El Juzgado número 4 de lo Social de Donostia ha resuelto que se vulneró el derecho a la huelga de parte de las trabajadoras subcontratadas para el servicio de limpieza de Osakidetza, que mantuvieron un conflicto de más de HHH para que sus condiciones laborales se equipararan con la de las trabajadoras contratadas directamente por el Servicio Público de Salud. La sentencia señala que la empresa Optima, una de las que tienen la concesión del servicio, vulneró el derecho de huelga al obligar a las trabajadoras a coger las vacaciones y abandonar la convocatoria de paro. Es decir se obligó a las trabajadoras a disfrutar de las vacaciones de forma forzosa.
La sentencia, que ha hecho pública el sindicato ELA, establece que las trabajadoras podrán disfrutar de esas vacaciones que están pendientes y ELA percibirá una indemnización de 10.000 euros.
La plantilla de Optima disponía de un calendario anual en el que tenían establecidas las vacaciones en los meses de julio y agosto. Sin embargo, durante el mes de julio la huelga seguía vigente, por lo que las trabajadoras comunicaron que no querían irse de vacaciones. “La empresa, en cambio, les obligó a irse de vacaciones, vulnerando así su derecho a huelga”, señalan desde ELA.
“Gracias a la caja de resistencia”
Con esta sentencia favorable a ELA, la central que dirige Mitxel Lakuntza pone en valor de nuevo la importancia de la caja de resistencia que permite a sus afiliados alargar las huelgas en el tiempo. “Este juicio es una señal más de la necesidad de la caja de resistencia de ELA”, dicen desde la central. “En otros casos los huelguistas disfrutan de estas vacaciones, aprovechando así la posibilidad de poder cobrarlas. Gracias a la caja de resistencia las trabajadoras se han podido mantener en huelga, sin perder así sus vacaciones por esa causa”. En este sentido, señalan que “el derecho de huelga es un derecho que hay que defender en todos los casos”, ya que “por esta vía se han conseguido muchas victorias importantes de la clase trabajadora”.
Fin a un conflicto tras cinco años sin convenio
Las trabajadoras -las casi 2.000 personas en plantilla son en su mayoría mujeres- exigían la equiparación de su situación laboral con la de los trabajadores que están contratados directamente por Osakidetza. Llevaban cinco años sin firmar un nuevo convenio y desde 2012 no se actualizaban los niveles de la carrera profesional con el personal de Osakidetza. Un principio de homologación que se recogía en su convenio, como aceptaron en su día empresas, trabajadores y Osakidetza, pero que los sindicatos denunciaban que se incumplía. El pasado 12 de julio los sindicatos LAB, CCOO, UGT y ESK firmado un preacuerdo que sienta las bases del nuevo convenio y que homologa las condiciones de estas trabajadoras con las que tienen las que están contratadas directamente por el Servicio Vasco de Salud. Esto incluye también el pago de los atrasos correspondientes a la carrera profesional de estas trabajadoras, aunque en la negociación han tenido que ceder parte de estos años y se reconocen solo desde el 2021. Este es precisamente el motivo por el que sindicato ELA no ha firmado el preacuerdo, al considerar que se aceptan los recortes y que se perpetúan las peores condiciones para estas trabajadoras respecto a las de Osakidetza.