Zuriñe Hidalgo, una adolescencia bajo los focos: “Tardé en ser consciente de las violencias que estaba recibiendo”
En la época de los pantalones campana, un año después de que los concursos de cantantes se pusieran de moda tras el éxito de Operación Triunfo, en Euskadi la televisión vasca EiTB adaptaba a su manera el formato con un programa en el que los protagonistas eran menores de 15 años. El programa, Betizu, incluía, además del concurso de canto, programación infantil que supuso un éxito para toda una generación de niños nacidos en los 90.
Una de las imágenes que hizo aquel éxito posible fue la de Zuriñe Hidalgo (Vitoria, 1990), una niña rubia, tímida y con voz dulce que no tardó en conquistar la pantalla con tan solo 12 años. Fue protagonista de uno de los videoclips más reproducidos del panorama cultural vasco, el de la canción 'Lokaleko leihotik', que a día de hoy sigue sonando. Sin embargo, llegar a la fama en aquella época y siendo una adolescente, no siempre fue fácil para ella, que según destaca, a pesar de que no era del todo consciente de ello, sufría discriminación en situaciones que iban desde la forma en la que le vestían, hasta la forma en la que le trataban. “En la tele, a la hora de vestirme, de una manera consciente, escogían un tipo de vestuario, aunque yo quisiera llevar otro o me decían que tenía que usar tacones aunque yo no quisiera”, explica. Décadas después de aquello, la cantante ha seguido ligada a la televisión, donde ha trabajado como presentadora de varios programas y también a la música, como miembro de la banda Hesian, que finalizó su recorrido musical de 11 años durante la pandemia.
Quienes nacieron en los 90 en Euskadi no pueden evitar ligar a Zuriñe Hidalgo con el programa Betizu. ¿Cómo recuerda aquella época?
La recuerdo como si fuese súper lejana, pero cercana a la vez. Es una sensación extraña. Para mí fue el primer paso para atreverme a hacer lo que más me gusta, que es cantar. Tomé la decisión de participar en el programa con 12 años y fue una decisión muy importante, porque yo era una niña muy tímida y a la que le costaba cantar delante de los demás. Sentí el impulso de apuntarme al casting y eso marcó un antes y un después en mi carrera.
En algunas ocasiones ocurre que empezar desde pequeño en la televisión a la larga puede llegar a pasar factura. ¿Le ocurrió a usted?
Sí. Al empezar desde tan pequeña en mi entorno ciertas amigas y amigos no lo entendían y, en ese sentido, fue algo duro para mí. Con esas edades no tenemos herramientas suficientes y cada uno lo lleva como puede. Lo pasé mal sobre todo con mis amigas, pero a la vez estaba ganando nuevas amistades en el programa, así que recuerdo la parte negativa, pero también la positiva que me dio el haber saltado a la televisión.
¿Si hubiese habido redes sociales en aquella época habría sido peor?
Creo que sí. Considero que en aquellos años vivíamos más con los pies en la tierra, que era algo que me decían constantemente mis padres, aunque yo con 12 años no entendía. Me decían que no se me subiera a la cabeza y yo no sabía qué significaba eso. Ahora pienso que ojalá se me hubiera subido un poco a la cabeza y me lo hubiese creído más, porque siempre estaba con mis inseguridades y miedos. Imagino que si hubiera habido redes sociales habría sido peor. Agradezco haberlo vivido sin redes sociales, la verdad.
'Lokaleko leihotik' fue un éxito en su momento y a día de hoy sigue sonando. ¿Cómo fue aquello para ustedes siendo tan pequeños?
Para nosotros era algo muy natural. Incluso hoy en día cuando me preguntan qué es ser un personaje público o famoso creo que como lo he vivido desde muy pequeña y lo he normalizado y naturalizado, para mí es algo muy normal. 'Lokaleko leihotik' fue una canción que supuso un éxito cuando salió, todo el mundo la cantaba y se la sabía y para mí lo más maravilloso es que después de tantos años la canción sigue viva, la siguen tocando en verbenas y poniendo en las 'txosnak' y es algo que me hace mucha ilusión.
Hoy en día le daríamos una vuelta a la letra de 'Lokaleko leihotik', es una canción que tiene ya más de 20 años y hay que seguir cuidando cada mensaje que se lanza
¿Hoy en día se aceptaría esa letra, que por aquel entonces pasaba por infantil, pero que compara a una niña de 12 años con una 'Barbie' que perseguía a un niño 'malote' en moto? ¿Sorprendería escuchar cantar esa canción a los niños de hoy en día?
