Huelga mayoritaria en Bizkaibus y Euskotren contra las agresiones: “Esto hay que frenarlo como sea”
Los trabajadores denuncian que las amenazas y agresiones a los conductores se producen ya “a cualquier hora del día” y que este año han sufrido ya media docena
La huelga convocada en Bizkaibus contra las agresiones y amenazas a los conductores, a la que se ha sumado también la plantilla de Euskotren, ha sido secundada de forma mayoritaria por los trabajadores, que piden que se pongan en marcha “medidas reales” para atajar un problema que “hay que frenar como sea”, afirman. El paro, de 24 horas, está convocado por CCOO, UGT, ELA, USO y LAB en todas las concesionarias del servicio vizcaíno de autobús, Bizkaibus, y los distintos medios operados por Euskotren, es decir la línea 3 del metro de Bilbao, tranvías de Bilbao y Vitoria, el 'Topo' de Donostia, servicios ferroviarios de Euskotren y algunos autobuses de Bizkaia y Gipuzkoa que dependen de este operador. En total unos 2.500 trabajadores estaban afectado y ha supuesto que hayan circulado muy pocos trenes y autobuses al margen de los servicios mínimos, decretados en el 30%, lo que demuestra el hartazgo de la plantilla contra esta situación: “Antes las agresiones se producían en los servicios nocturnos a las salidas de las discotecas; ahora son a cualquier hora del día”.
En los servicios de Bizkaibus que dependen de empresas concesionarias de la Diputación de Bizkaia el paro se ha secundado por la totalidad de la plantilla que no estaba en servicios mínimos, según la información que han trasladado los sindicatos y que corroboran fuentes forales, que hablan de “seguimiento amplio” y destacan que no se han registrado incidentes. En Euskotren sólo han circulado los mínimos, es decir, el 30% de los servicios ferroviarios, en la línea 3 del metro de Bilbao -el resto de las líneas han funcionado con normalidad porque no estaban convocados al paro- y del funicular de Larreineta. En el Topo, el servicio que une por tren Lasarte-Oria con Donostia y Hendaya, han circulado el 33,47% del servicio habitual, el 77,17% en el tranvía de Vitoria, el 43,21% en el de Bilbao, y el 65,10% y el 80,75% del servicio en los autobuses de Bizkaia y Gipuzkoa que dependen de este operador, respectivamente.
Los trabajadores se han manifestado esta mañana en Bilbao tras una pancarta en con el lema 'No más agresiones en el transporte público' en euskera y castellano. La marcha ha concluido ante la Diputación foral tra arrancar en San Mamés, con lo que ha complicado mucho la circulación de esta mañana en la capital vizcaína. Durante la manifestación los trabajadores han denunciado el aumento de la “la agresividad y la violencia” que sufren los empleados de todo el transporte público.
Según los datos que ha aportado Juan Carlos González, presidente del comité de empresa de Bizkaibus Ezkerraldea Meatzaldea Bus (EMB), el número de agresiones se ha incrementado desde la pandemia. En lo que va de año ya se han contabilizado media docena de agresiones y en 2023 se produjeron una veintena, mientras que antes de la pandemia se registraba “algún caso aislado”, según ha señalado.
Ha denunciado que sufren “muchísimas amenazas” y agresiones verbales, lo que genera en los trabajadores “un miedo”. Además ha destacado que esas agresiones, verbales o físicas, ya no son exclusivas de los horarios “más conflictivos” como los nocturnos o los cercanos a discotecas. “Hoy en día se producen a cualquier hora del día”, ha señalado. En este sentido, ha recordado, por ejemplo a agresión a una conductora en la plaza Moyua de Bilbao y a otro a las tres de la tarde entre Máximo Aguirre y Moyua.
Los trabajadores piden medidas “reales” para atajar el problema. Para estudiarlas la Diputación ha convocado a las empresas concesionarias de parte del servicio de Bizkaibus a una reunión después de Semana Santa, probablemente el 12 de abril, con trabajadores y empresas. Entre las medidas que pueden ponerse sobre la mesa está la colocación de mamparas. Los trabajadores también demandan que “funcionen los pisones”, con los que se alerta de situaciones de riesgo, y que “la reacción sea inmediata”. Es decir, que funcionen los sistemas de control ante un riesgo inmediato.