2020 ha sido el año de las restricciones, de la sucesión de medidas y de las ediciones extraordinarias de los boletines oficiales. Cerraron y abrieron los colegios. Cerraron y abrieron los comercios. Cerraron y abrieron los parques infantiles. En la Euskadi duramente golpeada por la pandemia -y ya van tres veces- se ha optado desde este sábado por bajar la persiana de bares y restaurantes. Y ésta ha sido la decisión que más gente ha sacado a la calle desde marzo. Miles de personas se han manifestado este sábado por las calles de Vitoria, Bilbao y Donostia mientras la Administración mantiene canales de comunicación abiertos con el sector para articular las ayudas que prometió el lehendakari, Iñigo Urkullu, cuando el jueves comunicó esta medida que, junto con otras, ha contribuido a frenar la curva de contagios en Navarra en las últimas semanas. Inicialmente se han cuantificado en 145 millones.
En Bilbao, la marcha ha estado encabezada por decenas de furgonetas y camiones de proveedores, ha arrancado pasadas las 17.30 horas de las inmediaciones de Plaza Moyúa y en la pancarta se podía leer 'SOS Ostalaritza', según informa Europa Press. Atravesando la Gran Vía, ha acabado en el Ayuntamiento.En Vitoria, ya de noche, la plaza de la Virgen Blanca parecía llena de gente. Un parlamentario de EH Bildu, Josu Estarrona, ha escrito en Twitter que “por cuestiones de seguridad” ha habido personas que se han tenido que congregar en la adyacente Plaza de España. En algunas fotografías se apreciaban claramente las distancias entre los presentes. En Donostia, la marcha ha terminado en el Boulevard y se ha reclamado “la bajada del IVA, la retirada de las tasas municipales y que no se suba la cuota de autónomos”. “Parece que no hay voluntad de querer ayudarnos”, ha recogido Europa Press de los convocantes. S.O.S. Ostalaritza es la denominación de la plataforma.
Sostiene Urkullu que no es que sean esos locales los “culpables” de los contagios pero que sí son puntos de concentración recurrente de personas sin mascarilla, que es justamente el mayor momento de riesgo de expansión del coronavirus. Lo fueron incluso el viernes, cuando ya se había dado la alerta de salud pública. Por su parte, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, insiste en que hay que actuar “hoy y ahora”. El Ejecutivo no oculta en su argumentario que la aspiración es “salvar la Navidad”.
El sector está apoyado de manera decidida por EH Bildu, Elkarrekin Podemos-IU, PP+Cs y Vox, esto es, por la oposición en pleno. El consejero del ramo es Javier Hurtado, uno de los tres del PSE-EE en el Gobierno de coalición, y se ha declarado “aliado” de los empresarios, con los que mantiene una comunicación directa y continua. El área de Turismo, Comercio y Consumo es la que menos presupuesto tiene de todo el gabinete, 42,6 millones. Solamente las ayudas exigidas esta semana por las asociaciones de hostelería ascienden a 187 millones, más de cuatro veces más. Otra cifra comparativa: Salud asegura haber gastado en la pandemia 338 millones.
Minutos después de la triple manifestación, la Presidencia vasca ha reaccionado con celeridad en la noche de este sábado y ha adelantado en un comunicado que el martes concretará un paquete de medidas “urgente” en el Consejo de Gobierno. Eso sí, ha avanzado ya que “aumentan las ayudas directas hasta los 45 millones” y que se prepara una “línea de financiación específica de 100 millones” a través de Elkargi. Sumados a los 20 millones ya encima de la mesa son 165 millones, cerca de la cifra exigida por los portavoces. El plan cuenta con la implicación de más áreas que las de Turismo, Comercio y Consumo y singularmente requerirá el apoyo del Departamento de Economía y Hacienda de Pedro Azpiazu, de la parte del PNV.
Tras la primera ola, el 65% del sector de la hostelería ha estado afectado por un ERTE, según el dato que ofreció Hurtado en el Parlamento Vasco hace un par de semanas. Son más de 10.000 los negocios que componen el sector en Euskadi y la afección económica se incrementa para muchos de ellos en tanto que son microempresas de no más de dos trabajadores y sin colchón económico. El empleo que genera ronda los 60.000 puestos de trabajo con condiciones muy variables que en algunos supuestos incluyen temporalidad y precariedad. En esta fase se permite la entrega a domicilio y la venta para llevar, aunque solamente hasta las 21.00 horas. En Navarra se ajustó el horario días después de la aplicación de la medida para poder cubrir las cenas.