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Pintadas y abandono: el lamentable estado de la casa de Bilbao en la que nació Miguel de Unamuno

Al caminar por las siete calles que recorren el Casco Viejo bilbaíno, no es de extrañar encontrar pintadas y graffitis decorando las paredes. Entre los callejones se encuentra la calle de Ronda, conocida por ser “la calle en la que nunca da el sol”, como relatan algunas vecinas de la zona. Menos se conoce que fue en una de esas casas donde nació el escritor y filósofo español Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864 - Salamanca, 1936).

Este año Unamuno ha vuelto a ser noticia al cumplirse 155 años de su nacimiento, que ha coincidido con el estreno de la película de Alejandro Amenábar Mientras dure la guerra. Sin embargo, en la que fuera su casa en Bilbao no queda más que una pequeña placa conmemorativa en la que aparece el nombre de Unamuno. Las pintadas cubren toda la puerta del edificio y es difícil que los transeúntes y turistas que pasean por la zona logren fijarse y puedan admirar que allí fue donde nació uno de los escritores más reconocidos de la historia de España.

“Los que pasan por aquí no saben ni que aquí nació”

“Es una pena. Quitamos las pintadas y al siguiente día vuelven a aparecer”, denuncia Maribel, una de las vecinas del portal 16 de la calle de Ronda, edificio en el que Unamuno nació y que ahora forma parte de un portal de vecinos. “Esto es cosa de la chavalería, no son conscientes de que están destruyendo un sitio que deberíamos cuidar entre todos, los vecinos estamos hartos ya”, lamenta Maribel, quien espera que con las obras en la fachada que tienen pendientes, las pintadas terminen desapareciendo y se cuide más la casa.

“Si te fijas, casi todo el Casco Viejo está lleno de pintadas. No podemos olvidar que Unamuno no es una figura muy idolatrada por algunos de aquí, porque apoyó a Franco, pero dudo que pintarrajeen su puerta por eso: los que pintan no saben quién fue Unamuno y los que pasan por aquí no saben ni que aquí nació”, asegura una de las vecinas del Casco Viejo que esperaba junto a otra amiga la salida de una tercera de ese mismo portal.

Al tratarse de una propiedad privada, son los vecinos los que tienen que contratar un servicio de limpieza que se encargue de borrar las pintadas. En los próximos meses planean hacer una reforma de la fachada del edificio, que actualmente se encuentra entre dos negocios: una frutería y una tienda de ropa. Esperan así que la imagen de su casa, que años atrás fue la del propio Unamuno, pueda contar con un estado digno y se conmemore la memoria del escritor.