No han pasado ni dos semanas. El 23 de marzo, el lehendakari, Iñigo Urkullu, defendió en una entrevista que las mascarillas eran “absolutamente aconsejables” incluso en exteriores. Ahora, el 6 de abril, Euskadi “se ha sumado a la propuesta” de que desaparezcan también en interiores -con algunas excepciones- desde el 19 de abril. Las autoridades sanitarias vascas sí habían expresado públicamente su rechazo a esta medida antes de Semana Santa.
En un breve comunicado, el Departamento de Salud ha explicado que el Ministerio de Sanidad ha elevado al consejo interterritorial que sienta al Gobierno central y a las comunidades autónomas el documento de los expertos que ve posible este simbólico paso en la salida de la pandemia, aunque no todavía al 100% en centros sanitarios o residencias y el transporte público. El argumento para justificar la postura es que “siempre” se adoptan las decisiones previo análisis técnico. Hasta ahora, no se habían mojado públicamente en ningún sentido.
En todo caso, Euskadi ha vuelto a quejarse de la forma en la toma de decisiones. La consejera vasca, Gotzone Sagardui, ha dado a entender que la medida ya estaba predecidida por el Ministerio de Sanidad sin contar con las autonomías, que tienen competencias en la materia. “Se ha elevado a definitivo lo que era un borrador elaborado en la ponencia de alertas sin haberlo enviado antes a las comunidades autónomas y sin pasar siquiera por la comisión de salud pública, celebrada este martes”, ha protestado el Gobierno de Urkullu en su comunicado.
La relación de Euskadi con las mascarillas ha sido de amor-odio en la pandemia. En un inicio, la entonces consejera Nekane Murga llegó a burlarse de Pedro Sánchez por usarlas. Después, se hicieron obligatorias en todo momento nada más pasar las elecciones autonómicas, en julio de 2020. Cuando se permitió estar en la calle sin ellas siempre que hubiera distancias, Euskadi se opuso. Es más, Urkullu fue el más insistente para recuperarlas en todo momento, como ocurrió en Navidad. En estos meses, solamente en la reciente conferencia de presidentes Urkullu se ha dejado ver sin ella. Incluso ofreció su discurso de Nochevieja con una FFP2 en el jardín del palacio de Ajuria Enea.
elDiario.es/Euskadi
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