Miles de personas, profesionales sanitarios y quienes no lo eran, se han movilizado en el mediodía de este domingo en puntos céntricos de Vitoria, Bilbao y Donostia bajo el lema 'Yo sí creo en la Sanidad pública: por unas condiciones laborales dignas'. En las pancartas los convocantes eran los sindicatos Satse, ELA, LAB, CCOO y UGT pero se han adherido también otros colectivos como ESK, Osasun Publikoa Aurrera, Tolosaldea Osasun Publikoaren Alde y representantes políticos de formaciones como EH Bildu o Elkarrekin Podemos-IU.
“Estamos reivindicando que esto no es un problema de los trabajadores de Osakidetza, que es un problema de la sociedad”, ha sintetizado en la movilización de Donostia una portavoz de LAB, Ana Fran Astigarraga. “Es responsabilidad de todos hacer ver al PNV y al Gobierno que no está siendo responsable con la salud de la ciudadanía de este país”, ha apostillado. En Bilbao, en una pancarta se podía leer que “la Sanidad pública está en la UCI”.
Desde ELA, Esther Saavedra se ha expresado en la misma línea: “Estamos ante un problema estructural que es el resultado de las políticas de recorte y falta de inversión de las últimas décadas. Tanto la situación de atención primaria como la hospitalaria es insostenible”. Ha afirmado que “se invierte el 4,9% del PIB, mientras que en España se invierte el 6% y la media europea es del 7%”. “Es más, los presupuestos recién aprobados plantean una inversión de 16 millones de euros inferior a lo que realmente se gastó en 2021”, ha afirmado. Satse ha agradecido “de corazón” el gran volumen de personas que se han echado a la calle. Y ha clamado: “Lo público no se vende”. “Es imprescindible que entre todos cuidemos y defendamos la Sanidad de todos”, ha pedido entre aplausos al término de la marca de Bilbao su portavoz, Amaia Mayor.
El Sindicato Médico de Euskadi (SME), por el contrario, ha considerado que manifestarse era contraproducente. “Llevamos ya dos años en esta carrera de fondo y no nos quedan reservas. Por eso, solicitar a los facultativos que se involucren en este tipo de iniciativas, suponiendo que Osakidetza va a hacer caso omiso de ellas como se ha demostrado en anteriores ocasiones, es pedirles un esfuerzo extra que creemos que no se va a ver recompensado por esta vía”, explicaba esta semana en un comunicado.
Estas movilizaciones llegan después de semanas de gran presión para el Servicio Vasco de Salud motivado por la gran ola de contagios de COVID-19, la séptima de la pandemia en Euskadi después de las de marzo, agosto y noviembre de 2020, de las que siguieron a la Navidad y a la Semana Santa en 2021 y a la del último verano. Cuando se dio por finalizada la emergencia sanitaria en octubre se desmantelaron buena parte de los refuerzos, como el grueso del equipo de rastreo. En la manifestación ha sobrevolado la cifra de 4.000 sanitarios que se estima que salieron en otoño.
La última embestida de la variante ómicron ha supuesto que los hospitales tengan la mayor ocupación desde el confinamiento -más toda su carga ordinaria, que en esta época es especialmente alta- y que no se hayan terminado de solventar todos los retrasos generados por las anteriores olas. Eso sí, esta oleada inicialmente ha colapsado la atención primaria, con consultas, trámites de bajas y toda la carga de vacunas, rastreos y pruebas. Además, en Navidad se redujo el horario de atención de unos 60 centros de salud. Se han llegado a precisar profesionales jubilados y cambios de protocolos para automatizar procesos y reducir a lo mínimo imprescindible las consultas presenciales. Desde el 7 de diciembre se están suspendiendo operaciones no urgentes, analíticas y pruebas y consultas de seguimiento de algunas patologías crónicas. La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, es cuidadosa y diferencia entre “tensionamiento” y “colapso” y defiende siempre la capacidad de respuesta del sistema.
La concentración de personas -algunas de ellas, eso sí, no portaban la mascarilla obligatoria- ha colmado la Virgen Blanca de Vitoria, la zona del Sagrado Corazón y la Gran Vía de Bilbao y la zona de Alderdi Eder en Donostia. “A este paso cuando lleguen los primeros los últimos no habrán salido”, bromeada una mujer de la organización que daba paso a las columnas en el arranque de la manifestación de Vitoria. “La plaza Bizkaia a tope y todavía faltan muchas personas por llegar”, comentaba Satse en la misma línea.
En contraste, también miles de personas se movilizaron este sábado en el centro de Bilbao contras las restricciones -singularmente contra el pasaporte COVID- y contra lo que denominan un “fármaco experimental”, las vacunas que han contenido la letalidad y gravedad de la última ola. El uso de mascarillas no fue ni mucho menos generalizado, llegaron a comparar la gestión de las instituciones democráticas con las de la Alemania nazi y cargaron contra la gestión del Gobierno de Urkullu. Entre las consignas de algunos de los grupúsculos detrás del magma negacionista, una en la que deseaban “mandar a la cárcel” a “todos los políticos, periodistas, médicos y jueces”.