Josu Ternera afirma que no le gusta el documental de Évole: “Quería que se entendiera que no había placer en matar”
A Josu Urrutikoetxea, alias Josu Ternera, no le ha gustado el documental de Jordi Évole, 'No me llamen Ternera', que se estrenará en el Zinemaldia, y que desde el primer momento se ha visto envuelto en la polémica, con acusaciones desde determinados partidos y asociaciones de víctimas de que se blanquea el terrorismo. El exdirigente de ETA afirma en una entrevista que publica este viernes el diario Berria que lo que pretendía transmitir a la sociedad española es que no se debe pensar “que alguien sentía placer” al cometer los atentados, sino que se trataban de “acciones políticas que tenían fines políticos”.
“Quería decir que teníamos que ir al origen, y el origen es el de un conflicto político. Es decir, que lo primero que cualquier Estado debe a un pueblo oprimido es dar la palabra a ese pueblo. Quería demostrar que es un conflicto político”. “Ese hilo político es lo que falta para mí [en el documental]. Creo que le falta contextualizar, y lo que aparece es mi opinión ante unos hechos duros”, señala.
En la entrevista, el exdirigente de ETA se refiere a la polémica que se ha suscitado —sin haber sido proyectada— la presencia de este documental en el Zinemaldia, señalando que “no es nada nuevo”. La película, en realidad, comienza y termina con una víctima, dejando claro el posicionamiento de sus directores, y es una tensa entrevista donde Jordi Évole muestra las incoherencias del discurso del exlíder terrorista.
“Ahora ha sido porque se celebra el Festival de Cine y en otras ocasiones ha sido por otra cosa; las polémicas en torno a mí han surgido con relativa facilidad”, dice Ternera, que acusa al Estado español de “haber construido” una imagen“ sobre su persona que ”manejan en función de sus intereses y en el momento que les interesa“. ”Debe situarse en la lectura del conflicto político, en el relato del ganador y del perdedor“.
Josu Ternera insiste en que lo que quería mostrar a la sociedad española es que “ha sido un conflicto político, con sus duras, crudas e irreversibles consecuencias”. “Que no piensen, de alguna manera, que alguien sentía placer por esos hechos. Las acciones políticas tenían objetivos políticos. Eso era lo que quería mostrar. Y cuando entramos en esa dinámica en una lucha tan dura y violenta, por un lado y por otro, se pierde la empatía con el otro”.
Reconoce que sabía que la cinta iba a ocasionar “mucho ruido” y cree que puede que “las cosas se muevan un poco”. “El frente mediático moverá lo que le interesa y, desde luego, no será en mi beneficio”, añade.
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