El consejero vasco de Salud, Jon Darpón, afronta este viernes una dura sesión de control al Gobierno en el Parlamento, probablemente una de las más complicadas desde que accedió al cargo en 2012. Las sospechas de manipulación en los exámenes de las especialidades médicas de la OPE de Osakidetza, adelantadas por este periódico y ya residenciadas por los sindicatos en la Fiscalía, han motivado preguntas de toda la oposición. Darpón, en cambio, defiende la limpieza del procedimiento a pesar de que la propia Administración haya decidido suspender la adjudicación de plazas en cuatro categorías -Angiología, Anestesiología, Cardiología y Cirugía Plástica- ante la polvareda levantada.
“En relación a la OPE y a las presuntas irregularidades, somo los primeros interesados en aclararlas. Pero la forma de actuar de Osakidetza no deja lugar a dudas. Usted ha planteado dudas obscenas y sin ninguna prueba de cargo. No crea que todo vale, lo que está en juego es el empleo estable y la reputación del servicio de Salud”, le ha respondido con un tono muy duro, casi desafiante, a la portavoz sanitaria del PP, Laura Garrido, la primera de las voces de la oposición en elevar a la Cámara el debate.
Darpón, incluso, no ha podido evitar la tentación del 'y tú más' para echar balones fuera sobre las actas notariales que antes de las pruebas adivinaron quién lograría las plazas o las acusaciones de irregularidades llegadas incluso por miembros de los tribunales que han evaluado la OPE. “Su partido es el menos indicado en el momento actual para poner esas palabras… Si hay responsabilidades, que se depuren. A ver si le suena, que se depuren”, le ha contestado a la representante del PP. Darpón no se ha quedado ahí y ha defendido que, pese a no tener dudas sobre el proceso, ha tomado medidas profilácticas: “No tenemos nada que ocultar. Se han abierto varios expedientes, también se ha dado a conocer que se va a realizar un análisis exhaustivo”.
Informes estadísticos sobre las notas en las especialidades de medicina hospitalaria de la OPE -que no son precisamente las más masivas en una convocatoria con 96.000 inscritos en conjunto- muestran una distribución anómala de las notas. Según las conclusiones extraídas por LAB y el Sindicato Médico, en hasta 13 pruebas hay sospechas de manipulación por el hecho de que haya un reducido grupo de aspirantes con ejercicios perfectos o cercanos a la perfección, que habitualmente coinciden con el número de plazas ofertadas, y por el hecho de que son puntuaciones notablemente superiores a la media para exámenes muy complicados.
Garrido ha añadido, además, que la “confidencialidad” de los exámenes no estaba garantizada por los tribunales. Una información de 'El Mundo' ha puesto de manifiesto, asimismo, que 24 altos cargos de Osakidetza presiden los tribunales de la OPE cuando Darpón y la directora general del Servicio Vasco de Salud, María Jesús Múgica, habían enfatizado que ningún cargo ni del Departamento de Salud ni de Osakidetza había participado en la confección, custodia o corrección de los ejercicios.