Ya hay fumata banca en el Guggenheim Bilbao. Miren Arzalluz es la persona elegida para tomar las riendas del museo y de sustituir a Juan Ignacio Vidarte, que ha estado al frente del museo desde hace 27 años, tantos como tiene la pinacoteca que transformó todo el urbanismo de Bilbao y el sector turístico de todo Euskadi. La decisión se ha dado a conocer este martes tras la reunión extraordinaria del patronato del museo a la que ha asistido el lehendalari Imanol Pradales y la vicelehendakari primera y consejera de Cultura y Política Lingüística, Ibone Bengoetxea. Miren Arzalluz se ha elegido en un proceso de elección de aspirantes a nivel internacional, pero desde el primer momento el nombre de la hija de Xabier Arzalluz, el que fue presidente del PNV, ha sonado en todas las quinielas.
El Patronato argumentado la elección de Miren Arzalluz (Bilbao, 1978), en su “experiencia y reconocimiento internacional” en el ámbito de las instituciones culturales, “su compromiso a largo plazo con el proyecto, su visión alineada con la misión del Museo de servir como elemento clave en la estrategia de transformación del país, y su sensibilidad ante los diversos contextos culturales en los que opera el Museo con capacidad para integrar valores locales y globales”.
Actualmente directora del Museo de la Moda de París–Palais Galliera, se incorpora al Guggenheim con una “contrastada trayectoria al frente de organizaciones de prestigio internacional en el ámbito de la cultura, aportando un profundo conocimiento de la historia del arte, los museos y la investigación, combinado con una amplia experiencia en gestión institucional y relaciones internacionales”, han señalado desde el Guggenheim.
El relevo se producirá oficialmente el 1 de abril de 2025, aunque el nombramiento será efectivo un mes antes. A lo largo de esas cuatro semanas realizará un proceso de inmersión en los museos Guggenheim de Bilbao y Nueva York, conviviendo con Juan Ignacio Vidarte, hasta el 1 de abril, fecha en la que asumirá el cargo de directora general con plenas responsabilidades. Tal y como estaba previsto, Vidarte seguirá vinculado a la pinacoteca, en principio como director emérito y a la Fundación Guggenheim en iniciativas internacionales de carácter estratégico.
En el proceso de selección se consideraron un total de 79 profesionales, pero Miren Arzalluz es la que se ajustó al perfil que se buscaba: “Gran conocimiento del arte y del funcionamiento de los museos, competencias contrastadas de gestión y planificación dentro de este ámbito y a nivel internacional, capacidad de liderazgo y experiencia en la captación de fondos y desarrollo de audiencias, competencia comunicativa en distintas lenguas, alta formación y cualificación en materias relacionadas con el mundo museístico y conocimiento de la realidad institucional y del contexto sociocultural del Museo, entre otras cuestiones”.
Doctora en Historia por la Universidad de Deusto, Master en Historia del Arte por el Courtauld Institute of Art de Londres, y Master en Política comparada por la London School of Economics de Londres, Miren Arzalluz ha liderado a lo largo de los últimos seis años el Palais Galliera. Conocedora del ámbito cultural vasco actual, Miren Arzalluz es miembro del Comité Asesor Artístico del Museo de Bellas Artes de Bilbao y anteriormente a su estancia en París dirigió Etxepare Euskal Institutua, ente público dependiente del Gobierno vasco que trabaja para impulsar la visibilidad de la cultura y la creación vasca contemporánea a nivel internacional. Tamién ha sido comisaria de exposiciones en distintos países del mundo y durante cinco años fue comisaria jefe de la Fundación y el Museo Balenciaga, a cargo de las exposiciones y la colección.
La nueva directora deberá afrontar, entre otras cuestiones, la ampliación de la pinacoteca con una sede la segunda sede, proyectada entre Gernika y Murueta, y que, de momento está en el aire, tras abrir las instituciones y el propio patronato un periodo de reflexión sobre el proyecto y con varias demandas admitidas en al Audiencia Nacional. Vidarte ha sido uno de los principales valedores de la necesidad de la segunda sede y de la reserva de Urdaibai como ubicación ideal y ha defendido desde el principio que la construcción no alteraría el medioambiente de la zona. De hecho, cuando se abandonó la primera idea de levantar la segunda sede en el edificio de las antiguas colonias de la BBK en Sukarrieta, fue el propio Vidarte quien optó por Gernika y Murueta.
La salida de Vidarte marca el arranque de una nueva etapa en la pinacoteca que a la que llega consolidado como un punto de referencia entre los museos de todo el Estado y como fuerte polo de atracción turística, con un número de visitantes que ronda la media del millón cada año. Los últimos datos correspondientes a este verano señalan que entre junio y agosto visitaron el museo un total de 473.493 visitantes, el segundo mejor verano de su historia. En el acumulado anual a 31 de agosto de 2024, el Guggenheim contabilizaba 894.040 visitantes, en línea con el año pasado y superior en un 7% a la de 2018, el año más exitoso antes de la pandemia.