Estamos ante una crisis energética europea “sin parangón”. Y en este contexto, condicionado por la guerra de Ucrania, la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, lo ha dicho bien claro: “No podemos actuar como nuevos ricos, importando a cualquier precio energía que podemos generar en casa”. Euskadi “debe y puede” rebajar su dependencia energética del exterior, ha dicho la consejera, que ha urgido a suscribir un pacto de país en materia energética para caminar hacia energías renovables y verdes. Aunque ha reconocido que Euskadi “nunca” podrá alcanzar una independencia o soberanía energética plena, ha pedido abordar la cuestión “con realismo y siendo honestos con nuestras necesidades nuestro futuro. Si en este camino llegamos a un acuerdo de país, ganaremos todos. Ciudadanos y empresas. Hoy y mañana”, ha dicho.
La consejera ha abierto este viernes una jornada con empresarios organizada por Basque Trade & Investment, del Grupo SPRI, en la que se han analizado las consecuencias de la guerra de Ucrania en la economía vasca y en la industria.
Como ya dijo en su día el lehendakari Urkullu, Tapia ha hablado “reglas de juego propias de una economía de guerra” en una dura situación que afecta a todos los sectores y ámbitos.
Tras realizar un repaso por las diferentes ayudas que ha puesto en marcha el departamento para aliviar la crisis de las empresas desde que arrancó la invasión de Ucrania por parte de Rusia, la consejera ha destacado que la maquinaria “no para”, refiriéndose a las ayudas anunciadas por el lehendakari, Iñigo Urkullu, en el Pleno de Política General del Parlamento Vasco este jueves incluidas en el programa Hitzartuz, así como una nueva deflactación del IRPF que ha asegurado que se acordará en breve en el Consejo Vasco de Finanzas.
Tapia ha reconocido ante los empresarios reunidos en el foro las capacidades de las empresas vascas para afrontar los cambios energéticos hacia energías verdes, y les ha pedido que sean “un agente importante en la apuesta en la producción de energía”.
En la jornada se han analizado las consecuencias que está teniendo el conflicto bélico sobre las empresas y la economía de toda Europa, y en Euskadi, con ralentización del crecimiento económico mundial, dificultades para el comercio internacional, mayor proteccionismo y dificultades en las cadenas de suministro. A lo que hay que añadir ahora la crisis energética, fundamentalmente debida a la alta dependencia de Europa del gas ruso. En este sentido, se ha alertado del efecto que puede tener para la industria posibles restricciones del gas a las empresas alemanas.
Pese a la situación de incertidumbre, los representante del Gobierno vasco que han intervenido en la jornada, han destacado las ayudas que se han puesto en marcha para ayudar a la empresa vasca, algunas de ellas todavía con plazos abiertos para su solicitud, como es el caso del programa Bultzatu para paliar los efectos de la guerra en la empresa vasca, dotado con 20 millones de euros, y las ayudas a la industria gran consumidora de gas, que cuenta con 5 millones. Ambas ayudas finalizan su plaz de solicitud a finales de este mes, y la cantidad de empresas que se presenten servirá para testar la situación de la industria vasca.
En la jornada ha intervenido, además de Arantxa Tapia, la consejera delegada de la Agencia Vasca de Internacionalización, Ainhoa Ondarzabal, la directora de Industria y Transición Energética, Ana Camacho, el viceconsejero de Industria, Mikel Amundarain y el director general del Grupo SPRI, Aitor Urzelai.