La paragüería Albareda, encargada de confeccionar los característicos paraguas azul marino con el que que cada 4 de agosto, con permiso de la COVID-19 Celedón hace su popular bajada, concluirá su actividad en “probablemente dos meses” tras 72 años de servicio. Desde el inicio de esta tradición en 1957, mostrando diferentes versiones como los paraguas verde o morado de 2012 y 2018, en honor al título de 'green capital' y por la lucha contra la violencia machista, Celedón y toda la ciudad de Vitoria han estado unidos a este comercio histórico. Para tranquilidad local, ahora que se prepara un chupinazo por todo lo alto en 2022 tres años después, ha cedido varios paraguas al Ayuntamiento antes de la jubilación de su dueño, Javier Albareda, para que el aldeano de Zalduondo siga bien equipado.
La tienda está haciendo “liquidación” y cuenta con descuentos de un 20% a un 50% en la mayoría de sus productos, lo que ha hecho que muchos vitorianos se animen a comprar y llevarse un trozo de la historia de la ciudad, también el modelo de Celedón. Este “intenso mes” ha generado el rescate de productos que llevaban años en el almacén de la tienda, entre los que descuella una pérgola artesanal de la que se presupone que fue elaborada para cubrir a los diáconos que acompañaban al papa Juan Pablo II en su visita al santuario de Loyola en 1982 pero que nunca llegó a utilizarse. Este objeto ha sido adquirido por el obispado con el fin de utilizarlo en las futuras procesiones de Semana Santa.
Esta histórica paragüería fue fundada en 1950 por Ramón Albareda, inspirado, simplemente, por la clima lluvioso de Vitoria. Inicialmente su actividad consistía exclusivamente en la fabricación de paraguas, a lo que más tarde se le sumó su venta. Su hijo, Javier, se ha hecho cargo del negocio durante los últimos 42 años y a pesar de la “dificultad” que supone tomar la decisión de terminar con un negocio familiar, afirma que “se prevé cerrar en junio”. “Cada vez hay menos comercio local en Vitoria, es un poco triste ver como negocios tan antiguos de la ciudad desaparecen”, ha señalado. Hoy en día “todos los sitios venden paraguas”, por lo que “es el momento de jubilarse”, comenta.
Durante más de siete décadas, esta tienda “tan especializada” ha aconsejado al cliente en la elección del “paraguas perfecto” para cubrir sus necesidades, ofreciendo gran variedad de tamaños, colores o materiales, paraguas que en ciertas ocasiones durasen “más de media vida, por no decir toda”, sugiere Javier. La paragüería fue incorporando diferentes artículos como chubasqueros o gorros impermeables, lo que hizo que durante sus últimos años se haya tratado de una “tienda de moda en lluvia”. La respuesta de la sociedad vitoriana ante la noticia ha alegrado a Javier, que nota el reconocimiento de su tienda, además del paso de cientos de personas y de diversos medios de comunicación por su local.
elDiario.es/Euskadi
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