Euskadi ante el reto de la Sanidad pública: abrir las puertas a todos los médicos para no cerrar las de los ambulatorios
elDiario.es/Euskadi repasa con los exconsejeros Murga y Bengoa, con Satse y con un facultativo con decenas de contratos en Osakidetza la situación de la atención primaria en la semana en que se ha planteado el “cambio cultural” de ir más lejos al médico ante la escasez de personal
Euskadi se ha dado de bruces esta semana con una realidad que, sin embargo, era ya conocida y venía siendo largamente avisada por muchas voces: hay una escasez de profesionales en la red de atención primaria, es decir, en los ambulatorios y consultorios que son la puerta de entrada a la Sanidad pública. ¿Acaso esta Navidad no se redujo el horario de atención en 62 centros de salud por las vacaciones del personal imposibles de cubrir y a pesar de estar de lleno en la mayor ola de contagios de toda la pandemia? Los datos son tozudos, puesto que hay más de 100 plazas de médicos de familia sin cubrir en la actualidad, algunas de las ofertas de trabajo quedan vacantes y 500 facultativos de 1.700 se jubilarán en el próximo lustro, además de enfermeros y otros profesionales. Hay un déficit equivalente al 10% de médicos de cabecera y al 15% de los pediatras.
Sagardui realizó su reflexión -desde el Gobierno se insiste en que no se presentó ningún plan ni medidas cerradas y que no se avecinan “recortes”- el miércoles en un foro de Bilbao llamado Executive Forum España y que estaba patrocinado por dos farmacéuticas privadas, Pfizer y GSK. Se da la circunstancia de que 48 horas antes, en el Parlamento, en Vitoria, la directora general de Osakidetza, Rosa Pérez Esquerdo, y la responsable de atención primaria, Susana Martín, ofrecieron una radiografía de la situación y que, 24 horas después, se inauguró en Bilbao un congreso nacional de medicina de familia.
Las palabras precisas de Sagardui, que leyó una intervención escrita, fueron las siguientes: “No podemos obviar que tanto la especialización de recursos derivada de la innovación en técnicas y tecnologías como la escasez de médicos de familia apuntan a un horizonte de mayor movilidad de la ciudadanía para recibir atención. Euskadi es una comunidad pequeña, con buenas redes y servicios de comunicación. La movilidad no debería ser un problema, pero lo es. Nos enfrentamos al reto de trasladar a la ciudadanía que estamos ante un cambio cultural, de usos y costumbres en nuestra relación con los servicios sanitarios. Habrá que desplazarse con más frecuencia. Habrá consultorios que estén atendidos por servicios de enfermería o incluso que permanecerán cerrados en épocas como las que se avecinan, las vacacionales. Recurriremos a consultas telemáticas, a herramientas de triaje telemático. Esto va a ser así”.
La oposición de izquierdas, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU, además del grueso de los sindicatos, han entendido que el “cambio cultural” encubre un “desmantelamiento” o incluso “privatización” de la Sanidad pública. Hay convocada una manifestación de protesta. Se ha llegado a decir que Sagardui apuesta por el “modelo Ayuso”, en referencia a la controvertida gestión público-privada de la Comunidad de Madrid. Desde el flanco derecho, PP+Cs ha reabierto el debate de que exigir euskera condiciona que profesionales de fuera se sumen a Osakidetza y el PSE-EE, socio de Gobierno, se expresó en el mismo sentido. La parte del PNV del Gobierno, que se ha visto rodeada de la tormenta, ha optado por contratacar señalando que los socialistas exhiben “falta de conocimiento” y señalando que apenas 20 plazas de las 27.000 que componen la plantilla de Osakidetza requieren un PL4 o C2, el máximo conocimiento de un idioma según el marco europeo.
