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La familia de Aniceto, miliciano vasco víctima de la Guerra Civil, recupera sus restos ocho décadas después

Maialen Ferreira

28 de julio de 2021 21:30 h

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58.331 es el número de la chapa identificativa que otorgaron a Aniceto Agirrebeitia Lazpita, natural de Berriz, panadero, el mayor de cinco hermanos y miliciano vasco. Gracias a ese número, ocho décadas después, han sido reconocidos sus restos tras una exhumación realizada en el monte Bizkargi, de Amorebieta-Etxano. Con el número de la chapa, que estaba ligado a documentos del Ejército Vasco, sus familiares también han podido saber después de tantos años que Aniceto luchó en el batallón Esteban Salsamendi, estuvo adscrito al Partido Comunista de Euskadi (PCE-EPK) y falleció el 16 de mayo de 1937, con tan solo 26 años.

La familia se enteró hace siete meses de que aquel hermano desaparecido del que solo sabían que había fallecido en el frente estaba enterrado a pocos kilómetros de su casa, en lo alto del monte Bizkargi. Tras cotejar las muestras de ADN de los restos exhumados con las de los Agirrebeitia, pudo ser identificado y este martes, finalmente, han sido entregados en una urna a sus familiares para después ser depositados en el Columbario de la Dignidad de Elgoibar, Gipuzkoa, donde actualmente yacen los restos de 59 personas víctimas de la Guerra Civil, una decena de ellas identificadas.

“Hoy sentimos que cerramos un círculo. Han transcurrido 84 años desde su muerte, y este acto sencillo en el que su familia le recibe cobra todo el sentido en este lugar, un espacio creado para la memoria y para la dignidad de las víctimas. Este es un lugar para honrarlo y recuperar su memoria, la de una persona que luchó por la libertad y por la democracia de Euskadi. El día de hoy tiene un sentido íntimo, personal, familiar y entiendo que también emocionante en el que Aniceto Agirrebeitia vuelve con los suyos, con sus personas más allegadas”, ha señalado la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno vasco Beatriz Artolazabal, durante el acto al que también han acudido representantes de distintos partidos políticos así como José Antonio Rodríguez Ranz, viceconsejero de Derechos Humanos, Memoria y Cooperación y Aintzane Ezenarro, directora del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, Gogora.

“Este gesto que hacemos hoy tiene un significado para el conjunto de la sociedad vasca. Este gesto público en el que os arropamos representantes de distintas ideologías otorga a Aniceto Agirrebeitia Lazpita el lugar que merece en la memoria colectiva de nuestro país como víctima de una violencia y de una guerra injusta”, ha indicado Artolazabal.

En un acto emotivo y bajo la lluvia, sus familiares han recibido a Aniceto con alegría y celebración. Entre ellos, su sobrina Maripaz Araiztegi Agirrebeitia que ha confesado “sentirse en paz y tranquila” cuando “ya no tenían esperanzas de encontrarlo”. “Es una alegría haber localizado a un ser querido, porque aunque no le conocimos, de nuestra madre siempre oíamos qué habría sido de él, cómo sería su final, dónde moriría porque no teníamos ni una noticia. Solamente que había muerto en el frente y se acabó. Ahora la alegría que tienes de poder vivir este momento y la pena por otra parte de que nuestra madre no pudo conocer. En la familia podemos decir que se ha cerrado una página que estaba abierta y podemos estar tranquilos”, ha expresado Maripaz, hija de la hermana de Aniceto.

La consejera Artolazabal ha destacado, un día después de haberse aprobado la nueva ley vasca de Memoria Histórica, que actos como este “simbolizan muy bien la trascendencia y utilidad de las políticas públicas de memoria. Los pasos que damos en la recuperación de la memoria histórica y democrática son pasos que damos en la construcción de la convivencia en nuestro país”.

Desde el año 2001 en Euskadi se han llevado a cabo un total de 46 exhumaciones con resultado positivo, 24 de ellas en Bizkaia, 15 en Gipuzkoa y siete en Álava. Resultado de esas exhumaciones se han recuperado los restos de 110 víctimas de la Guerra Civil en Euskadi, 108 hombres y dos mujeres. Sin embargo, tan solo se han podido identificar a 27 de esas personas, cuyos restos han sido entregados a las familias. La mayor parte de las víctimas exhumadas, un total de 70, eran combatientes, aunque también se han recuperado los cuerpos de 26 víctimas de ejecuciones extrajudiciales y de catorce personas muertas en cautividad.

La lista de personas exhumadas sin identificar es larga, pero aún lo es más la de víctimas de la Guerra Civil que siguen enterradas en lugares sin localizar. Según el censo de víctimas mortales de la Guerra Civil en Euskadi que elaborado por el Gobierno vasco de la mano del Instituto de Memoria (Gogora), hay cerca de 8.000 de las 21.000 víctimas mortales de la guerra y el primer franquismo (1936-1945) en Euskadi enterradas en paradero desconocido.

elDiario.es/Euskadi

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