La paradoja vasca: Ayuso no habla de ETA, pero el PSOE, sí

Bilbao —
16 de abril de 2024 22:21 h

0

Isabel Díaz Ayuso llega a la campaña vasca. Prepárense para subirse a la máquina del tiempo y asistir a la resurrección de ETA como asunto de disputa. Sólo ella está dispuesta a seguir esa línea. Los demás la mirarán como si estuviera trastornada. Ni su partido en Euskadi la acompañará. El oasis vasco, dicen algunos. Más de diez años sin terrorismo. La sociedad tiene otras cosas de las que ocuparse y algunas, como la crisis de la sanidad pública, afectan a todos. Pero a ver quién dice a Ayuso de lo que tiene que hablar.

De repente, una entrevista como esas que los candidatos conceden por decenas en campaña cambia el guion. Son los socialistas vascos los que saltan, encabezados por su líder, para atacar a EH Bildu y a su candidato por no llamar terrorista a ETA. Ayuso se mantiene dentro de las necesidades de sus anfitriones, que saben que centrarse en ese pasado sombrío les puede perjudicar en las urnas. La presidenta madrileña hace un ejercicio de disciplina. No puede evitar defender a su novio, pero esa es otra historia.

En un mitin en un hotel de Bilbao ante un grupo reducido de votantes, Díaz Ayuso cumple con lo que el PP vasco le ha pedido, aunque eso haga que dé uno de los discursos más livianos que se le recuerdan. No se trata de anunciar todo tipo de tragedias si Bildu es la lista más votada el domingo, sino de relacionar al PNV con Bildu y el PSOE. “Todas las barbaridades ultraizquierdistas han contado (en el Congreso) con el apoyo del PNV”, dice. Ahí mete dos deducciones de su cosecha que no van a tener mucha salida en el electorado. “El PNV se ha travestido de izquierda. Se ha asustado con las encuestas, pero gobernaría con Bildu de todas las maneras”.

En las dos últimas elecciones, la suma de ambos partidos ofreció una muy holgada mayoría absoluta y al partido de Iñigo Urkullu ni se le pasó por la cabeza pactar con Bildu. A estos últimos, tampoco.

Ayuso tuvo tiempo para hablar de sus cosas, del escenario terrible para la democracia española si su partido no llega a Moncloa cuanto antes. Ahora tiene un interés personal. Atacó al fiscal general por “filtrar” los datos personales de un particular. “Si un ciudadano tiene un problema, se quedará solo. No sólo eso. Todas las instituciones del Estado irán contra ese ciudadano si ese ciudadano es una diana por ser alguien relacionado con un adversario político. A la venezolana”. Este día no tocaba ETA, pero sí Venezuela.

Y todo eso para ocultar “los siete u ocho escándalos diarios” del partido socialista. En una semana, serían al menos cincuenta.

No hablaba de un ciudadano hipotético. Se refería a su novio, que reconoció haber cometido dos delitos fiscales, pero que Ayuso se empeña en defender como si fuera el conde de Montecristo.

El PP vasco sufre las consecuencias de una paradoja. Colocar una posible victoria de Bildu en la primera línea de su mensaje puede fomentar el voto útil y hacer que algunos de sus votantes intenten impedirlo apoyando al PNV en las urnas. De hecho, ese trasiego de votos no ha sido nada extraño en las elecciones autonómicas de años anteriores.

Por eso, cuando le preguntaron en una entrevista a Javier de Andrés, cabeza de lista del PP, qué opinión le merecía el hecho de que Bildu pueda ser la primera fuerza en votos, no le dio mucha importancia: “Bueno, sería relevante para la imagen del PNV, pero yo creo que a efectos del país no va a ser tan grave”.

En otras palabras, meter miedo sobre los votos a Bildu puede dar votos conservadores al PNV. Un mal negocio para el PP.

En el mitin de Bilbao, De Andrés sí habló de Bildu. Las declaraciones de Pello Otxandiano lo hacían inevitable. Pero las mencionó para atacar a los socialistas. Afirmó que es una “hipocresía” y un “escándalo” que el PSOE se indigne ahora con el candidato de Bildu, porque “Pedro Sánchez gobierna precisamente por esa cobardía y bajeza moral” –en relación al apoyo de la coalición abertzale a la investidura de Sánchez– y dio el ejemplo reciente del Ayuntamiento de Pamplona.

Otxandiano escuchó el lunes en la Cadena SER una pregunta que sabía que le podían hacer, si piensa que ETA era un grupo terrorista. La respuesta, incluidas las pausas, no pareció muy convincente: “ETA fue un grupo, eh... armado... Bueno, las consideraciones o las denominaciones pueden ser diversas. La violencia del Estado también puede tener diferentes títulos, pero no creo que esa sea la cuestión”. Insistió en que “ese ciclo” se ha dejado atrás en la sociedad vasca, que “afortunadamente ETA no existe” y que el recuerdo de esa época puede hacerse de forma plural “y basándonos en el respeto a todas las víctimas”.

No se le notaba muy interesado en hablar del tema. La campaña de Bildu incluye dejar atrás esa época negra, pero sin explicar en detalle qué parte de responsabilidad tuvieron los miembros de ETA y los que les apoyaron. La memoria histórica también obliga a preguntarse qué ocurrió en el pasado y de quiénes son las responsabilidades. No sirve con ignorarlo.

Las declaraciones no eran totalmente sorprendentes. Otxandiano ya había dicho antes lo del “ciclo”, una palabra tan neutra que puede significar cualquier cosa. Fueron utilizadas rápidamente por el candidato socialista Eneko Andueza, que vio la pista libre para descartar hasta el infinito cualquier idea de un pacto con Bildu, de lo que por otro lado ya ha hablado varias veces. No hay nada más directo en campaña que convertirla en un asunto personal. “El señor Otxandiano demuestra una vez más que es un absoluto cobarde. Estas declaraciones me parecen de una bajeza moral tremenda”, dijo Andueza. El Gobierno central reaccionó también con dureza contra Bildu y su candidato. “Un desprecio enorme hacia todas las víctimas”, dijo la ministra Pilar Alegría.

En cualquier caso, en una fecha tan cercana como diciembre de 2023, el líder socialista en Euskadi dijo que EH Bildu es un partido “perfectamente democrático”, aunque también en ese momento descartó cualquier acuerdo de gobierno con ellos.

Alberto Núñez Feijóo quiso sacar tajada de la polémica diciendo que hay tres formas de votar a Bildu y que una de ellas es votar al PSOE. Andueza le respondió mentándole a Marcial Dorado, es decir, estaba caliente.

Al igual que en las campañas de 2016 y 2020, el PSE ha insistido en que le resulta imposible aceptar la idea de pactar con Bildu para formar un Gobierno en Euskadi. Bildu sí forma parte de la mayoría de investidura en el Congreso y los socialistas pueden preferir votar a su candidato en Pamplona que a otro de UPN, pero la política vasca es diferente. Por mucho que esas heridas del pasado reciente no sean el centro de la campaña, eso no quiere decir que se hayan olvidado.