Euskadi quiere dejar de ser la única sin medios aéreos contra incendios pero presupuesta sólo 0,5 millones en 2023
En 2021 se anunció el 'renting' de un helicóptero por 14,4 millones y en 2022 se ha intentado adquirir dos aparatos de segunda mano por 9 millones de euros
Los presupuestos de 2023 recogen la urgencia de las instituciones vascas de contar ya con medios aéreos contra incendios forestales pero no de momento todos los recursos económicos para adquirirlos. Los 0,5 millones propuestos supondrían solamente 175 horas de vuelo, según los propios datos internos de la Ertzaintza. Euskadi es la única comunidad que no dispone de un servicio propio o subcontratado y en los últimos meses o se han solicitado apoyos a comunidades vecinas o han intervenido aparatos civiles del Estado operados por militares del grupo 43 del Ejército del Aire. Así ocurrió la pasada semana en los fuegos declarados en Bizkaia. El plan lo lidera el Gobierno vasco desde su área de Emergencias aunque son las diputaciones las que tienen competencias y servicios forales de Bomberos.
Las cuentas prevén 0,5 millones de euros para 2023 y una cantidad idéntica en 2024 y 2025, 1,5 millones en total, muy lejos del coste de una aeronave salvo que sea para un alquiler para períodos cortos. El vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, ha destacado que la decisión es fruto de un “análisis conjunto” interinstitucional y ha recordado que “debido al cambio climático, Euskadi afronta cada vez más fenómenos meteorológicos extremos”, entre ellos “temperaturas altas y aumento del riesgo de incendios forestales”. Desde la oposición, tras el anuncio, PP+Cs no ha mencionado el tema, Elkarrekin Podemos-IU ha afirmado que “seguramente” sea necesaria la inversión pero ha pedido las concusiones del análisis realizado con las diputaciones para poder hacer una valoración más completa y EH Bildu ha preguntado si el hecho de optar por incorporar medios aéreos contra el fuego paraliza la renovación de la flota ordinaria de la Ertzaintza. Vox, por el contrario, se ha permitido considerar que si ese aparato no se usa para más cosas que los incendios es un gasto “exagerado”. Sin embargo, esos 0,5 millones -o 1,5 millones entres años- quedan muy lejos de los 14,4 millones en que se estimó un aparato nuevo en 'renting' -no en propiedad'- para la Policía (dato de 2021) o los 9 millones para dos máquinas de segunda mano que se han sacado a concurso este mismo verano. Si se apostase por un hidroavión, habría que reservar 25 millones de euros.
“Queríamos transmitir la idea de que no es una dotación circunstancial limitada a un año”, ha explicado Erkoreka sobre el hecho de que el dinero se reparta entre 2023, 2024 y 2025. “El Departamento ve esto como algo que viene para quedarse. Vamos a tener que hincarle el diente”, ha afirmado sobre los incendios. “¿Es mucho o es poco? Hemos hecho un sondeo por las comunidades. Es el coste que puede suponer el helicóptero por un tiempo razonable, que está por concretar. Estos días hemos encomendado a una empresa especializada qué medio aéreo es el idóneo para Euskadi”, ha explicado también.
“Hasta que no atropellan al niño, no ponen el semáforo”, ironiza una fuente de la unidad de helicópteros de la Ertzaintza, que lleva ocho años a la espera de un aparato nuevo para sus misiones habituales de rescate y vigilancia aérea. En julio, este periódico ya recogió que se buscaban naves incluso de “segunda mano” y que entre las que se alquilaban durante las paradas técnicas o de mantenimiento de las dos máquinas de casi 30 años que están en servicio estaba un antiguo helicóptero amarillo ya retirado del servicio de Osakidetza y al que se le ponía ahora una pegatina con el escudo de la Ertzaintza. “Fuimos pioneros con los helicópteros de la Ertzaintza en extinción de incendios”, explican estas fuentes, pero añaden que perdieron esa funcionalidad hace tres décadas. “Llevamos años siendo la única comunidad autónoma sin medios aéreos. El helicóptero que echó agua en Zaldibar cuando se cayó el vertedero era el de Cantabria. Antes se nos decía que nuestra defensa del monte era muy buena y que no había ese peligro. Ahora la estacionalidad y el tipo de incendios han cambiado y los necesitamos con urgencia”, añaden los mismos medios.
