Eva Luna Díaz, antropóloga: “Desamparar a las mujeres frente a la gestación subrogada no es protegerlas”
“La gestación por sustitución no tiene que ver con partidos de derechas ni de izquierdas, tiene que ver con un fenómeno social complejo que ya está ocurriendo”, asegura la profesora e investigadora en Sociología y Antropología por la Universidad Complutense de Madrid, Eva Luna Díaz García
La semana pasada tuvo lugar en Bilbao el primer Congreso Internacional sobre Gestación Subrogada, en el que expertas, mujeres gestantes y familias de distintos países debatieron durante tres días sobre esta práctica, ilegal en España, pero legal en países como Ucrania o Estados Unidos.
A las puertas de la conferencia, celebrada en el centro Azkuna Zentroa, edificio propiedad del Ayuntamiento de Bilbao, cientos de mujeres convocadas por el colectivo feminista 'Las criadas. No es ficción está pasando', compuesto por organizaciones feministas y de mujeres en contra “de la compraventa de bebés” se manifestaron y, al igual que en otras ocasiones en las que eventos de este tipo han tenido lugar en la ciudad, simularon 'El cuento de la criada' para denunciar “la mercantilización del cuerpo de la mujer”.
Desde dentro, la profesora e investigadora en Sociología y Antropología por la Universidad Complutense de Madrid, Eva Luna Díaz García, asegura que no escuchó los gritos, pero era consciente de las protestas que estaban teniendo lugar fuera del congreso. Díaz es una de las organizadoras de la conferencia y moderó una de las mesas titulada 'Perspectivas feministas sobre la gestación por sustitución'. “Muchas de las mujeres gestantes invitadas quisieron salir a ver y conocer el punto de vista de las mujeres que protestaban, hubiera sido muy enriquecedor que hubieran entrado para debatir entre todas. Surgieron debates interesantes incluso entre las personas que están a favor de regular la gestación por sustitución”, asegura a este periódico.
¿Qué valoración realiza sobre el primer Congreso Internacional sobre Gestación Subrogada que tuvo lugar en Bilbao?
El congreso contó con una parte académica, una de experiencias personales de mujeres gestantes y otra de familias. En las mesas académicas tratamos el tema del feminismo, porque las ciencias sociales quieren investigar cómo es la realidad, con trabajo de campo y entrevistas. Abordamos temas como la ética, la bioética y cuestiones como el hecho de que la regulación del aborto unió a las feministas, pero el debate acerca de la prostitución las ha desunido. Al final no podemos hablar del feminismo como un ente monolítico porque hay distintos posicionamientos incluso entre las personas que quieren regular la gestación subrogada, porque hay quien defiende un modelo altruista, uno comercial o uno mixto. En esos términos también surgieron debates interesantes. Faltaron las que estuvieron fuera, esperaba que se hubieran animado a asistir al congreso, eso sí que me dio pena.
¿Hubo alguna persona que asistiera al congreso y manifestara ser contraria a esta práctica?
No como tal, pero sí que hubo personas que están a favor de la regulación de la gestación por sustitución por resignación, un poco como ocurre con la prostitución. Aceptan que la práctica existe y está a favor de regularla para proteger a esas mujeres. Son personas que son contrarias a esta práctica, pero que optan por la regulación.
¿Cómo se estudia la gestación subrogada desde la Antropología Social?
Desde la Antropología en concreto se hace trabajo de campo, es un análisis cualitativo con el que se busca una representación estructural del fenómeno social. Lo ideal es realizar entrevistas para ir y ver a esas personas, conocer su cotidianidad, ver cómo actúan y viven y valorar sus motivaciones en el contexto cultural en el que ocurren, porque no tiene nada que ver la gestante ucraniana con la de Estados Unidos. Ese trabajo de lo cotidiano, del día a día, permite descubrir un valor cualitativo muy importante e interesante.
Tras conocer la realidad de familias y mujeres gestantes, ¿entiende que haya tantas críticas con respecto a la gestación subrogada?
Lo que yo creo es que es una práctica controvertida con muchísimos matices y que en este país seguimos teniendo una tradición judeocristiana muy fuerte como sistema cultural. Seguimos creyendo que el Estado es un 'papá Estado' que debe protegernos, no lo digo como algo malo, sino como un hecho. Por eso, tenemos una teoría que es que existe una buena mujer que es la esposa, casta y pura y, por otro lado, tenemos la visión de la mala mujer que históricamente se ha asociado con la prostituta. Con la gestación por sustitución se difuminan esos límites y eso genera mucha incomodidad. En algunos de los discursos abolicionistas no hay forma de entender que la mujer gestante pueda decidir libremente o eres una maldad personificada que te has creído el liberalismo económico y todo lo haces por dinero y es el dinero el que elige o estás alineada, vas con el agresor y no puedes salir de ahí. En esas situaciones yo me pregunto que ¿qué hacemos con esa gestante a la que le ha ido bien, le ha gustado estar embarazada y después ha montado su propia empresa de gestación subrogada? De golpe es la víctima y la victimaria, todo en la misma figura. Esas incongruencias están ocurriendo a día de hoy.
