La consejera de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José, y el director del Instituto de la Memoria (Gogora), Alberto Alonso, han visitado este miércoles el Memorial de víctimas del terrorismo, un organismo del Gobierno central con sede en Vitoria. El encuentro forma parte de los cambios simbólicos que el PSE-EE está queriendo introducir en las políticas de memoria desde que asumió esa cartera dentro de la coalición con el PNV. De hecho, la consejera ha expresado textualmente que el organismo autonómico, Gogora, no puede estar “aislado”, que “es preciso impulsar relaciones con las diferentes instituciones y organismos” y que toca explorar “zonas de encuentro” entre ambos organismos, aunque su objeto no es exactamente el mismo.
Gogora gestiona las políticas de víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura y también las de la violencia policial, además del terrorismo de ETA, del GAL y de otras organizaciones. El Memorial es exclusivo para casos de terrorismo de cualquier origen, incluido el yihadismo. Fuentes del Gobierno vasco destacan lo novedoso del encuentro -“forma parte de una nueva forma de trabajar: abrir Gogora a la sociedad y tender puentes que nos permitan crear sinergias y evitar redundancias inexplicables”, ha llegado a decir San José-, pero desde el Memorial estatal recuerdan que hubo algunas “actividades en común” en pasadas legislaturas cuando Aintzane Ezenarro era la directora de Gogora. Eso sí, es una evidencia que actos como el décimo aniversario del final de ETA se hicieron separados y de modo paralelo -aquí la crónica de aquella jornada- y que tampoco hay coincidencia en las convocatorias del Día de la Memoria, una conmemoración anual en noviembre.
La reunión entre San José y Alonso con el director del Memorial, Florencio Domínguez, a la que se ha sumado la delegada del Gobierno español, Marisol Garmendia, ha seguido a una cita entre los equipos técnicos. El Gobierno vasco quiere ahora “fórmulas para un contacto permanente, hasta la posibilidad de abrir líneas de investigación conjuntas en lo que a memoria reciente se refiere”, según ha indicado la consejera vasca. Y ha añadido: “Esta visita [...[ forma parte de una nueva forma de trabajar”.
“Desde el Gobierno de España estamos encantados de poder compartir la tarea de aunar esfuerzos y transitar por el mismo camino y de dar inicio una etapa de absoluta colaboración que hasta ahora no la ha habido. Podemos compartir proyectos e iniciativas y en eso nos vamos a empeñar. Nuestra tarea como servidores públicos es facilitar puentes de entendimiento y de colaboración”, ha señalado Garmendia en unas declaraciones que, curiosamente, ha distribuido el Ejecutivo vasco.
San José ya explicó en el Parlamento Vasco que quería matizar las políticas de memoria del PNV. Apuntó la necesidad de dotar de más “rigor histórico” a los trabajos y planteó reformas legales para sancionar el enaltecimiento de ETA como se hace con el del franquismo. Los nacionalistas avisaron de que esta segunda medida no estaba acordada en el pacto de coalición y, de hecho, no figura en el reciente calendario legislativo. Las fricciones por el cambio de PNV a PSE-EE al frente de esta cartera se han extendido también a EH Bildu en el proceso de designación de expertos para el consejo de dirección de Gogora. Este organismo, hasta ahora, era el único espacio memorialístico que ha sido capaz de sentar a todas las familias políticas tras el final de ETA.
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