Desde el inicio oficial del solsticio de verano, la llegada de migrantes a las capitales vascas ha sido incesante. Exiliados dispuestos a pasar temporalmente, por Bilbao y San Sebastián sobre todo. Para recobrar fuerzas y seguir su camino, que normalmente, es el norte de Europa, donde a la mayoría les esperan sus familias, exiliadas con anterioridad. Todos ellos huyen de lo mismo: el hambre, la metralla, el miedo y un pasado sin aliento. Y todos ellos buscan lo mismo: seguridad, paz, serenidad. Algunos llegan machacados por el desgaste del tiempo de la travesía y necesitan unas horas para reponerse, ropa y algo que llevarse a la boca. Otros llegan completamente exhaustos y necesitarán asistencia médica y más de 48 horas en la ciudad. Pero el destino está en Alemania, Bélgica, Dinamarca o Suecia.
El goteo de los migrantes en tránsito ha pillado por sorpresa a las instituciones públicas vascas, que han tenido que apresurarse para organizar dispositivos de emergencia centrados en la atención básica de los recién llegados. A finales del mes de junio, las capitales de las provincias vascas recibieron en sus respectivas estaciones de autobuses algunos grupos de inmigrantes procedentes de Senegal, Gana, Etiopía y otros países de la África Subsahariana, grupos que primero llegaron a las costas andaluzas
Desde la plataforma de ayuda ciudadana Ongi Etorri Errefuxiatuak, se han exigido más recursos ante, según dicen, la considerable falta de ellos. De hecho, el pasado jueves 5 de julio se concentraron en las escaleras del Ayuntamiento de Bilbao para denunciar la falta de “coordinación” y solicitar la creación urgente de un nuevo albergue ante la posible llegada de más exiliados. Han avisado mediante un comunicado que tras “el anuncio de las instituciones de que se van a ampliar los recursos para atender las personas en tránsito” harán “un seguimiento muy de cerca de la respuesta” de las mismas. A su vez se han reafirmado en su “voluntad de seguir aportando ayuda y acompañamiento mientras sea necesario”.
Gobierno vasco, Diputación de Bizkaia, Ayuntamiento de Bilbao y Cruz Roja han mantenido un encuentro en Bilbao para abordar la situación y gestionar un dispositivo de urgencia que trate de ayudar durante este paso por la ciudad de Bilbao. En el dispositivo se contará con la inversión económica de la “trinidad” de las instituciones vascas, donde Gobierno Vasco, que se ha comprometido a sufragar la mayor parte, aportando 100.000 euros, la Diputación de Bizkaia, 30.000 euros, y el Ayuntamiento de Bilbao, reaccionará con una inversión en emergencia de 20.000, según informó Europa Press.
Es más, en declaraciones para la misma agencia, la diputada de Empleo, Inclusión Social e Igualdad de Bizkaia, Teresa Laespada realizó un llamamiento a la tranquilidad. Admite que los servicios con los que cuenta Bizkaia podían hacer frente a la llegada cotidiana de migrantes, pero que, desde el 20 de junio, cuando llegaron 60 personas, existe una saturación a la que hay que hacer frente. “No hay que mirar para otro lado”, reconoció.
Laespada también señaló que será Cruz Roja la entidad que se encaragará de la atención, dotándoles de fondos para hacer frente a los servicios necesarios. Ante la petición de la plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak de abrir otro albergue en la ciudad, Laesapada pide “racionalidad” ante el posible paso fugaz de los migrantes.
Del mismo modo, pero desde el Ayuntamiento de la capital de Gipuzkoa, el alcalde Eneko Goia ha declarado que están trabajando en la búsqueda de espacios para la posible acogida de inmigrantes, pues no disponen de lugares para afrontar emergencias sociales de este calibre. “Tenemos que buscar un lugar, no sé si en el término municipal de San Sebastián o alrededores, que dé respuesta a esa primera entrada de choque ante situaciones que nos estamos encontrando y que nos vamos a seguir encontrando”, aseguró. Además, Goia señaló que es necesario que Gobierno Vasco y Diputación Foral de Gipuzkoa actúen, “porque no es solo un problema de Donostia”.
Auxilio y orientación
Auxilio y orientaciónDesde Cruz Roja se han puesto manos a la obra para hacer frente a la situación y poder solventarla sin complicaciones. Son ellos quienes realizarán el acompañamiento en su llegada, así como la atención primaria, quienes están gestionando los centros de acogida temporal y quienes decidirán la ubicación y residencia de los migrantes. También son los encargados de coordinar la apertura de un segundo centro de acogida con capacidad para otras 40 personas. Ongi Etorri Errefuxiatuak realizó una larga cacerolada ante el Ayuntamiento para exigir entre otras cosas, la ampliación de la capacidad de acogida de estos albergues bilbaínos. Desde su escrito de prensa, Cruz Roja señaló que también es importante su papel como informadores y orientadores: “El objetivo principal de la intervención es dar soporte humanitario a través de la cobertura de necesidades básicas”. Desde la entidad anunciaron que su motivación “es desplegar un conjunto de capacidades que permitan colaborar en la minimización de los efectos de las emergencias, aliviando el sufrimiento humano y protegiendo la salud”
Desde el Ayuntamiento de Bilbao también se ha realizado un llamamiento a la calma. Además, el alcalde, Jose Mari Aburto ha explicado la confusión por la llegada masiva en este momento, una situación con la que especula y a la que no sabe dar una respuesta clara: “¿Por qué se está enviando tanta gente a Bilbao, sobre todo parece que de manera muy decidida desde determinados entornos de Barcelona? Son preguntas que nos hacemos e iremos intentando responder, pero nuestra labor principal es intentar atender a las personas y hacerlo de la mejor manera posible”.
En declaraciones para Radio Euskadi, el Delegado del Gobierno en Esukadi, Jesús Loza, manifestó que se está trabajando “en un gran pacto social por la inmigración” en colaboración con el Gobierno Vasco. A su vez destacó entre sus competencias la de otorgar asilo y refugio desde su propia delegación. “En vez de competencias deberíamos hablar de responsabilidades”, reconoció Loza. Señaló que mantiene contacto diario con Cruz Roja, quienes le facilitan un informe con la previsión de llegadas y rechazó la idea que se barajaba del “efecto llamada” alegando que, en este momento, las costas del sur de España están recibiendo un mayor número de personas con destino claro, el norte de Europa.
Y es que Bilbao y San Sebastián son ciudades, como afirman muchos, de tránsito. Una posible parada antes de proseguir un arduo camino para muchos que partieron, hace semanas –e incluso meses– desde sus tierras. Un respiro, un alto en el camino. Para algunos, la última parada antes de llegar a sus destinos.