La Fiscalía mantiene su petición de 25 años de prisión para Bara Ndiaye por el asesinato de su pareja, Maguette Mbeugou, en 2018. El ministerio fiscal entiende que acabó “de manera brutal” con la vida de la mujer cometiendo un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, con las agravantes de género y parentesco. El resto de acusaciones solicitan penas de hasta 44 años de prisión ya que también añaden otros delitos de maltrato, abandono y lesiones a las dos hijas de la pareja, entonces de 2 y 4 años. Por su parte, la defensa plantea ocho años de cárcel por un delito de homicidio con atenuante de legítima defensa y confesión.
La Audiencia de Bizkaia ha celebrado este lunes la penúltima sesión del juicio oral por el crimen de Maguette Mbeugou, senegalesa de 25 años y cuyo cuerpo apareció en su domicilio de la calle Ollerías Bajas. Acusaciones y defensa han elevado sus conclusiones a definitivas y presentado sus informes, tras lo que este próximo martes se dará al acusado la posibilidad de hacer uso del derecho de última palabra y se entregará al jurado el objeto del veredicto.
El fiscal del caso, en su alegato final, ha comenzado su intervención pidiendo perdón a la familia de Maguette, a la que ha definido como “una persona valiente” que, pese a las “dificultades” que tenía, había acudido a la Justicia para denunciar su situación. “Los jueces, los fiscales y el resto de agentes jurídicos y sociales fallamos”, ha admitido. No obstante, ha precisado que “eso no quiere decir que fuera un fracaso de la Justicia, como se dijo en aquel momento”, sino que el Estado de derecho fija una serie de “garantías” para el propio acusado que hicieron que en la denuncia por maltratato presentada en 2017 quedara absuelto. “Pero hoy es evidente que es culpable de haber asesinado a Maguette y debe ser condenado por ello”, ha asegurado al jurado, informa Europa Press.
El fiscal ha señalado que las pruebas presentadas durante el juicio oral “reafirman más” sus conclusiones de que Ndiaye es culpable del asesinato de Maguette, “para lo cual usó diversos cuchillos y la atacó causándole más de 80 heridas en su cuerpo sin que tuviera ningún tipo de posibilidad de defenderse”. El representante de la Fiscalía considera que el acusado ha reconocido que mató a su esposa porque “no le ha quedado más remedio” y, además lo hace de forma “parcial e interesada” y “echa la culpa” a la víctima asegurando que le atacó a él. Sin embargo, ha recordado, la forense aseguró, durante la vista, que las lesiones que presentaba el hombre eran autoprovocadas.
A su entender, en el asesinato concurren alevosía -“el acusado sabía que iba a matar a Maguette y que se aseguraría ese resultado”- y ensañamiento -ya que recibió “83 heridas e incluso más” y “todas ellas en zonas vitales” y le provocó en el cuello un corte de 13 centímetros y un total de 25 lesiones-. El fiscal ha considerado probado que las dos hijas de la pareja, de 2 y 4 años, estaban presentes en la sala donde se cometió el crimen. Asimismo, considera que se dan agravantes de parentesco y también de género, dado que el acusado tenía “una dominación clara” sobre la víctima. No obstante, ha rechazado que, como han planteado desde las acusaciones particular y popular, quede acreditada la existencia de maltrato habitual. Tampoco coincide con el resto de acusaciones en la existencia de abandono de menores porque, aunque no hay “dudas” sobre el hecho de que “deja a las niñas con el cadáver”, dejó la puerta de la casa abierta y llamó a un amigo para que las visitara. Del mismo modo, opina que no se da un delito de lesiones a las niñas porque cree que no tuvo “conciencia y voluntad” de causarlas.
Como la Fiscalía, la acusación particular también pide 25 años de prisión por asesinato, aunque con un agravante más de abuso de superioridad, a los que suma otros tres años por maltrato, ocho años por abandono de las dos hijas de la pareja, y otros ocho años por las lesiones causadas a las menores. “Las pruebas han demostrado de manera clara, abrumadora y aplastante que el acusado es el autor de todos los delitos”, ha afirmado la letrada de la familia, Jone Goirizelaia. La abogada ha rechazado el relato que ha presentado el acusado, al que ha visto “frío” y “calculador”, y ha asegurado que su “primera opción” tras el crimen fue marcharse pero, al ver que no podía, “cambió de estrategia” e intentó hacer ver que “era el bueno de la película y la mala era Maguette”. “Por suerte, hemos tenido pruebas de lo contrario”, ha manifestado.
Respecto a la acusación de maltrato, ha recordado que en el 99% de los casos en que las mujeres denuncian por este motivo “la única prueba que hay es su declaración” y, en este caso, Maguette “no puede declarar” pero sí hay “más de un indicio” de que era así, como la denuncia presentada anteriormente, una salida del domicilio por parte de la víctima y el relato de la trabajadora social que la atendió. También ha defendido la existencia de abandono de las niñas. “Soy ama y amama y no se me ocurre que puedo dejar desvalidas a unas niñas de 2 y 4 años de edad”, ha señalado la abogada, que ha pedido al jurado, en nombre de la familia, que “construya la verdad para que tenga la reparación que en su momento la Justicia no logró para ella”.
Por su parte, la defensa reconoce un delito de homicidio con atenuante de legítima defensa y confesión, penado con 8 años de cárcel. La abogada del procesado ha pedido al jurado que tenga “la mente abierta” ante “todas las barbaridades” que se han escuchado en el juicio y “los prejuicios” y que tengan “valentía” para reconocer que los hechos pudieron ocurrir como narró su defendido. De este modo, les ha instado a reconocer la posibilidad de que Maguette quisiera “pedir el divorcio no real para tener ayudas” y entender que “pudo hacer esa primera agresión”. “Cuando uno se siente atacado, puede reaccionar de la manera más horrorosa”, ha señalado. La defensora ha asegurado que Ndiaye “por supuesto es culpable” de la muerte de Maguette y “lo ha reconocido desde el minuto uno” porque, cuando le detienen, en el vehículo policial “espontáneamente cuenta lo que ha pasado”, aunque en comisaría y el juzgado se acoge a su derecho a no declarar, y posteriormente “ayuda continuamente” en la instrucción.