El consejero de Salud, Alberto Martínez, ha presentado este lunes en el Parlamento Vasco una radiografía sobre la situación del servicio de emergencias de Osakidetza. En puridad, ha respondido a una petición de la oposición formulada en agosto por los problemas que se fueron sucediendo en verano, particularmente en Llodio, donde falleció un paciente. Ahora, cuatro meses después, han cambiado muchas cosas, incluida la contrata de ambulancias urgentes y programadas de Bizkaia y de Álava. Otra parte de los vehículos, las UVI móviles, son de gestión pública con alguna excepción en Gipuzkoa que en 2026 se va a revertir. También es público el helicóptero, que realiza casi medio millar de actuaciones cada año.
Martínez ha prometido mejorar en tres meses los tiempos de respuesta. Ha aludido a reducir de cinco a dos minutos el proceso burocrático desde que el paciente llama al 112 y sale un recurso y se prevé igualmente que el 90% de las llamadas sean atendidas en menos de 20 segundos. También ha resaltado la importancia de “humanizar” el servicio, hasta el punto que ha prometido “musicalizar” el interior de las ambulancias para que los pacientes no tengan el añadido de tener que aguantar el “pi-pi-pi” de las sirenas.
Martínez ha estado arropado en la Cámara por la viceconsejera, Lorea Bilbao, por la directora general de Osakidetza, Susana López Altuna, y por el nuevo director de Emergencias, Pablo Busca. Este puesto ha sido una silla caliente en los últimos años, con muchos cambios. El titular de Salud ha asegurado que es un servicio singular por ser “extrahospitalario” y tener que estar disponible 24 horas al día y 365 días al año, uno más incluso en los bisiestos. Está también muy relacionado con otros como los Bomberos y, de hecho, hay ambulancias de Osakidetza de guardia en parques de Bomberos para mejorar su respuesta.
El consejero ha querido dejar constancia que Euskadi parte de una buena base porque con una extensión similar a la de la Comunidad de Madrid y tres veces menos población ofrece 1.416 horas diarias de soporte vital básico, por ejemplo, por 1.240 de allí. Eso sí, aquí hay el mismo retén de día y de noche cuando en otros lugares se ajusta en función de la demanda. Con todo, Martínez ha admitido que en verano hubo “incidencias” y turnos que no se cubrieron. Fueron 63 de de 1.488 en julio y agosto en el soporte vital avanzado medicalizado y 410 de 3.800 en el soporte vital básico.
Osakidetza asume algunas “debilidades” y “amenazas” en el servicio de emergencias. Entre ellas, el “desgaste profesional”, la “poca visibilidad” de ese trabajo o que el “primer triaje del 112 sea realizado por personal no sanitario”. También ha apuntado a diferencias por territorios a la hora de gestionar los avisos. En Álava, por ejemplo, hay códigos para partos que no existen en otros territorios.
También se reconoce que existen “tiempos de respuesta mejorables”. Por ello, el compromiso es reducir de cinco a dos minutos el decalaje desde que se produce la llamada de un paciente hasta que se activa un recurso. Después, se prometen también otros ajustes para seguir ganando tiempo. Por ejemplo, se quiere mover la base del helicóptero de Sondika a Iurreta -la base de la Ertzaintza- para 'centrarlo' más en el mapa y cubrir mejor zonas de la Rioja Alavesa o Irún/Hondarribia en Gipuzkoa. En 2023, alrededor de un 5% de ambulancias medicalizadas llegó después de 15 minutos y cerca de un 17% de soporte vital básico superó los 13 minutos.
Martínez, en una sesión de más de dos horas, también ha destacado la importancia de la “humanización” de las ambulancias. Por ejemplo, se “musicalizarán” para dar más calma a los pacientes en un traslado, que podrán así “abstraerse”. También se decorarán para que no sean tan “hóstiles” para los menores y se permitirá que puedan ir en ellas acompañantes o incluso perros-guía en el caso de personas ciegas.
Salud confía en tener en tres meses un nuevo plan de reestructuración de emergencias. En él se buscará también un “único centro coordinador” para los tres territorios. Euskadi, según Martínez, gestiona también alertas de zonas limítrofes de Cantabria, La Rioja, Castilla y León, Navarra o incluso de “Aquitania” en Francia. Se ha aludido también a “aumentar la plantilla” e implementar nuevos turnos. Asimismo, se desea que el Gobierno central “agilice” la convocatoria de la nueva especialidad de medicina de emergencias de cara a 2027 y que se elimine la figura del “conductor” para que sean considerados “técnicos en emergencias sanitarias”. Con los cambios, el consejero ha confiado en hacer de éste un destino apetecible y no de difícil cobertura.