Obispado e instituciones se enzarzan por el rodaje de 'Sacamantecas' en la catedral de Vitoria
Juan Díaz de Garayo fue un hombre alavés del siglo XIX que violó, estranguló, asesinó y evisceró a al menos seis mujeres en las afueras de Vitoria. Así se convirtió en uno de los hombres que merecieron el apodo de 'Sacamantecas' y se granjeó una posición privilegiada en el imaginario con que se aterrorizaba a los niños por las noches. A su vida le puso fin otro verdugo, en ese caso con el garrote vil. Ahora, la petición de la productora de 'Sacamantecas' para grabar algunas escenas de la película —dirigida por David Pérez Sañudo y con Antonio de la Torre en el papel principal— que retrata la vida del asesino en la catedral de Santa María de la ciudad ha abierto una brecha entre el Obispado y las instituciones. A la espera de una reunión prevista para el miércoles próximo, el Obispado no se ha abierto aún a ceder la catedral, lo que ha suscitado críticas tanto del diputado general de la provincia como de la alcaldesa de la ciudad.
A finales de la semana pasada, la alcaldesa, Maider Etxebarria, ya apuntó al Obispado por la falta de acuerdo para acceder con las cámaras a la catedral de Santa María, la más antigua de las dos que existen en la ciudad. “Me resulta absolutamente lamentable y es contrario a nuestra estrategia. Muestro mi enfado y mi desacuerdo, y exijo que la Diócesis explique lo que está pasando. Llevamos trabajando mucho tiempo para visibilizar Vitoria como plató de rodajes. Si los templos son de gran interés cultural y turístico, tenemos que promocionarlos”, expresó entonces la primera edil. El elenco que encabezan Antonio de la Torre, Patricia López Arnaiz y Josean Bengoetxea ha estado ya rodando el guion escrito por David Pérez Sañudo y Sergio Granda en otras localizaciones de la ciudad y la provincia. En más de una ocasión se ha requerido la presencia de hasta tres millares de figurantes que no tengan peinados que puedan contrastar demasiado con épocas pasadas.
De acuerdo con la cronología que trazan desde el Obispado, fue ya hace meses cuando Amania Films, la productora, entabló contacto y se dirigió al deán de la catedral de Santa María para pedirle el uso del edificio para la grabación de unas escenas. “El deán no deja ser un párroco y él dijo que se ocupa de temas litúrgicos y que no puede autorizar usos extralitúrgicos”, explican desde el Obispado. Lo único que se pedía, aseguran, es la concertación de una reunión para abordar la temática de la grabación y el contexto, así como para poner negro sobre blanco algunas condiciones. Pero, de primeras, sin vetos. “Como se ha hecho con otras películas que se han grabado en otras instalaciones de la diócesis. No ha habido ningún veto desde que se nos pide de manera oficial”, abundan, y señalan que en los últimos seis o siete años, desde que existen los cauces actuales, no ha habido veto alguno. Apuntan a la adaptación a la gran pantalla de 'El silencio de la ciudad blanca' como ejemplo de “superproducción” que se ha grabado sin problemas.
El primer desencuentro se produjo cuando la productora propuso grabar en la parroquia de San Miguel, de cuya torre se descuelga Celedón para dar inicio a las fiestas de la Virgen Blanca cada 4 de agosto. “Les dijimos que no podía ser porque querían tener la iglesia para ellos durante siete días y ahí se celebran misas todos los días, incluso dos al día durante el fin de semana. El uso principal es el religioso”, subrayan. Y es una idea que repiten una y otra vez: los usos litúrgicos tienen preferencia sobre todo lo demás, pues para ellos fueron concebidos estos edificios. “Pero no es un no, proponemos más alternativas”, matizan. ¿Cuáles? Entre ese abanico de opciones, está la iglesia de San Juan Bautista de Salvatierra-Agurain. “Es mucho más impresionante, mucho más grande que la catedral de Santa María. Mientras que la de Santa María nació como colegiata, la otra apuntaba a catedral. Tiene tres naves”, elogian desde el Obispado. Sostienen, además, que la productora hizo una visita de la mano del párroco y manifestó su satisfacción, aunque todo quedó ahí, en pausa y a la espera de la reunión del 4 de diciembre.
Fue entonces cuando la alcaldesa, en palabras del Obispado, “dijo lo que dijo”. A esas declaraciones se han sumado este mismo miércoles las de Ramiro González, diputado general de Álava. “Las instituciones estamos aportando cantidades muy importantes para el mantenimiento del patrimonio religioso. Estas inversiones son un esfuerzo muy considerable para la sociedad alavesa, y ese esfuerzo debe revertir al conjunto de la sociedad. Tiene que haber un uso religioso, pero también uno cultural”, alegó. El diputado general ha cifrado en 50 millones de euros la cantidad abonada a la catedral de Santa María en concepto de trabajos de rehabilitación y ahora exige que a los “edificios maravillosos mantenidos con dinero público” a lo largo y ancho de la ciudad puedan dárseles otros usos más allá del religioso.
“No vetamos, planteamos nuestras opciones”, se defienden desde el Obispado. “Simplemente vemos las alternativas que hay. Y que haya compatibilidad con los usos litúrgicos, que es lo principal y por lo que tiene que velar el Obispado. Somos los primeros interesados en que el patrimonio religioso se conozca no solo aquí entre los vecinos, sino también en la gran pantalla y en las televisiones. No ponemos ningún veto, pero el propietario tendrá algo que decir”, se escudan.
Todo esto sucede en paralelo a la cesión por parte de la Diócesis de Vitoria de la iglesia de San Francisco de Asís del barrio de Zaramaga para la instalación de un homenaje a las víctimas del tiroteo del 3 de marzo de 1976, que se saldó con cinco asesinados y decenas de heridos. Con la fundación ya constituida para llevar a cabo el proyecto, se estima 2026 —cuando se cumplirán 50 años de la disolución de una asamblea obrera a disparos de la Policía Armada de la dictadura— como fecha de referencia para que se abran las puertas del Memorial.
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