El dinero da una sensación de suciedad, de que gestan solo por el dinero, pero si fuera solo por eso no habría tantas personas que lo hicieran
¿Cómo se estudia la gestación subrogada desde el feminismo?
El feminismo tiene muchísimos posicionamientos y enfoques. No todas las feministas están de acuerdo en todo y, aunque todas quieran la igualdad, cómo llevarlo a cabo es tremendamente controvertido. El feminismo te fuerza la mirada a tener muy en cuenta la perspectiva de género en todas las investigaciones que hagas. Es muy necesario y más en casos como estos.
¿Hasta qué punto influye el dinero en la gestación subrogada? Muchas de las personas que critican esta práctica aseguran que si esas mujeres tuvieran recursos suficientes o si no se realizase un cuantioso pago por gestar el bebé de otra persona, no lo harían. ¿Qué valoración realiza sobre esto?
Durante el congreso esa pregunta se le realizó a todas las gestantes y hay una gran diversidad de opiniones. Las ucranianas, por ejemplo, aseguraron que ellas sin cobrar no lo harían, porque por lo general en Ucrania lo viven como algo comercial, no tienen esa romantización del embarazo que tenemos en nuestra cultura. Sin embargo, también había mujeres que aseguraban que sí que lo harían sin cobrar, como por ejemplo, una mujer canadiense, muy religiosa, que lo hacía para dar un regalo a la comunidad. La diversidad de opiniones es muy dispar. Yo me quedo con una frase que dijo una gestante estadounidense que dice: “Yo lo haría gratis el día que el ginecólogo, el gestor de la clínica y el de la agencia también lo hagan gratis”, porque al final a las mujeres se nos está exigiendo que seamos buenas, puras y altruistas cuando al resto de la cadena reproductiva no se le exige lo mismo. Es cierto que el dinero da una sensación de suciedad, de que lo hacen solo por el dinero, pero si fuera solo por eso no habría tantas personas que lo hicieran. El altruismo y la parte económica van muy ligadas en todos los procesos de reproducción asistida. Lo mismo ocurre con las donantes de óvulos, que si no se les diera una compensación económica no creo que hubiera.
¿Qué modelos de gestación subrogada existen?
Existe el comercial, que es el que tienen en Ucrania y Georgia y en el que el dinero juega el papel más importante, el altruista, que es el de Estados Unidos y el mixto. En el modelo altruista de Estados Unidos también se les da dinero, cuentan con un contrato que estipula que van a recibir una cuantía económica, pero no se puede explicar toda la gestación por sustitución que ocurre en Estados Unidos solo con el dinero o con la motivación económica. De hecho, una de las expertas explicó en el congreso que en Estados Unidos solo un 1% de las mujeres que quieren ser gestantes lo terminan siendo, porque para garantizarse que no lo hacen solo por el dinero se les mira la renta, se aseguran de que tienen una buena situación financiera y que ya hayan tenido hijos. Es decir, que no necesiten ese dinero para vivir, sino que sea un plus para ellas.
Ana Obregón hizo un cóctel que desde luego no es representativo de la gestación por sustitución
Ana Obregón hizo un cóctel molotov mediático en el que juntó todo: maternidad en edad avanzada, donación intrafamiliar post mortem, gestación por sustitución, exposición de ese bebé en los medios y ser madre-abuela. Hizo un cóctel que desde luego no es representativo de la gestación por sustitución. Sé que a las familias les gustó que se hablara del tema aunque fuese de forma tan polémica. Aún así es cierto que cuando lo hace una mujer mayor se le critica más que cuando lo hace una figura masculina mediática de su misma edad.
¿Considera que la polémica sobre la gestación subrogada está bajando de intensidad?
Creo que desde que Ciudadanos intentó meter la gestación por sustitución en su agenda política está teniendo cada vez más fuerza y ha entrado para quedarse como debate mediático. Lo que ocurre es que asociamos a Ciudadanos con el liberalismo económico y consideramos que todos aquellos partidos que están a favor de ese liberalismo económico estarán también a favor de la gestación por sustitución, entonces, automáticamente, la izquierda en bloque debe estar en contra de forma automática. Eso es lo que ha ocurrido, porque antes de que Ciudadanos lo metiera en su agenda, la disparidad que había incluso dentro de la izquierda era mucho mayor.
¿Se entiende que un partido de izquierda esté a favor de la regularización de la gestación subrogada?
Debería considerarse, porque la gestación por sustitución no tiene que ver con partidos de derechas ni de izquierdas, tiene que ver con un fenómeno social complejo que ya está ocurriendo. Considero que si hay partidos feministas cuyo objetivo es proteger a las mujeres, quizá la mejor manera no sea dejarlas desamparadas en un vacío legal, sino ver cómo se las puede proteger, porque desamparar a las mujeres frente a la gestación subrogada no es protegerlas.