pensando la jefatura de la Ertzaintza y la concreción queda para futuros desarrollos. En la Brigada Móvil se planteó en 2015, por ejemplo, un máximo de 20 años, pero en 2018 falleció el agente Ino Alonso en un operativo en San Mamés y es un tema que volvió a plantearse como necesario.