Majida Maayouf, de salir de Marruecos para cumplir su sueño de ser atleta a lograr el récord español en una maratón
Para la corredora, que tras 12 años residiendo en Euskadi solicitó hace dos la nacionalidad, el ser española le ha “abierto muchas puertas”. “Cuando era marroquí no tenía ningún derecho”, lamenta
Para ir al colegio en Brarha, una comuna rural de la provincia de Taza, en Marruecos, Majida Maayouf (Barha, Marruecos, 1989), tenía que cruzar cuatro kilómetros andando. Pronto se dio cuenta de que le parecía mucho más divertido correr esa distancia, por lo que, decidía retrasar su salida de casa para tener la excusa perfecta para ir corriendo. Así comenzó la atleta que acaba de hacerse con el récord nacional de maratón en Valencia la carrera por su sueño: ser olímpica.
Un sueño que cada vez ve más cerca, puesto que su marca en el maratón de Valencia la ha catapultado a los Juegos Olímpicos de París. A pesar de ello, Maayouf, que lleva asentada en Euskadi desde los 12 años, los últimos de ellos en Salvatierra-Agurain (Álava), no olvida sus orígenes en una familia humilde marroquí, ni su llegada a España, donde tuvo que compaginar su pasión por el atletismo con un trabajo que le permitiera subsistir. “Recuerdo que en 2019 me inscribí al Campeonato de España de Cross en Cáceres y el día anterior salí del trabajo a las 21.30. Llegué a Cáceres a las 03.00 y a las 09.00 era la salida. Lo hice bien, pero no logré el resultado que yo quería. Recuerdo que lloraba sin parar porque veía cómo otras personas podían correr bien y yo tenía que correr sufriendo. Ahí fue cuando me di cuenta de que si quería correr tenía que dejar de trabajar. Al principio fue una decisión difícil, pero sin duda fue la correcta. Viendo donde estoy ahora agradezco haber sido valiente”, confiesa a este periódico.
¿Cuándo supo que quería ser atleta?
Siempre me ha gustado correr. Cuando era pequeña, mi casa estaba a cuatro kilómetros del colegio y me gustaba ir a última hora para poder ir corriendo hasta allí. A los 12 años empecé a hacer pruebas escolares en el instituto y recuerdo que siempre quedaba entre los mejores de la clase, superando a la mayoría de chicos. Después de una de esas pruebas un profesor me dijo que lo hacía muy bien y que me apuntara a un equipo de atletismo. Y así lo hice.
¿Cómo recuerdas tu infancia en Marruecos?
Mi infancia fue algo dura. Éramos ocho hermanos y mi padre trabaja, pero a veces no tenía trabajo. Por eso no pude tener muchas cosas. Cuando empecé a destacar corriendo me llamaban para carreras y tenía que viajar. Recuerdo que me hacía mucha ilusión ganar medallas. El problema fue que me puse enferma y tuve que dejar de correr durante cinco años. Fui a la universidad, pero sin dejar de lado mi gran sueño: ser atleta olímpica. Por eso decidí viajar a España, porque en Marruecos no tenía los medios suficientes para poder tratar y curar mi enfermedad.
¿Qué enfermedad tuvo?
Anemia severa, prácticamente se volvió crónica. No podía correr porque me ahogaba y me desmayaba. Me hacía sentir muy mal. En España empecé un tratamiento y estoy mucho mejor, si me hubiera quedado en Marruecos no creo que me hubiera recuperado.
Me puse enferma y tuve que dejar de correr durante cinco años, por eso me marché a España para curarme
¿Cómo es el día a día de un atleta?
Como soy madre, lo primero que hago es preparar el desayuno de la niña, aunque lo cierto es que cada vez es más independiente. La llevo al colegio y me voy a entrenar. Luego descanso y por la tarde vuelvo a entrenar. Después recojo a la niña de clase y si toca, vuelvo a entrenar. Esa es mi rutina y me encanta.
¿Cuántas horas entrena al día?
Entreno una media de dos veces al día, lo que suelen ser unas dos horas y media. A veces más, otras menos. También depende del tipo de entrenamiento que tenga.
¿Cuáles han sido las mayores dificultades que ha tenido que superar para llegar a donde está?
