Euskadi empieza a avisar de que será preciso ahorrar energía en otoño ante la crisis abierta por la guerra en Ucrania
El Gobierno de Iñigo Urkullu, en su último Consejo antes del parón estival previsto hasta el 30 de agosto y sin alarmismos, ha empezado a esbozar ya su plan de contingencia energética ante los previsibles problemas de suministro y de costes a la vuelta del verano. El Ejecutivo, en todo caso, tendrá una fotografía más definida este viernes, cuando hay prevista una reunión interinstitucional con diferentes consejeros autonómicos, representantes de las diputaciones forales y de los municipios, según fuentes oficiales. De ese foro saldrán decisiones, sí, pero solamente de puertas para dentro, esto es, ahorros o cambios que asumirán las propias Administraciones en sus edificios y día a día.
Fuentes del Gobierno, en todo caso, matizan que Euskadi ya tiene una 'hoja de ruta' desde que se inició la guerra en Ucrania y que esa guía maestra “se va adaptando” a las “circunstancias” con el objetivo de proteger a empresas y personas. Se puede cambiar “sea en agosto o sea cuando sea” pero se recalca que la comunidad autónoma no puede actuar antes de conocer el marco en que se mueven Europa y España, de ahí que este viernes los primeros pasos serán cambios organizativos internos. “En función de las decisiones que se vayan tomando, adaptaremos y complementaremos las medidas”, explican estas fuentes sobre posibles recomendaciones a la ciudadanía en general para el uso de la calefacción en invierno, por ejemplo. Cuando se adopten, serán comunicadas a la sociedad para que pueda conocer el escenario de una manera clara.
La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, ha indicado este martes en rueda de prensa que el plan de contingencia tiene tres destinatarios, la Administración, la industria y los hogares. Que este viernes se empiece precisamente con medidas internas es un modo de ser “ejemplarizante” cuando toque pedir sacrificios al tejido productivo y a la ciudadanía, ha subrayado. Sobre las empresas, ha indicado que quizás septiembre sea un mejor momento para analizar las necesidades de consumo dado que la industria suele ralentizar o parar su producción en agosto; sobre las familias, ha recordado que son ya décadas en que el Ente Vasco de la Energía (EVE) lleva ofreciendo espacios con consejos para mejorar el ahorro en los medios de comunicación y que tocará “intensificar la divulgación” cuando corresponda.
La titular de Desarrollo Económico ha combinado el realismo -“estamos en alerta energética”- con la prudencia -no hay por qué temer cortes totales de suministro del gas de Rusia en otoño o invierno- para dejar claro que las instituciones tienen que actuar y prepararse por el plausible impacto global de las zozobras en algunas economías más expuestas como la de Alemania. “Este verano nos adelantamos al invierno”, ha enfatizado Tapia como lema de trabajo.
Entretanto, el Ejecutivo y particularmente el área de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente de Arantxa Tapia, continúa adoptando otras medidas sectoriales para paliar los efectos de la guerra en Ucrania. Este martes, por ejemplo, el Gobierno ha aprobado la aceleración de los “procedimientos de evaluación de impacto ambiental de determinados proyectos de generación de energía”. “Se trata de una medida urgente que, con el objetivo de hacer frente a la escalada del precio del gas natural así como a la incertidumbre en cuanto a la duración e intensidad de esta situación, pretende acelerar la acción del Gobierno vasco en materia de transición energética”, entiende el Ejecutivo. Se pretende “agilizar la instalación de proyectos de energía renovable a través de la exclusión en determinados proyectos del procedimiento de evaluación de impacto ambiental” regulados en una normativa autonómica muy reciente, de diciembre de 2021. Es una decisión política “priorizar” proyectos de generación de energía frente a otros, pero entiende el área que dirige Tapia que “estas medidas de excepción no suponen la ausencia de control sobre los proyectos”. En el caso de Álava, por ejemplo, se habían planteado algunos proyectos eólicos o solares con importante oposición.
En cuanto a líneas de ayudas, como hace dos semanas, la consejera ha vuelto a enumerar varios paquetes que se pondrán en marcha. Ha citado el programa de eficiencia energética para el sector industrial -ya existente y dotado con 61 millones- y que cambia para ampliar de 2 a 6 millones las ayudas máximas por solicitante. También que este viernes entrará en vigor un plan de 5 millones para empresas de consumo intensivo. La consejera también ha presentado el programa Handitu correspondiente a 2022, que es una “convocatoria de ayudas a la realización de proyectos de gran inversión para la transformación y comercialización de productos agrícolas, ganaderos y forestales”. Son 25 millones de euros y se podrá optar a ellas con proyectos de más de 6 millones de euros de inversión como construcción de instalaciones, adquisición de maquinaria, minimización de impacto ambiental o digitalización. También hay 2,7 millones para el sector cárnico y otros 2 millones para la digitalización de empresas agroalimentarias y forestales que se suman a los 70 millones de Emaitek Plus. Destaca el Gobierno que el denominado “fondo de rescate económico” para “hacer frente a los efectos de la guerra en Ucrania” suma 200 millones de euros en total.
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