Los grandes incendios de Navarra de finales de la primavera mostraron la urgencia de contar sí o sí con aparatos propios por si se reproducía una situación similar. En verano, el fuego en el sur de Álava hizo que alcaldes de zonas afectadas como Zambrana denunciaran la falta de recursos. En octubre, hace unos días, las situaciones en Balmaseda o Berango volvieron a requerir de la ayuda del Estado aunque, al mismo tiempo, Euskadi recalque que nunca ha pedido técnicamente apoyo a la Unidad Militar de Emergencias (UME). Los aparatos de la Ertzaintza sirvieron exclusivamente para un patrullaje desde el aire de responsables de Emergencias, desde donde comprobaron cómo volaban dos hidroaviones y cinco helicópteros del Estado.
A principios de verano, el Gobierno y las diputaciones ya mostraron su interés en contar con helicópteros y plantearon que fuera la propia unidad de la Ertzaintza la que asumiera el encargo. “¿Dónde vamos nosotros con nuestros aparatos? ¿Tiramos un botijo para apagar el fuego?”, indican las fuentes internas consultadas. Finalmente, el acuerdo interinstitucional ha cristalizado en articular una primera partida de 500.000 euros -que se repetirá en 2024 y 2025- formalmente para el “arrendamiento” de un helicóptero aunque Erkoreka ha tratado de llamarlo siempre “medio aéreo”, sin precisar si podría ser un avión. Quedaría por definir su ubicación y los meses en que estaría operativa la nave. En principio, el mantenimiento y operación es cosa de la empresa contratada y los bomberos serían forales. La intención es que pueda estar lista ya en 2023, al menos en los meses de “máximo riesgo”, en palabras de Erkoreka.
¿Cómo están otras comunidades? Catalunya dispone de 25 aparatos más los apoyos que llegan del Estado. En Cantabria, el Gobierno de Miguel Ángel Revilla cuenta con un helicóptero y otro de refuerzo las temporadas altas. Además, la Brigada de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF), también cuenta con otro helicóptero que solo está en los meses de mayor incidencia. La Comunidad de Madrid acordó a finales de 2021 incorporar cuatro helicópteros “bombarderos”, uno más que los disponibles hasta entonces. Castilla-La Mancha ha contado este año con 29 aeronaves y un dron. En Navarra, hay tres aparatos. “Las máquinas que tenemos en Navarra nos permiten entrar en puntos de agua a los que, por ejemplo, máquinas como las que habréis visto estos días de otros lugares no pueden entrar”, explicaba este verano un piloto del servicio navarro.
Adicionalmente, Erkoreka ha anunciado que la academia de Arkaute -de Policía y también de Emergencias- construirá “una instalación para formación de los efectivos de extinción de incendios y los equipos de protección civil de Euskadi”. “Se tratará de una torre de entrenamiento de 23 metros de altura para la práctica de maniobras de rescate en altura y mejora de la capacitación del cuerpo de extinción de incendios y salvamento. Será una construcción completísima con semisótanos, escaleras, voladizos, planos inclinados, ... para emular condiciones de campo reales. Es un proyecto ambicioso, que permitirá la formación práctica del personal especializado en diversas situaciones críticas de emergencias”, ha explicado el vicelehendakari, quien también ha recordado que en la academia ya se han hecho convocatorias conjuntas de bomberos.
Patrullas híbridas enchufables para la Ertzaintza
Los problemas con la flota no son exclusivos de la unidad de helicópteros. En el pasado hubo retrasos en la adquisición de coches-patrulla -el 'dieselgate' de Volkswagen golpeó de lleno a la Ertzaintza y también hubo que modificar los habitáculos de otras unidades adquiridas por ser pequeños para los agentes de mayor talla- y actualmente sigue en el aire la renovación de las furgonetas de la Brigada Móvil (antidisturbios), no tanto por su antigüedad -algunas superan el cuarto de siglo- sino por continúas averías en marcha. Fuentes policiales indican que en las últimas semanas se han sucedido los problemas en intervenciones como los incendios de Balmaseda o en Donostia. “No era capaz de ir a más de 55 kilómetros por hora”, se relataba en informes internos de este verano sobre algunas 'francias', que es como se conoce internamente a esos vehículos.
La gran novedad en las cuentas de 2023 es la voluntad de incorporar los primeros coches “híbridos enchufables” al parque móvil policial “con el objetivo de avanzar en sostenibilidad energética”. Son 8,3 millones de presupuesto inicial, partida que lleva incluida también la infraestructura de recarga para las comisarías. Ha añadido Erkoreka que se ha detectado un “importante” incremento en gastos de funcionamiento y suministros, de hasta casi 8 millones de euros, por las subidas de la gasolina, el diésel, el gas o la electricidad. Ese dinero y los casi 17 millones adicionales para gastos de personal se comen la subida de 21 millones en el gasto disponible para Seguridad en comparación con 2022. En global, son “36 millones” para los vehículos de “tierra, mar y aire”.
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