La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha querido contrarrestar las críticas a la velocidad de Euskadi en la campaña de vacunación -es la última comunidad autónoma de 17 en el ránking desde hace semanas- con anuncios de nuevos colectivos a los que se empezará a inmunizar y algunos plazos para concluir las fases ya en marcha. En concreto, ha confiado en poder iniciar antes de que acabe febrero la administración del suero a los mayores de 80 años que no viven en residencias, un colectivo de alto riesgo y de unas 150.000 personas. Además, espera terminar “a finales de febrero o principios de marzo” con la primera dosis de toda la plantilla del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza), compuesta por alrededor de 42.000 profesionales. No obstante, Sagardui ha querido matizar que todo depende de los suministros, que en el caso de Moderna van a sufrir recortes en las próximas entregas.
En los últimos días, se han multiplicado las voces contra el Gobierno vasco por las vacunas. Se mantiene latente la polémica por las vacunaciones irregulares en Basurto y Santa Marina -aunque como adelantó este periódico la Fiscalía ha archivado la investigación penal abierta- y, al mismo tiempo, sindicatos y sanitarios han alzado la voz por la baja proporción de personal de Osakidetza vacunado (grupo 2 de prioridad tras mayores y trabajadores de residencias) cuando ya se va a empezar esta misma semana con otros profesionales esenciales como la Ertzaintza (grupo 5 de prioridad). “En la séptima se Txagorritxu no se han quitado el EPI en un año y hay compañeros que no están vacunados. Ni la primera dosis. En la UCI también hay compañeros que no están vacunados. Todos somos súper importantes, también los ertzainas y los demás que van a recibir la de AstraZeneca, pero la primera línea... Yo no esperaba que tardaran tanto”, contaba un sanitario de Vitoria.
Sagardui ha respondido que Euskadi tiene “clara” su estrategia, que pasa por reservar por sistema el 50% de todos los viales que se reciben para garantizar la segunda dosis. Con Pfizer se inocula a los 21 días, con Moderna a los 28 días y con AstraZeneca a las 10-12 semanas. En todo caso, la consejera ha querido mostrar que las cosas avanzan. “Considero que se está haciendo un esfuerzo”, ha enfatizado la titular de Salud. En cifras, los datos muestran que aunque se han dado ya más de 100.000 vacunas, son 43.682 los que tienen la pauta completa, el 2% de la población total. Es un ritmo que llevaría el final de la campaña hasta finales de 2022 ó 2023.
Por grupos, Euskadi está completando ya la doble dosis en el primer colectivo diana, mayores residenciados y gerocultores, a los que se les inmuniza con Pfizer. El proceso arrancó el 27 de diciembre y habrá durado casi dos meses. Además, la aparición de brotes o las bajas del personal dejan pendientes algunos flecos. El segundo colectivo fue el de sanitarios de Osakidetza. Se subdivide en dos, primera y segunda línea. 10.715 tienen ya los dos pinchazos y 8.429 esperan la segunda dosis. Sagardui ha apuntado que el 45,92% ya ha sido citado y que se ha convocado a 14.700 en la última semana. Se espera que a principios de marzo se complete toda la primera vuelta, tanto a los más expuestos como a los de “segunda línea”, lo que supondría el final del proceso en el arranque de abril en los casos que reciban Moderna y no Pfizer, ya que se combinan ambas. El tercer grupo son los sanitarios de la privada, un proceso que arranca esta semana, como el quinto. Éste está compuesto por profesionales esenciales y los primeros en vacunarse serán ertzainas. Para ellos se empleará AstraZeneca, por lo que los mayores de 55 años de estos grupos quedan en el limbo, ya que no solamente se aplicará hasta esa edad.
En medio queda el cuarto grupo de prioridad, las personas mayores no residenciadas. Para ellas se usará únicamente Pfizer. Por ello, aunque el plan anunciado por Sagardui plantea arrancar con ellos ya desde la semana que viene, el recorte de Moderna podría trastocar el calendario. ¿Por qué? Porque se tendría que tirar del suministro estable de Pfizer con los sanitarios y retirar dosis para este colectivo. En todo caso, el final de esta fase podría demorarse hasta el verano. Son 150.000 personas, por lo que se requieren 300.000 vacunas. Cada semana llegan una media algo menor de 20.000 de esta casa, por lo que se necesitarían alrededor de cuatro meses de envíos siempre que toda la remesa se destinase a ellos. Sagardui ha apuntado a que se priorizará dentro de los ancianos a los más mayores y que se enviarán equipos de vacunación a los domicilios en caso de que, por cuestiones de salud o de movilidad, no puedan acudir a sus ambulatorios. La consejera ha apelado a la experiencia de la campaña de la gripe, especialmente enfocada a los jubilados, pero ha matizado que ahora las vacunas vienen en viales de seis y que hay que diseñar un plan para no perder cinco dosis si se acude a una vivienda.
Se puede consultar aquí el protocolo de vacunación en Euskadi
elDiario.es/Euskadi
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