El líder del PSE-EE, Eneko Andueza, ha reafirmado este jueves en el Parlamento Vasco que su partido ha acordado con el PNV dar cauce a la ley de Educación a cambio de mantener los modelos lingüísticos, es decir, de que las familias puedan elegir entre el A en castellano, el B mixto y el D en euskera como ocurre desde 1983. Aunque así consta en una enmienda conjunta firmada por ambos partidos del Gobierno, que mantenían diferencias sobre la materia, el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, matizó a las 24 horas de que se acordara esa redacción que ese marco estaba “superado” e incluso no garantizó la continuidad del A en tanto no garantiza el nivel de salida B2 fijado como mínimo para ambas lenguas oficiales al término de la etapa obligatoria. De hecho, se agarró más a otra enmienda que da dos años al Gobierno para hacer un análisis y redefinir el uso de las lenguas en la enseñanza.
“Si nosotros incorporamos esa enmienda y hemos hecho mucho esfuerzo precisamente es para que se mantengan los modelos y que, amparados en esos modelos, los centros escolares puedan desarrollar sus proyectos lingüísticos. Desde luego, si hemos puesto mucho empeño en que se mantengan los modelos es precisamente para no movernos de ahí. No sé, quizás el que haya hecho una interpretación errónea ha sido el propio consejero”, ha ironizado en la Cámara a preguntas de los periodistas. El dirigente socialista ha asegurado que el propio lehendakari, Iñigo Urkullu, ya dejó claro en qué consistía el acuerdo. “Sí, los modelos se mantienen. Lógicamente. Para nosotros era muy importante dar la oportunidad a los padres para que de alguna manera tuvieran libertad para elegir los diferentes modelos y que no existiera -o que no fuéramos- hacia un único modelo. Y eso se ha garantizado gracias a la enmienda que hemos pactado. Por lo tanto, creo que no caben otras interpretaciones”, ha recalcado Andueza.
Bildarratz, tras solventar las discrepancias en el seno del Gobierno, buscó en lo dialéctico un equilibrio para no ahuyentar a EH Bildu, que demanda superar ese marco y caminar hacia un modelo único con el euskera como eje. Desde el inicio, se pretendió que la ley saliera con un amplio consenso y, perdida ya la opción de pacto con Elkarrekin Podemos-IU, ahora el PNV busca mantener un mínimo entendimiento con la coalición abertzale, con la que lleva dos años y medio negociando y es la principal fuerza de la oposición. De hecho, el dirigente Joseba Egibar llegó a hablar de “fracaso” si la ley no salía con esos apoyos.
Andueza ha quitado hierro a una posible ruptura con EH Bildu y ha recordado que el Ejecutivo actual, de PNV y PSE-EE, tiene mayoría absoluta en la Cámara. “Las mayorías están para aplicarlas. A partir de ahí, lógicamente, vamos a hacer un esfuerzo no sólo para obtener el apoyo de [EH] Bildu sino, por supuesto, también el de Elkarrekin Podemos-IU y, si fuera preciso, también de otros grupos parlamentarios”, ha señalado Andueza, equiparando a EH Bildu con las formaciones que han presentado enmiendas de totalidad, es decir, que ya han adelantado su 'no' a la ley.