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“La historia imprime carácter y Barakaldo es de izquierdas, es socialista”

Alfredo Retortillo (Zürich, 1965) ha sido consejero de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno vasco hasta febrero de este año. Cargo que abandonó para liderar la lista del PSE-EE al Ayuntamiento de Barakaldo en las elecciones municipales del 26 de mayo. Barakaldo es el municipio más grande de los que componen la Margen Izquierda, un escenario estratégico para una reconquista socialista, debido a que a lo largo de los años la Margen Izquierda y su cercana Zona Minera han sido el caladero tradicional de votos de los socialistas en Bizkaia.

Retortillo lo tiene claro: “Barakado es socialista, como lo es el conjunto de la Margen Izquierda”. Lo dice a sabiendas de que aunque en la anterior legislatura se quedaron a pocos votos de superar al PNV, en las elecciones generales vencieron al partido jeltzale tanto en Barakaldo como en Sestao, lo que supone un impulso para los socialistas vascos de cara a estas municipales.

¿Qué sintió al dejar el Gobierno vasco para ser candidato de su propia ciudad?

Pues ha habido gente que me decía 'pero como sales de un puesto de consejero' cuando en todo caso es al revés, uno empieza en la política municipal y luego aspira a posiciones en el Gobierno vasco, por ejemplo. Yo el primer salto que he dado a la política activa ha sido al gobierno. Ha sido una bonita experiencia y cuando se me propuso el presentarme como candidato a alcalde aquí, en Barakaldo, pues la verdad es que no veía eso de cambiar de un lado a otro. Nací en Suiza y vine con ocho años. Independientemente de los cambios que he dado en mi vida, he vivido siempre en Barakaldo. Esa ligazón y el hecho de poder ser alcalde de tu pueblo, creo que es una cuestión muy importante. Puede parecer que es una política menor, pero la política en el corazón de la ciudad es política de primer nivel.

En 2015 el PSE-EE perdió la alcaldía de Barakaldo por apenas medio centenar de votos. ¿Considera que estas elecciones lograrán vencer al PNV?

Yo me presento para eso. Me presento para ganar. No me presento simplemente a las elecciones, me presento para acceder a la alcaldía de Barakaldo. No solamente por el hecho de ganar, entre otras razones porque creo que Barakaldo necesita un empuje, necesita un impulso, necesita situarse en las claves de lo que son las ciudades en el siglo XXI. A Barakaldo en Euskadi creo que no se le ha tratado con justicia. No se le ha tratado con justicia en el sentido de que es la cuarta ciudad de Euskadi. Tenemos un área metropolitana importante a desarrollar en el conjunto de la ría y creo que en demasiadas ocasiones hay un bilbaocentrismo a la hora de destinar los recursos por parte de las instituciones. A veces eso parece que no se percibe. Es la primera ciudad detrás de las capitales, a parte por la importancia que Barakaldo ha tenido durante muchísimas décadas al aportar riqueza y actividad al conjunto de Bizkaia y al conjunto de Euskadi.

No ha habido un apoyo suficiente y en muchas ocasiones se ha bajado. En demasiadas ocasiones hay un bilbaocentrismo que destina los recursos hacia una versión que a mí me parece de mirada corta porque para competir en el mundo necesitas una urbe metropolitana con mucho más músculo. Y desde ese punto de vista, siendo además Barakaldo como es la población más grande de toda esta comarca, pero también de Bizkaia detrás de la capital, pues aspiro a situar a Barakaldo como proyecto en esa dirección.

