El exdirigente del PNV de Álava Aitor Tellería, condenado a seis años, un mes y quince días de cárcel por ser partícipe de la red de corrupción del 'caso De Miguel', quiere exprimir hasta el final las posibilidades de eludir la entrada efectiva en prisión o, al menos, retrasarla al máximo. Después de que la Audiencia Provincial de Álava decretara que los problemas de salud que alegó no eran causa suficiente para no ejecutar la pena privativa de libertad y le diera diez días naturales para personarse en Zaballa, su defensa ha formulado un doble recurso a la desesperada que aún no se ha resuelto a horas de que se cumpla el plazo. Y, entre otras cuestiones, alega razones “humanitarias”.
Tellería estima, por un lado, que no se ha tenido en cuenta que se ha solicitado un indulto político al Gobierno de España para que le exima del cumplimiento de la pena más alta de todas las que componen la suma de delitos que cometió. En concreto, esa gracia “parcial” afectaría a los dos años y tres meses por haber formado parte de una “asociación ilícita” para el cobro de comisiones ilegales. Se alega que si se cancela la única pena que supera la barrera de dos años podría suspenderse el conjunto de la pena. Sin embargo, también sus excolegas en el Araba Buru Batzar y socios de la empresa pantalla Kataia Consulting Koldo Ochandiano y Alfredo de Miguel pidieron el indulto y están ya cumpliendo la pena en el centro penitenciario alavés mientras se tramita.
Por otro lado, ha presentado igualmente un escrito para paralizar la entrada en prisión por motivos “humanitarios”. En concreto, apela al artículo 80.4 del Código Penal, que permite suspensiones de condenas en cualquier momento para casos de dolencias muy graves e “incurables”. Los problemas de salud han sido la baza principal de Tellería en estos meses desde que se hizo firme su condena por corrupción política y enriquecimiento ilícito. A diferencia de Ochandiano, a quien desde el inicio le desestimaron esta argumentación, Tellería sí logró un primer informe forense favorable a suspender la entrada en la cárcel. Pero la Fiscalía recurrió, pidió más aclaraciones y se ha constatado ahora que sus dolencias -de las que nunca se ha informado en detalle- son compatibles con la estancia en un centro penitenciario y que, en todo caso, pueden ser atendidas allí mismo.
Los dos intentos 'sobre la bocina' de Tellería tienen la forma de recursos “de súplica”. Esto implica que son resueltos por el propio órgano que controla la ejecución de las penas, en este caso la Audiencia Provincial de Álava. Hasta ahora, la sala compuesta por los magistrados Elena Cabero, Francisco García Romo y Ana Jesús Zulueta ha desestimado todas las alegaciones presentadas tanto por Tellería como por los otros tres exdirigentes del PNV que también han tenido que ir a la cárcel, Xabier Sánchez Robles (encarcelado desde mayo) y Ochandiano y De Miguel (ambos desde julio en Zabala).
Sin embargo, estas maniobras de quien también fuera concejal en Vitoria y juntero en Álava, entre otros cargos, sí ha logrado posponer al menos hasta ahora la condena. La primera sentencia del 'caso De Miguel' fue de diciembre de 2019 y ya entonces se le evitó el cumplimiento a cambio de medidas cautelares. La sentencia final, del Tribunal Supremo, llegó en enero de 2023 pero no fue firme hasta marzo. Dentro de los implicados en esta trama, Tellería fue el primero que pudo haber pisado la cárcel ya que fue juzgado en 2013, junto a dos ertzainas, en una pieza separada en la que estuvo acusado de haber articulado una red de espionaje con los agentes, destinados en los servicios de Información. Quedó absuelto por falta de pruebas en aquella ocasión.