Desde el año 1509 en Ordizia, Gipuzkoa, la tradición dicta que las parejas casadas durante ese año deben bailar la 'soka-dantza' el día después de Santa Ana, es decir, el 27 de julio. En el baile, que se realiza en la plaza del pueblo, participan tanto mujeres como hombres, pero hay un 'aurresku', una persona que va delante del resto y un 'atzezku', que va detrás. Hasta ahora, tanto la persona encargada de abrir el baile como la de cerrarlo, tenían que ser hombres y tenían un mayor protagonismo que sus mujeres, que se quedaban mirando el baile hasta que podían entrar a bailar la parte que les correspondía.
Este año ha sido la primera vez que el reparto de roles entre las parejas no se ha hecho según su género. “Hasta ahora había unas condiciones que priorizaban la participación en el baile de las parejas que se apuntaban a la lista: que sea hombre, que haya nacido en Ordizia o, por ejemplo, que sea hijo o nieto de alguien que haya sido alcalde”, explica el alcalde de Ordizia, Adur Ezenarro (EH Bildu), a este periódico tras haber sido testigo del baile de este año que han considerado “histórico”.
Según detalla Ezenarro, algunas mujeres se quejaron de que sus parejas, no nacidas en Ordizia, tenían derecho a una mayor participación en el baile, a pesar de que ellas fueran nacidas en el pueblo. “Al ver esto consideramos que era lo justo para todos no dejar a las mujeres fuera, no solo en este baile, sino en todas las tradiciones del pueblo, como en la tamborrada, en la que también pueden participar en igualdad de condiciones”, apunta el alcalde.
Así, María Balluerka, ha sido la primera mujer en 500 años en ser 'aurresku', la persona en abrir el tradicional baile de parejas de Ordizia. Pero esa no ha sido la única novedad, ya que otras dos mujeres, Naiara Sarasola y Larraitz Bueno, han participado sin sus parejas, esta última en el papel de 'mayordomo'. “Después de 500 años nos alegra que hayan llegado nuevos tiempos. Lo llevábamos pensando desde hace dos años, pero con la pandemia no hemos podido celebrarlo, pero nos da mucha alegría poder seguir celebrando la tradición, pero sin excluir a nadie, debemos adaptarnos a los nuevos tiempos.
Preguntado por si han recibido solicitudes de matrimonios LGTBI+ para participar en el tradicional baile de recién casados, el alcalde ha reconocido que “por ahora no”, pero que es algo que “esperan que pase pronto”. “Esperamos ir superando también las barreras de ese tipo y que con toda normalidad, todas las personas puedan participar de igual forma en las fiestas”, insiste, tras asegurar que “ninguna persona del pueblo se ha mostrado contraria, al menos por ahora, a los cambios realizados”.
Pasos adelante de otros municipios y el bloqueo de los alardes
El pasado junio, otra localidad vasca, Lekeitio, en Bizkaia, adaptaba sus tradiciones a los nuevos tiempos, cuando Ane Maruri hizo historia por ser la primera mujer en siglos en bailar la tradicional 'Kaxarranka', un baile que se realiza encima de una caja cada 29 de junio. Pequeños cambios, pero muy significativos, que promueven la participación igualitaria en las fiestas. Conscientes de que el machismo sigue a día de hoy impregnado en la sociedad vasca, y por tanto, también en sus fiestas, el Instituto Vasco de la Mujer (Emakunde) ha elaborado un informe titulado 'Estrategias para la participación de las mujeres en las fiestas locales de la Comunidad Autónoma del País Vasco' en el que se analizan procesos de cambio para promover la igualdad desarrollados en las fiestas de nueve localidades vascas como Vitoria, Amurrio, Llodio, Bilbao, Berriz, Gernika, Donostia, Tolosa y Antzuola.
No obstante, las dos fiestas más discriminatorias para las mujeres en Euskadi, el alarde de Irún y el de Hondarribia, siguen siendo polémica por no dejar participar a las mujeres como soldados. El pasado 30 de junio tuvo lugar el alarde de Irún, en el que, al igual que en años anteriores, hubo dos desfiles: uno tradicional con hombres de soldados y mujeres de cantineras y uno igualitario, con mujeres y hombres participando de forma igualitaria. A pesar de que el igualitario contó con el apoyo del Gobierno vasco, el alcalde del municipio, José Antonio Santano (PSE-EE) solo quiso recibir en el Ayuntamiento al alarde tradicional. Para septiembre queda el más controvertido alarde de la vecina Hondarribia, donde la Policía tiene que escoltar a los hombres y mujeres de la compañía mixta, ya que, en años anteriores han sufrido ataques e insultos de los vecinos que se niegan a que las mujeres desfilen como soldados.