La Seguridad Social ha reconocido que el cáncer que sufren dos trabajadores se debió a la exposición al amianto durante su vida laboral. Ambos sufren mesotelioma pleural, un cáncer que se deriva exclusivamente de la exposición a este material, descartando otros posibles orígenes.
Uno de los trabajadores es I.M.S.E., de 68 años, quien comenzó a trabajar en 1966 en CAF Beasain, inicialmente como chapista y calderero, pasando más tarde a tareas relacionadas con el control de calidad. Después de su jubilación le ha sido diagnosticado un mesotelioma pleural maligno. Pese a figurar en el fichero de trabajadores y extrabajadores probablemente expuestos al amianto, Osakidetza no le realizaba la vigilancia sanitaria post ocupacional que la legislación exige, según Comisiones Obreras.
La misma dolencia le fue diagnosticada a F.J.B.C., de 57 años y extrabajador de Astilleros Ascorreta y Mendia, de Pasaia. F.J.B.C. trabajó desde los 15 años reparando cojinetes antifricción y motores de barcos en el citado astillero. “La empresa”, censura el sindicato, “no adoptó en ningún momento medidas preventivas frente a la exposición al amianto ni incluyó al trabajador en el fichero de trabajadores y extrabajadores probablemente expuestos al amianto.
Las resoluciones emitidas por la seguridad social van a suponer incrementos en las prestaciones económicas de ambos trabajadores. También abren la posibilidad de reclamar indemnizaciones por daños y perjuicios y recargos de prestaciones de entre un 30% y un 50% por “incumplimiento de las empresas de las normas de seguridad e higiene y la ausencia de medidas preventivas frente a la exposición al amianto”.
Para CCOO de Euskadi resulta “escandaloso” que Osakidetza haya incumplido la obligación de comunicar sospecha de enfermedad profesional en ambos casos. Esta obligación del sistema público de salud viene recogida en el Real Decreto por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales.
El sindicato entiende que no comunicando la sospecha de enfermedad profesional se favorece la ocultación del origen laboral de las dolencias ocasionadas por las condiciones de trabajo. “La no comunicación por parte de Osakidetza también favorece que queden ocultas las infracciones preventivas y hace que disminuya la cuantía de las prestaciones económicas de las personas enfermas y/o de sus familiares, a la vez que se deteriora la situación económica de la propia Osakidetza, al correr este ente con gastos que corresponderían a la mutua por derivar de la contingencia profesional”.