Si algo caracteriza a Iban Zaldua (San Sebastián, 1966), además de su profundo conocimiento de la literatura vasca (siguiendo su terminología por la que así define la literatura escrita en euskera) , es su mirada irónica a este ecosistema literario singular, sí, pero también muchas veces sobreprotegido y cruzado por las líneas de la política en un porcentaje más alto que otras literaturas. Su última obra, escrita en castellano, 'Ese idioma raro y poderoso ( Once decisiones cruciales que un escritor vasco está obligado a tomar)' ha sido galardonada con el Premio Euskadi de Literatura en la modalidad de ensayo.
Pregunta. Ya desde el título, se observa cierta voluntad de relativizar, desde la ironía.
Respuesta. Se trata de una frase del crítico George Steiner, en la que se refirió al euskera de esa manera, frente a un comentario peyorativo previo sobre el gallego. Yo he pretendido trasladar una visión más cercana de lo que es la literatura vasca. Creo que, frente al agonismo que suele lastrar a muchos escritores vascos, podría ser más útil imaginar, cuando estamos escribiendo, leyendo, analizando o criticando, que la nuestra es una literatura como otra cualquiera, tan universal –o tan local– como una que tenga diez o cuatrocientos millones de hablantes.
P. ¿Después de la tregua de ETA, el ecosistema literario vasco respira de otra manera?
R. Sin duda. Pero el libro y las reflexiones son previas. Parte de estas reflexiones de la relación de la literatura vasca con el conflicto se explicaron en público en una mesa redonda organizada por la Fundación Fernando Buesa en los cursos de verano de San Sebastián, antes de la tregua definitiva. Y sé que aquellas reflexiones fueron incómodas entonces, del mismo modo que otras que aparecen ahora también lo son, porque no comparto para nada la idea de que no se ha escrito en euskera sobre la violencia de ETA de una manera crítica...
[Zaldua que se define como no nacionalista, en su libro recuerda una nómina de narradores en euskera, de todas las generaciones y de notable calidad literaria, muy críticos con ETA y otras actuaciones de la izquierda abertzale, como la kale borroka]
P. Ahí eres muy duro, por ejemplo, con Fernando Aramburu, cuando dijo aquello de que “los escritores vascos no son libres, están subvencionados” en la Feria Internacional de Guadalajara...
R. Aquella fue una salida de pata de banco, aunque luego medio rectificó: para casi dejarlo peor. Hacer acusaciones tan categóricas denotan o desconocimiento o mala fe. Ahí hay que alzar la voz. Si lees a Ramón Saizarbitoria, muy crítico desde siempre, nunca hará esos comentarios sobre la literatura vasca, y no se le puede acusar de paniaguado, porque tiene un conocimiento de lo que se hace. Incluso, quizás Ramón sea más pesimista que yo sobre el asunto, sobre la recepción de la obra, sobre los autores, pero no diría nunca una burrada como aquella.
P. Hasta qué punto esa politización de la lengua vasca ha motivado la retirada de escritores y lectores.
R. Así lo recojo en mi libro. El hecho de estar escribiendo para una comunidad mayoritariamente nacionalista te puede llevar a alejarte, pero también ocurre lo contrario con autores como Jokin Muñoz (natural de Castejón, Navarra, municipio no euskaldun), Saizarbitoria, Angel Lertxundi o Bernardo Atxaga, que han mantenido desde hace decenios, posturas muy criticas con la izquierda abertzale, lo que muestra que era posible seguir en la brecha y hacerlo en euskera. Pero también es cierto que ha habido gente que no lo ha querido hacer y eso es triste porque si pierde biodiversidad, pero entiendo que esos escritores no quieran seguir con esa expresión axfisiante.
P. En su libro se destaca cierta tendencia en los últimos tiempos hacia una literatura amable.
R. Quizás por nuestra estructura lingüística, por nuestra diglosia se haya podido acudir a una literatura más facilona, también porque muchos lectores estaban hartos de que se escribiera sobre “la cosa” y querían una escritura más escapista, como por cierto también es tendencia en otras literaturas, pero yo creo que hay que orientar el foco a la hora de vender nuestra literatura fuera, en el río mundial de las letras.
P. La pregunta es ¿qué literatura queremos difundir?
En efecto, ultimamente se han lanzado dos novelas en castellano, traducidas, 'Twist' de Harkaitz Cano y 'Lo que mueve el mundo' Kirmen Uribe, en la misma editorial. Y la novela que ha tenido una mayor recepción de público ha sido la que aborda un asunto más costumbrista frente a una que indaga más en las expresiones de violencia en el País Vasco. Una de las funciones de la literatura es molestar y, en ese sentido, en estos momentos, el mercado mundial de las letras no busca productos que molesten si no que complazcan al lector.