Urkullu pide a Sánchez que mantenga el estado de alarma más allá del 9 de mayo porque las comunidades quedarían sin “capacidad operativa”
El lehendakari valorará este martes la “conveniencia” de reunir esta semana la mesa de crisis para estudiar posibles nuevas restricciones ante el repunte de los contagios
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha pedido este lunes al Gobierno de España de manera directa el mantenimiento del estado de alarma más allá del 9 de mayo, cuando finaliza el plazo de medio año que se acordó el pasado otoño. Urkullu siente que Euskadi, que duplica la tasa de incidencia media de las comunidades autónomas y que vive un repunte de la presión hospitalaria por cuadros severos de COVID-19, se quedaría en situación de “incapacidad operativa” para mantener algunas restricciones, principalmente el toque de queda o los topes en reuniones. Ha remarcado, además, que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), de la mano del magistrado Luis Garrido, ha tumbado varias de las propuestas autonómicas y que es precisa la “seguridad jurídica” del régimen excepcional. Además, considera que la eliminación del estado de alarma ofrecería una “interpretación equivocada” a la sociedad de fin de la pandemia, un “exceso de confianza” que se podría traducir en relajación ciudadana.
Se da la circunstancia de que Urkullu fue una de las voces más críticas con el primer estado de alarma, que se llegó a definir como un “155 encubierto” de las competencias vascas. Asimismo, en aquella primera fase de la pandemia Urkullu adelantó a mayo el final de la emergencia sanitaria para convocar elecciones en julio y adelantó también unos días el final del estado de alarma, que acabó antes que en otros puntos de España. Ese final llegó con una escenificación en la muga con Cantabria en la que el propio lehendakari y el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, animaron a la movilidad entre ambas autonomías.
Entrevistado en Radio Euskadi, Urkullu ha recordado que fue el primer líder autonómico que, a finales de octubre, emplazó al Gobierno de Pedro Sánchez a que activara un segundo estado de alarma para dar cobertura a las medidas autonómicas ante las diferencias entre los pronunciamientos judiciales de unos y otros territorios. En el caso vasco, un auto del juez Garrido impidió prohibiciones de reuniones y similares porque fuera del marco excepcional del estado de alarma no se pueden limitar derechos constitucionales. Preguntado si la nueva ley vasca antipandemia que han presentado PNV y PSE-EE, los partidos que sustentan el Ejecutivo vasco, cubriría esas lagunas tras el final de la alarma, simplemente ha reseñado que sin las medidas adecuadas se abriría “un tiempo muy delicado” porque todavía queda un verano entero de “emergencia sanitaria” hasta que se logre una vacunación masiva.
Sobre la situación de la pandemia en Euskadi, tras repetir en varias ocasiones que no es amigo de “rankings” ni comparativas, ha deslizado que otras comunidades autónomas no dan datos reales de incidencia mientras aquí se conocen con “transparencia” todos los indicadores. No ha concretado a quién estaba señalando, a pesar de las repreguntas de los periodistas Xabier García Ramsden y Arantxa Ruiz. Sí ha admitido que es “preocupante” la “presión hospitalaria”. Entre el lunes y el domingo pasados, se han disparado de 340 a 458 los ingresos respecto al período anterior. En las anteriores olas los picos fueron de 565 (febrero) y 500 (noviembre), respectivamente. Con menos casos, esta fase de la pandemia está generando más presión hospitalaria.
Los casos semanales se disparan un 36%
En la última semana ha subido de manera muy clara igualmente la tasa de positividad, que es la proporción de casos aparecidos en relación a las pruebas PCR o de antígenos totales. Por encima del 5% ya se considera un nivel de riesgo y esta semana la media ha superado el 8% por vez primera desde el peor momento de la anterior escalada, la de enero-febrero de este año. Es la quinta semana consecutiva de ascenso en el número de contagios en Euskadi. En tres de las cuatro olas anteriores en Euskadi la escalada ha tenido exactamente esa duración y luego ha emprendido caminos de descenso. Pero hay una diferencia: el dibujo de esta curva muestra que en esta quinta semana el ascenso se ha acelerado muy por encima de otras veces. En concreto, se han notificado 5.085 positivos entre lunes y domingo por 3.719 del período anterior. El crecimiento ha sido del 36% cuando en las olas de noviembre y de después de Navidad la última semana de mayor incidencia supuso alrededor de un 10% más que la inmediatamente anterior.
La fuerza de esta ola, además, ya ha superado a la de agosto-septiembre, que llegó a un tope de 4.592 positivos semanales. Es 9.215 el peor registro en las 59 semanas que se prolonga ya la pandemia y se dio en noviembre. Ello implicaría una media diaria de 1.300 casos. Hasta ahora se ha bordeado este sábado la barrera de 1.000 pero no se ha llegado a rebasar. Los datos de la primera fase no son comparables por el ostensiblemente menor volumen de pruebas que se realizaban.
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