Euskadi tendrá que levantar por decreto la obligación de usar mascarillas en la calle que entrará en vigor por ley el 24 de junio

El jueves, un Consejo de Ministros extraordinario aprobará para toda España el fin de la obligatoriedad del uso de las macarillas en exteriores. Y, el jueves, el Parlamento Vasco tiene previsto al fin aprobar su ley antipandemia que recoge expresamente la necesidad de emplear protecciones en la vía pública mientras esté en vigor la emergencia sanitaria, según el articulado aprobado este mismo viernes. Durante la pandemia, este estado ha sido decretado por el lehendakari en dos ocasiones, de marzo a mayo de 2020 -aunque Iñigo Urkullu haya defendido que se mantuvo el pasado año hasta junio se levantó mucho antes para poder celebrar elecciones en julio- y desde el 15 de agosto hasta ahora de manera ininterrumpida.

Preguntado por esta contradicción, Urkullu ha reconocido que “en el caso de que el Gobierno [de Pedro Sánchez] que es quien tiene la facultad, decida flexibilizar” el uso de mascarillas, el Ejecutivo tendría que emitir “un decreto que ponga en valor la liberación del uso de la mascarilla” y que al mismo tiempo deje sin efecto una de las previsiones de una ley recién aprobada y que tantos meses ha tardado en ver la luz desde que se produjeran los primeros casos de coronavirus allá por febrero de 2020. No obstante, fuentes parlamentarias indican que el propio articulado que saldrá adelante refleja la posibilidad de que el Departamento de Salud module la normativa en caso de que las circunstancias lo aconsejen.

Sobre el fondo de la cuestión, el lehendakari se ha mostrado conforme con la retirada de las mascarillas, aunque advirtiendo de su preceptividad aún en interiores e incluso en exteriores si no hay distancias. Ha destacado que, con la incidencia en caída y un porcentaje de la población superior al 50% con al menos una dosis, es un paso que viene avalado por los expertos. Sí que ha molestado a Urkullu que el presidente haya hecho el anuncio “en los medios de comunicación” y no consultándolo y consensuándolo con las comunidades autónomas, que tienen competencias en materia de Sanidad, en el marco del consejo interterritorial que sienta cada miércoles a la ministra, Carolina Darias, y a los consejeros del ramo. Es el enésimo choque por la cogobernanza de la pandemia.

En todo caso, Urkullu no ha descartado ni mucho menos poner fin ya a la emergencia sanitaria a corto plazo. El lehendakari, al presentar las nuevas y más suaves medidas que entrarán en vigor desde este sábado -se podrá consumir en la hostelería hasta las dos de la madrugada-, ha aventurado más flexibilidad aún en dos o tres semanas si la tendencia descendente se mantiene y las nuevas variantes no generan un repunte. Y quizás también desactivar la segunda emergencia por la COVID-19.

¿Qué supondría? Básicamente el final del Labi como mesa de crisis tal y como se ha conocido hasta ahora, con el lehendakari al frente y con consejeros de muchas áreas, alcaldes, diputados generales y hasta el delegado del Gobierno. Se podrían mantener y adoptar medidas desde el área de Salud, como ocurrió de junio a agosto de 2020, ha explicado. El Labi se ha reunido en 29 ocasiones, explican fuentes de la Presidencia vasca. Fueron doce en la primera fase y van diecisiete en la segunda, según este recuento.

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