Un médico: “Tenía contratos de dos horas”
El doctor Roberto Sánchez, que se hizo conocido por ser uno de los denunciantes del fraude en las oposiciones médicas de 2018, tiene doble especialidad como anestesista y médico de familia. Hace pocas semanas ha dejado su hospital, el del Alto Deba, y ni se ha planteado volver a un ambulatorio. Ha optado por trabajar para la red de residencias. Los profesionales de primaria cubren no solamente las plazas de los ambulatorios sino también las de Urgencias, las ambulancias o la creciente red sociosanitaria para personas mayores. Meses atrás, se popularizó un mensaje suyo en Twitter con todos sus contratos cuando trabajaba en atención primaria. “Mi último curro ahí fue en Sansomendi y de tarde. Veía 50 personas en una tarde. Tenía contratos de dos horas. Te llamaban a las ocho de la mañana para entrar a las nueve. En cinco años me conocí todos los centros de salud de Álava menos el de Izarra y Aranbizkarra II. En 2008 lo dejé y ahora que he dejado también el hospital no he planteado volver aunque en mi centro de salud hay tres plazas vacantes e iba a tener trabajo seguro. Están asfixiados y salen con la sensación de que los pacientes necesitan una mayor atención”, señala tras matizar que, en la pandemia, sí ha hecho algunos refuerzos tanto en residencias como en atención domiciliaria en equipos de Osakidetza.
En el Parlamento, Pérez Esquerdo y Martín asumieron que las ofertas no son atractivas aunque, repitieron, el salario que se ofrece a los que acaban de terminar la formación es de “3.000 euros” y, en muchos casos, con horario solamente de mañana y sin fines de semana y guardias. A principios de junio han quedado vacantes diez de doce plazas de Pediatría y 11 de las 24 de atención de adultos. En Emergencias, de ocho sólo se llenó una. Zonas como Lea-Artibai, la Llanada Alavesa o incluso el Bidasoa presentan el mayor número de bajas. “Tiene buena remuneración pero las respuesta que tenemos es ésta”, dijo Martín. “Es más atractivo ir al hospital que a primaria”, asumió la directora general de Osakidetza, una organización que tiene 340 centros de salud. Tampoco hay jefes para esos ambulatorios. “Nos estamos creyendo todo este discurso de que todo está mal y nos cuesta mucho identificar líderes dentro de las organizaciones”, se sinceró Martín, ella misma profesional de primaria. “No hacemos ningún favor diciendo que Euskadi no es atractiva”, imploraron.
Nekane Murga: “En la tele sale el cirujano y el de Urgencias”
Nekane Murga fue consejera de Salud a propuesta de Iñigo Urkullu en 2019 y 2020, coincidiendo con la llegada del coronavirus, con el confinamiento y con las dos primeras olas. Asume que “hay plazas de difícil cobertura” aunque entiende que Euskadi “no tiene el perfil de tener localidades tan alejadas de los centros urbanos”, algo “frecuente en zonas despobladas de Galicia, Castilla y León o Extremadura”, por lo que estima que tendrá más fácil afrontar este reto para la primaria que no es privativo de esta comunidad autónoma. Apunta también que, en el caso de la pediatría, juega a su favor que “está bajando la natalidad”, por lo que se podrá compensar de alguna manera el déficit existente. Para ella, la medida fundamental pasa por prestigiar el trabajo en los ambulatorios y por orientar la formación de los nuevos profesionales para que no huyan de la medicina de familia.
Euskadi “no tiene el perfil de tener localidades tan alejadas de los centros urbanos”, algo “frecuente en zonas despobladas de Galicia, Castilla y León o Extremadura”
“La vocación también surge y en la tele sólo sale el cirujano o el de Urgencias salvando vidas. En nuestra etapa se trabajó para aumentar el número de centros con capacidad de acreditar plazas de médicos de atención primaria, para aumentar la capacidad formativa de Osakidetza, para incorporar como profesores a médicos de atención primaria y para aumentar la oferta de prácticas en centros de salud”, explica. En este sentido, la rectora de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha dicho esta semana en Radio Euskadi que estudiará la posibilidad de seguir ampliando las plazas de Medicina. La UPV/EHU (pública) construye ya una nueva facultad para mudarse de Leioa a Bilbao, más cerca del hospital de Basurto, y Deusto (privada) estrenó en 2020 su primera promoción de Medicina.
Rafael Bengoa fue consejero entre 2009 y 2012, con el socialista Patxi López, y también ha sido asesor de la OMS o incluso de Barack Obama. Asegura que “hace 17 años” ya se conocía que iba a llegar una pandemia con “ataque respiratorio” y que “desde hace 25 años” se intuye un envejecimiento de la población –con todo lo que implica de cronicidad: “de los que ves en la calle todos los días, el 40% tiene ya una enfermedad crónica al menos”- y un caída de la natalidad, pese a lo cual los sistemas sanitarios llegaron “inmaduros” al momento crítico. “Ahora se sabe que viene una crisis de recursos humanos. Muchos médicos y enfermeros son ‘baby boomers’ y se van a jubilar. No es culpa de nadie en concreto pero es un problema que tendremos que resolver”, reclama Bengoa.