Muchísimas. He pasado por muchas cosas. Llegar a España fue difícil porque al principio tuve que trabajar para poder mantenerme. Tenía que pagar cosas imprescindibles como el alquiler o la comida y trabajaba en una tienda deportiva y entrenaba a la vez. Terminaba el día con mucho dolor de piernas y no me permitía mejorar. Recuerdo que en 2019 me inscribí al Campeonato de España de Cross en Cáceres y el día anterior salí del trabajo a las 21.30. Llegué a Cáceres a las 03.00 y a las 09.00 era la salida. Lo hice bien, pero no logré el resultado que yo quería. Recuerdo que lloraba sin parar porque veía cómo otras personas podían correr bien y yo tenía que correr sufriendo. Ahí fue cuando me di cuenta de que si quería correr tenía que dejar de trabajar. Al principio fue una decisión difícil, pero sin duda fue la correcta. Viendo donde estoy ahora agradezco haber sido valiente.
¿Se puede vivir del atletismo?
Es difícil. Yo pude dejar mi trabajo porque mi marido me ayudó económicamente al principio. Fue duro tener que sacar adelante a la familia con una única fuente de ingresos. Vivíamos con lo justo porque para ser una atleta profesional tenía que viajar a las competiciones y tenía grandes gastos en masajes o material. Ahora me va muy bien porque he conseguido un patrocinador y un equipo, pero los inicios son complicados.
¿Cambia el hecho de ser mujer u hombre a la hora de conseguir ingresos como atleta?
No. Yo creo que el atletismo es el deporte más pobre del mundo si se compara con otros deportes como el fútbol o el tenis. Yo diría que no hay diferencias entre un género u otro. Lo único que es distinto es que a las mujeres las situaciones familiares o el hecho de ser madres o no les influyen a la hora de llegar a cierto nivel.
En tu caso, eres madre y aún así has conseguido grandes logros como el récord de España en maratón. ¿Cómo lo ha logrado?
No ha sido un camino fácil. He tenido que viajar mucho con mi hija, porque la he llevado siempre conmigo. Ahora va a cumplir 11 años y la verdad es que es un amor, prácticamente lo hace todo y eso me ahorra mucha energía, la verdad.
¿Qué supuso para usted el maratón de Valencia?
Ha supuesto un gran cambio. Me ha cambiado la vida totalmente. Cuando era marroquí no tenía ningún derecho y ahora que corro como española tengo derecho a todo. Me abrió muchas puertas conseguir ser una atleta española y gracias a eso he conseguido el récord nacional.
A las mujeres atletas las situaciones familiares o el hecho de ser madres o no les influyen a la hora de llegar a cierto nivel
¿Cómo fue su proceso de nacionalizarse?
Ya llevo 12 años viviendo aquí y decidí solicitar la nacionalización hace dos. Cuando llegué a cierto nivel y vi que no tenía las mismas oportunidades que tenían otras atletas, cuando me clasifiqué para los Juegos Olímpicos de Tokyo y no pude ir o me clasifiqué para el Campeonato del Mundo de Maratón y otras competiciones a las que no pude ir, me di cuenta de que en realidad no podía ir por no ser española. Como tengo familia aquí y mi hija nació aquí y, lo cierto es que me siento más de aquí que de ningún otro sitio, decidí pedir la nacionalidad y, aunque tardó un poquito, ha llegado por fin.
En el año 2020 salió a la luz un suceso algo polémico cuando dio positivo por terbutalina, después demostró una justificación terapéutica, imagino que por lo de su anemia. ¿Qué ocurrió?
No fue un positivo. Mi agente y yo hemos decidido no hablar de eso. Está todo correcto y en orden. No tengo por qué volver al 2020.
¿Cómo de importante es la salud mental en los deportistas profesionales?
La mente lo es todo. En mi caso, he pasado por muchas cosas por las que otra persona igual dejaría de correr, dejaría de luchar, pero gracias a que he sido fuerte mentalmente he conseguido llegar a donde estoy ahora. La mente es muy importante.
¿Cuál es su objetivo como atleta?
Llegar hasta donde me lleven las piernas. Tengo que seguir entrenando. De pequeña soñaba con ser olímpica y por fin lo he conseguido. Es un gran resultado, pero también una responsabilidad y una motivación para seguir trabajando.
¿Cómo se siente frente al hecho de que vaya a competir en los Juegos Olímpicos de París?
Pues muy bien, viendo lo que he tenido que vivir y la trayectoria deportiva que he tenido esto para mí es una gran recompensa. Algo realmente increíble que se ha hecho realidad.