¿Cree que el PNV ha potenciado de alguna forma ese bilbaocentrismo del que habla?bilbaocentrismo

Sí. No hay una visión del conjunto de lo que es la ría. Seguimos teniendo una ría sin puentes, una ría que parece más una herida que separa en lugar de ser una vía que tendríamos que aprovechar para articular un área metropolitana digna de tal nombre y capaz de competir en lo que va a ser el siglo XXI, un siglo de ciudades. Como Londres, Berlín, París, ciudades que tienen un río. El río lo que hace es articular una gran área metropolitana. En este caso hay una visión. Y sí, yo creo que es en gran parte deuda de los responsables no de ahora sino de larga tradición de historia. Una visión de corta mira centrada en Bilbao y el resto de poblaciones casi como si fueran subsidiarias. Por ejemplo el BEC acaba dando la impresión de que se coloca más porque no hay terreno en Bilbao o el terreno de Bilbao se quiere aprovechar para otras cosas, en lugar de estar pensando en desarrollar Barakaldo. Se coloca eso, pero no se destinan recursos a desarrollar ese área de Barakaldo en otra dirección.

¿Por qué considera que la Margen Izquierda dejó de ser socialista?

Yo no creo que haya dejado de ser socialista, de hecho los resultados de las elecciones generales demuestran que, en general, en la Margen Izquierda y en la zona minera se ha producido una recuperación del voto socialista. La lucha por los derechos de la gente que menos tenía y más sufría en la época del progresivo desarrollo industrial de esta comarca está ahí. Recuerdo haber visto algún estudio que comparaba las elecciones del 36 con las primeras elecciones democráticas y había un reflejo casi automático, donde habían sido más fuertes unas fuerzas u otras y volvían a ser más fuertes. Yo creo que la historia imprime carácter y que Barakaldo es de izquierdas, Barakaldo es socialista, como lo es el conjunto de la Margen Izquierda. Otra cosa puede ser el desgaste después de muchos años. Y, además, habiendo pasado por momentos malos, con ese cambio económico que fue un cambio económico global, que fue la primera visión de la globalidad aunque entonces no éramos conscientes de ello. Lo que fue la transformación de las industrias siderúrgico metalúrgicas, el peso que habían tenido, y la competencia de otros países productores que impactó de manera muy dura sobre eso y que trajo consigo deterioro urbano y pérdida de puestos de trabajo, etc. De ahí viene el desgaste y la legítima crítica a la gestión de unos o de otros.

¿Cómo describiría el papel del PNV al frente del Ayuntamiento de Barakaldo?

Barakaldo ya no es el Barakaldo que era. Barakaldo ya es una ciudad diferente a como era en la década de los setenta, en el tiempo de bonanza y luego la década de los ochenta. En las décadas de los 80 y 90, incluso en las épocas de bonanza por producción de riqueza, Barakaldo tenía un tono gris, humos y contaminación. El deterioro industrial o la pérdida de empuje de ese sector industrial y económico repercutió en términos de degradación o de pérdida de fuerza económica en la comarca y, en concreto, en Barakaldo. Hasta finales de los noventa superado ese impacto las prioridades eran distintas La primera era invertir económicamente en toda esa gente que estaba perdiendo puestos de trabajo y en los sistemas de prejubilación. Esa era la prioridad en ese momento, pero a finales de los noventa y en la primera década del siglo XXI, ayuntamientos que estaban liderados por alcaldes socialistas emprendieron una renovación urbana importante. Y poco a poco llevó a Barakaldo a ser una ciudad distinta, que abandonaba el gris y que se convertía en una ciudad que aspiraba a recuperar vigor en este siglo XXI.

Ahora, estamos en un momento distinto. Ya en esta legislatura pasada en el nivel municipal hemos vuelto a recuperar la senda del crecimiento, se han vuelto a generar ingresos públicos y en ese sentido hay una especie de bloqueo, de una falta de proyecto y, por lo tanto, una falta de visión global de la ciudad. Ha habido parches o arreglos o cosas puntuales respecto de algunos elementos, pero falta un proyecto, no se ha emprendido ninguna remodelación importante de los barrios y las zonas que aún quedaban por desarrollar. En ese sentido me parece que la legislatura anterior ha sido un tiempo perdido.

¿Cuáles serán sus retos si se convierte en el próximo alcalde de Barakaldo?

