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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

El PP posibilita con un voto a PNV y PSE-EE mantener la Diputación de Gipuzkoa tras la victoria de EH Bildu

Alberto Núñez Feijóo había hecho 'spoiler' en el 'El Hormiguero' en la noche de este miércoles. Por mucho que el PP de Gipuzkoa quisiera mantener la tensión hasta el final y llegara a reclamar un puesto para dirigir Deportes, la sesión de investidura en las Juntas Generales no ha tenido emoción y ha convertido a la candidata del PNV, Eider Mendoza (Azpeitia, 1974), en la primera mujer en la historia en ser diputada general, tanto en su territorio como en Euskadi, ya que hasta la semana que viene no lo será su compañera de partido Elixabete Etxanobe en Bizkaia. Ganó las elecciones forales de mayo con claridad la EH Bildu de Maddalen Iriarte, pero el apoyo del crecido PP de Mikel Lezama -aunque al final haya sido con uno solo de sus tres votos- ha permitido a la coalición de PNV y PSE-EE retener el poder, como antes sirvió para lograr la presidencia y la vicepresidencia del propio Parlamento foral.

Con un discurso mayoritariamente en euskera y que ha arrancado con una cita a José Saramago, Mendoza ha destacado que la fórmula de PNV y PSE-EE ha permitido en los últimos ocho años solventar problemas “graves” que heredó la Gipuzkoa dirigida por EH Bildu entre 2011 y 2015. En estas dos legislaturas Mendoza ha ocupado varios cargos hasta llegar a ser el relevo natural de Markel Olano, quien antes también había sido diputado general de 2007 a 2011.

La nueva diputada general ha enfatizado que PNV y PSE-EE lograron 157.056 votos, casi la mitad del total. Y ha recordado a EH Bildu que pudo ganar pero que ella ha sido la “única” de articular acuerdos entre “diferentes” y “sólidos” para dotar de estabilidad a Gipuzkoa de cara a la legislatura 2023/2027, la duodécima. “Formaré el Gobierno que Gipuzkoa necesita: un Gobierno que tenga una mirada a largo plazo, progresista en lo social, innovador en lo económico y cercano en la forma de hacer las cosas”, ha manifestado. Mendoza ha reivindicado el pacto con los socialistas y ha prometido desarrollar con fidelidad “desde el minuto uno”. Sin embargo, no ha orillado que la abstención es cada vez mayor. “Los datos de participación en las elecciones forales del pasado 28 de mayo también nos obligan a mirar en esta dirección. El distanciamiento entre la ciudadanía y las instituciones, la falta de confianza en la política. Es una realidad que nos afecta a todos en cuanto afecta a los fundamentos de la propia democracia”, ha manifestado.

La coalición de Gobierno se cerró también en la tarde anterior a la investidura. Es un pacto a dos, sin el PP, aunque con la consciencia de que sin los apoyos 'populares' el bloque de la izquierda, con EH Bildu aliada con la coalición Elkarrekin, tenía las de ganar en las votaciones de investidura. El nuevo gabinete será necesariamente diferente, porque lo encabezará otra persona y además por vez primera una mujer. Y porque de la parte socialista se caerá Rafaela Romero, que ahora es candidata a las generales. Sin embargo, el reparto de áreas se antoja muy similar, aunque el PSE-EE ha indicado que podrá ganar algo de peso en segundos niveles de la Administración. En total, la diputada general ha enumerado “trece objetivos” como ejes básicos de ese pacto de coalición. Más allá de Gipuzkoa, se ha referido a las incertidumbres que genera la guerra en Ucrania y la situación de Rusia, el avance de los populismos o -sin dar nombres- los pulsiones recentralizadoras que llegan “desde el sur del Ebro”.

“El mío no va a ser un mandato de despachos. Tenemos 1.459 días por delante para llegar a todos los rincones del territorio. Ésa será la primera tarea que encomendaré a mi equipo: llegar a todos los rincones [...]. Tengo intención de visitar los 88 pueblos, sean pequeños o grandes”, ha manifestado. Y, citando una de las grandes competencias forales junto con la fiscalidad, las políticas sociales, ha lanzado otra promesa también: “Visitaré las 65 residencias de mayores”. Y ha finalizado en euskera: “Tiendo la mano con honestidad para, juntos, mejorar y fortalecer el proyecto. Por Gipuzkoa. Por los guipuzcoanos. Y por nuestro país”. Olano ha observado con detalle toda la intervención todavía desde el escaño que ha ocupado en los últimos años y el PSE-EE, de la mano de José Ignacio Asensio, también ha compartido la necesidad de la “continuidad” del trabajo de las dos anteriores legislaturas.

Iriarte, aunque ha formulado sus propuestas para gobernar, era conocedora de inicio del resultado final. De hecho, ya se visualizó la mayoría alternativa desde la misma composición de la Mesa, en la que la suya quedó relegada a tercera fuerza en el reparto de asientos en el órgano de gobierno de la Cámara. Iriarte, que ha sido siete años la jefa de la oposición en el Parlamento, ha asegurado que la ciudadanía habló “claro” en las urnas y le dio a ella la función de “guiar” las instituciones forales. Más clara ha sido la compañera de Iriarte Estitxu Elduaien. “Nos entristece que PNV y PSE-EE hayan negociado con el reaccionario PP. Y se hace en un tiempo en que como pueblo tenemos cada vez más retos y cuando el trabajo compartido entre quienes creemos en este pueblo es imprescindible”, ha señalado desde la tribuna durante los turnos de réplicas. En la misma línea, desde Elkarrekin, Miren Echeveste, ha considerado que ha operado un “tripartito ultraconservador”

El PP ha seguido una estrategia de mantener la tensión hasta el final aunque el resultado estuviera decidido más arriba de Gipuzkoa. De hecho, en la primera votación ha habido un empate entre Mendoza e Iriarte porque el PP no ha votado a ninguna de las dos. En la segunda, solamente uno de los tres apoderados del equipo de Lezama ha apoyado a la candidata del PNV. Ha sido suficiente para completar el guion preescrito por Núñez Feijóo en 'El Hormiguero'.