Grande-Marlaska apela a la colaboración con la Ertzaintza en el relevo al frente de la Guardia Civil en Euskadi
El general-jefe Mingorance sustituye al jubilado Campos en un acto con crucifijo, biblia y sacerdote, sin euskera y en el que se ha destacado la raigambre del cuerpo en las provincias vascas
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha realizado continuas apelaciones a la “coordinación” entre las Fuerzas de Seguridad del Estado y la Ertzaintza, así como también entre todas ellas y los cuerpos locales, en el acto formal de toma de posesión del nuevo general-jefe de la Guardia Civil en Euskadi, José Antonio Mingorance. En su discurso y también en la posterior comparecencia ante los medios de comunicación, el titular de Interior ha incidido especialmente en la importancia de ese trabajo compartido para luchar contra la violencia hacia las mujeres debido al elevado número de asesinatos conocidos en diciembre y en lo que va de 2023. Ha indicado que esa “lealtad máxima” dio sus frutos en 2021 cuando los Gobiernos central y vasco procedieron a la “interconexión” de sus bases de datos para que la “movilidad” de las mujeres víctimas no redujese la protección que precisaban.
El acto solemne de relevo en la undécima zona de la Guardia Civil, la que aglutina a las tres comandancias vascas, se ha producido tras la jubilación del anterior mando, Antonio Campos. Mingorance, cuyos méritos ha glosado Grande-Marlaska, procede de la base de Zaragoza y antes ha estado destinado también en responsabilidades en Andalucía o Castilla-La Mancha. En el caso vasco, conoce el destino por haber trabajado diez años en puestos de mando de la unidad denominada GAR (Grupos de Acción Rápida), grupo de Intervención que se especializó en la lucha contra ETA.
El juramento de Mingorance, acompañado de una biblia, de un crucifijo y de un sacerdote católico, ha tenido lugar este miércoles en el acuartelamiento de Sansomendi, en Vitoria, cabecera de la demarcación. La jornada ha sido frigidísima hasta el punto de Grande-Marlaska se había quitado el abrigo pero lo ha tenido que recuperar a los pocos segundos para presidir los actos, en los que una “banda de guerra” del Ejército ha interpretado cuatro veces el himno de España y en los que también se ha cantado el himno propio de la Guardia Civil. Una formación de miembros del GAR o del grupo Fiscal y de Fronteras han escoltado a la bandera de España y rendido honores al nuevo general-jefe, al que también han acompañado Pablo Salas, director adjunto operativo de la Guardia Civil, el delegado del Gobierno en Euskadi, Denis Itxaso, y un reducidísimo grupo de autoridades locales encabezadas por el titular del Ararteko, el defensor del pueblo, Manuel Lezertua, la senadora socialista Julia Liberal o la fiscal-jefe de Álava, Carmen Cotelo.
También ha acudido el jefe de la Ertzaintza, el intendente Josu Bujanda, que ha tenido ocasión de departir tanto con el nuevo responsable de la Guardia Civil como con el propio Grande-Marlaska. Han asistido, igualmente, mandos de todos los Ejércitos y de la Policía Nacional, al igual que miembros de la Gendarmería de la República de Francia. Mingorance, en su primer parlamento, ha cambiado unos instantes al francés para saludar especialmente a estos invitados y apelar también a la cooperación policial internacional, pero no ha empleado en ningún momento el idioma cooficial de su demarcación, el euskera.
También ha llamado erróneamente “onceava” zona a su demarcación, pero ha destacado la implantación histórica de la Guardia Civil en Euskadi desde su misma creación en 1844. Ha enfatizado que fueron “un guipuzcoano, un navarro y un vizcaíno” los impulsores de este cuerpo y que, en Vitoria, la vieja casa de los Otazu en el 35 de la actual calle de las Siervas de Jesús fue el primer destacamento. Es “un legado que no tiene precio” y los actuales 2.200 efectivos del instituto en Euskadi -frente a 8.000 ertzainas, por ejemplo- son una “estirpe de servidores públicos” que han sabido “adecuarse a los cambios”. Tanto el general-jefe como el propio ministro han recordado a las víctimas de ETA, “fallecidos por la barbarie terrorista”.
Grande-Marlaska ha apelado a los agentes destinados en Euskadi a que sigan ejerciendo sus competencias, entre las que ha citado el control de puertos y aeropuertos, la vigilancia marítima o las operaciones antiterroristas y contra el crimen organizado. Ha asegurado que la Guardia Civil es una de las instituciones mejor valoradas por la ciudadanía y se ha mostrado orgulloso por el papel que juega en su tierra, en Euskadi. Grande-Marlaska ha propuesto a los presentes corear vivas al cuerpo, a España y al jefe del Estado, al rey Felipe VI.
Después, en declaraciones a la prensa, el ministro se ha referido a la situación penitenciaria de los condenados por terrorismo y ha afirmado que no hay “acercamientos” sino “traslados” de presos de ETA. Ha asegurado que simplemente se está cumpliendo la legalidad ordinaria tras el fin de la organización y que fue otro Gobierno, el de José María Aznar, el que realizó movimientos cuando ETA “asesinaba y secuestraba” aún. Desde que gobierna Pedro Sánchez se iniciaron estos traslados y apenas quedan ya reclusos fuera de las cárceles de Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra.
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