Más que retos, yo establezco una serie de ejes en ese proyecto de ambición de recuperar brillo para Barakaldo. Hay respuestas que tienen que ser inmediatas por algunos problemas que se han evidenciado en la legislatura pasada. Por ejemplo, he insistido mucho en el tema de la seguridad. Es verdad que en términos globales algunas estadísticas dicen que la media de delitos ha descendido, pero hay algunos delitos que son graves y que, además, repercuten de manera directa en la vida cotidiana de los ciudadanos, que se han incrementado fuertemente, como son los delitos contra la libertad sexual o como son los robos con fuerza en domicilios.

En general, es un problema de esa progresiva concentración de las poblaciones en entornos urbanos en la medida en que haya zonas subsidiarias de la ciudad. Lo que se genera en estos tiempos de desigualdad es una desarticulación de la ciudad que repercute en un incremento de la delincuencia. Este es un elemento al que hay que responder, por eso he presentado una propuesta que, sobre todo, lo que busca es un modelo policial de proximidad, un modelo más descentralizado y que tenga presencia en los barrios.

Más cercano en el sentido de que proponemos son oficinas de seguridad ciudadana en los barrios. En un principio, planteamos tres oficinas de Seguridad Ciudadana que tendrían apertura constante al público y nuevas patrullas que hicieran vida profesional en el barrio de manera que hubiera un contacto mucho más próximo y directo con su entorno, con los vecinos y con los comercios o los negocios que pueda haber en ese barrio. Además, hay otras cuestiones como el urbanismo, con una intervención urbanística próxima porque la situación de las calles afecta directamente a la calidad de vida de los ciudadanos. Urbanísticamente no se trata sólo de grandes proyectos, sino también de aquello que afecta cotidianamente, como la limpieza... porque es la calle que tú usas habitualmente. Dentro de ese mantenimiento, la iluminación también es importante ya que tenemos muchos apagones en distintos barrios.

¿Y entre sus propuestas cuáles destacaría?

Hacer de Barakaldo un Barakaldo más social. Cosa que no significa sólo invertir recursos para responder a las necesidades sociales de la gente sino también en ese sentido de cambio de ciudad para prepararla para éste para este siglo. Es necesaria una reordenación de los Servicios Sociales del Ayuntamiento. Hay problemáticas nuevas que van en crecimiento, nos veremos condenados a un envejecimiento progresivo de la población y también hay que generar un marco de actividad con más oportunidades para los jóvenes, para quienes quieren establecer una actividad comercial o de otro tipo en el municipio.

Para ello hay que preparar Barakaldo para el futuro, no mantener esa posición subsidiaria, no asumir que tenemos un rol de ciudad dormitorio en el que los vecinos y vecinas acaban por ir a trabajar a otros sitios sin generar actividad en el propio pueblo. Una cuestión fundamental me parece también el acceso a la vivienda.

En algunas declaraciones usted ha señalado que no descartaría un acuerdo de izquierdas para Barakaldo. ¿Ese acuerdo incluiría a la izquierda abertzale? ¿Pactaría con EH Bildu para desbancar al PNV del Ayuntamiento?

Yo planteo mis objetivos en la medida que encuentren apoyo en otras fuerzas, sean unas u otras no tengo inconveniente en articular una propuesta de gobierno. Pero básicamente lo que me parece importante es esta cuestión de recuperar Barakaldo para la izquierda porque Barakaldo con el PNV no está gestionado desde la izquierda y yo creo que se nota también en el propio ánimo impulsor de esta ciudad con orgullo propio, más allá de ocupar un lugar secundario o subsidiario de Bilbao. Creo que al final en muchas cosas hay que buscar acuerdos con todos. Estoy convencido de que hay elementos en los que nos podemos poner de acuerdo poniendo los intereses de los baracaldeses y las baracaldesas por delante. Los partidos se pueden poner de acuerdo y en ese sentido la última legislatura ha adolecido de eso, de una falta de poder acordar con otros. En grandes cuestiones no no ha habido acuerdos con el resto de partidos. En un espacio político en el que hay diversidad de opciones hay que tratar de buscar también el acuerdo con más formaciones en aquellos puntos que sean de interés para el conjunto de la ciudad.