Rafael Bengoa: “Salen ganando los seguros privados”
A su juicio, hay que “asegurar que los incentivos sean proprimaria y no prohospitales para reforzar el sistema” porque “si se está pagando más a un médico para atender en Urgencias que en el ambulatorio” se produce un efecto indeseado. Y alerta de la creciente privatización de la Sanidad en España, lo que puede suponer más plazas para profesionales fuera de la pública. “Sabemos que en esta pandemia se está dando una tendencia absolutamente paradójica. Lo público ha salvado la situación pero salen ganando los seguros privados. La gente que puede está acudiendo a un doble aseguramiento y esto es importante porque ya se empieza convertir en tendencia. Todos los años un 2% más de la población usa su dinero para esto. Vamos a un sistema doble, una medicina de ricos y otra de pobres. Es la ‘latinoamericanización’ del sistema español”, diagnostica. Plantea también “desburocratizar” la tarea en el ambulatorio para dedicar más tiempo a la atención.
Preguntado sobre el “cambio cultural”, incide en que es necesario pero en otro sentido: “Claro que los pacientes han de responsabilizarse más de su salud. Has de saber que tu comportamiento con el tabaco, el alcohol o las drogas a los 20 te va a condicionar mucha cronicidad a los 50 o a los 60. La población tiene interiorizado que tiene un sistema de Salud ‘reparador’, pero toca a asumir responsabilidad en el estilo de vida. Pero también los Gobiernos tienen que crear condiciones para que eso ocurra. Si es más caro el aceite malo que el bueno o el restaurante de comida mediterránea que el McDonald’s…”.
Y. ¿cómo ha encajado la enfermería la idea de que haya consultorios sin médicos? Amaia Mayor, del sindicato corporativo Satse, defiende que “desde hace tiempo” estos profesionales tienen “nuevas competencias” más allá del rol tradicional de un enfermero en el pasado. Hacen “seguimiento de crónicos” o “procesos leves autolimitados”, como también el control de medicamentos que no requieren prescripción médica. Hay muchos puestos de jefatura de unidades de atención primaria ocupados por enfermeras, destaca Mayor, que reclama una “visibilización” de este colectivo muy feminizado. “A partir de ahí, no pretendemos para nada invadir competencias de otros profesionales y no estamos tampoco para nada de acuerdo en ningún tipo de recorte de servicios o en que la ciudadanía se tenga que desplazar más para recibir atención”, subraya Mayor.
Vamos a un sistema doble, una medicina de ricos y otra de pobres. Es la ‘latinoamericanización’ del sistema español
Y, si faltan médicos en primaria, ocurre lo mismo en enfermería. Mayor ofrece un dato: cada profesional tiene entre “1.500 y 1.800” TIS asignadas, esto es, pacientes en su cupo y, en las zonas rurales, llegan a 3.000. Un pediatra, por ejemplo, tiene unas 800 de media, según datos de esta misma semana en el Parlamento. “El enfermero de primaria es el que menos cobra en toda Osakidetza. No se percibe el 4% que cobran en hospitales a pesar de la carga de trabajo importantísima. De ser un trabajo menos gravoso por no tener nocturnidad, se ha ido deteriorando y deteriorando”, remacha.
Suscitada la polémica, Sagardui aseguró que este verano no habrá un servicio muy diferente al de otros años. Eso sí, es ya común que haya reducción en la atención. Salud se escuda en que cae también un tercio la demanda, como también afirma que hay más espera para pedir una cita telefónica con el médico de cabecera (tres días) que una presencial (dos días). A falta de los detalles precisos centro por centro, el plan pasa por que los ambulatorios que cierran a las 20.00 horas lo hagan a las 17.00 horas y que los que durante al año ya cierran más temprano no atiendan a partir de las 15.00 horas. En todo caso, el mensaje oficial es claro: “Toda persona que quiera trabajar en Osakidetza tiene las puertas abiertas”.
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