Fue curioso que Telmo y yo saliéramos en el videoclip, él como un 'malote' y yo con una figura algo más pija. Hoy en día le daríamos una vuelta a la letra. Es una canción que tiene ya más de 20 años y, obviamente, como todo, hay que seguir cuidando cada mensaje que se lanza.
¿Qué considera que debería cambiarse de esa letra?
No lo sé. Igual los roles de género. Hace poco escribí un post actualizando la letra de esa canción y en lugar de escribir “mutil gaizto irudiaren atzean, zerbait badu erakartzen nauena, larruzko jaka eta txima luzeak, etxekoen amets gaiztoena” (“detrás de la imagen de chico malo tiene algo que me atrae, chaqueta de cuero y pelo largo, la pesadilla de los de casa”), escribiría “mutil gaiztoen atzetik ibiltzeaz nekatu den emakumea naiz eta dagoeneko, mutil gaiztoek ez naute erakartzen, nere bizitzan amets gaizto gehiagorik ez dut nahi eta” (“Me he cansado de perseguir a chicos malos, ya soy una mujer y los chicos malos no me atraen, no quiero en mi vida tener más pesadillas”).
Más tarde llegó el grupo de música Hesian, que trajo consigo otro éxito para su carrera artística. ¿Qué supuso para usted el fin de la banda?
Fue un cierre bastante duro y que llegó antes de lo previsto. Teníamos en mente finalizar nuestra trayectoria musical, pero llegó la COVID-19 y nos vimos obligadas a adelantar ese cierre. Sentimos mucha pena porque no pudimos despedirnos como nos habría gustado, con una gira en condiciones y con una despedida que tanto la banda como nuestro público merecían. Fue un final forzado y triste, pero sigo prefiriendo haberlo acabado ahí, con el recuerdo de los buenos conciertos, en lugar de con una gira con el público sentado, las mascarillas y las restricciones. Esa no era la manera de acabar con Hesian. He pasado 11 años, un tercio de mi vida en esa banda y la voy a recordar siempre como uno de los proyectos más importantes de mi vida.
¿No se plantean, ahora que ya no hay restricciones, realizar una gira de despedida?
No. Ahora ya cada una ha tomado su camino. Hay muchas bandas que se enganchan a dejarlo y luego volver, pero para nosotros cerrarlo fue un adiós, cerramos la puerta del todo.
Cuando empecé sentía que tenía que decir a todo que sí para que me volvieran a llamar, pero debes permitirte decir que no cuando realmente no te apetece hacer algo
Durante estos años ha seguido vinculada a la televisión, en concreto, a EiTB. ¿Ha habido algún momento en el que sintiera que ya no podía más?
No, siempre he llevado bastante bien el tema de la exposición y lo he sabido gestionar. He aprendido a priorizar qué es lo que quiero y qué no quiero hacer y a respetarme. Si hay algo que no me apetece hacer o no me llena, no lo hago. He aprendido también a decir que no, porque muchas veces crees que cuando dices que no, se te van a cerrar las puertas para siempre y no te van a volver a llamar. Cuando empecé sentía que tenía que decir a todo que sí para que me volvieran a llamar, pero debes permitirte decir que no cuando realmente no te apetece hacer algo.
¿Alguna vez ha sentido que la televisión o la fama afectaban de alguna manera a su salud mental?
Al principio sí. A los 18 años, las críticas que recibía, sobre todo las destructivas, tenían un impacto directo en mí y me afectaban bastante más. Tuve que aprender a gestionar todo eso. Hoy en día no puedo decir que no me afecta nada, pero he aprendido bastante bien a gestionarlo.
¿Le han llegado a discriminar a lo largo de su carrera por ser mujer?
Sí. Hace unos cuantos años hubiera dicho que no, porque no era consciente de ello. Desde el primer momento en el que te subes a un escenario o a un plató de televisión con un cuerpo de mujer tienes que hacerle frente a muchas cosas. Por desgracia es algo que todavía tenemos que seguir trabajando, porque sigue sin ser lo mismo subirse a un plató o a un escenario con un cuerpo u otro.
¿Qué ha cambiado en esa Zuriñe que antes decía que no había sufrido discriminación y que ahora se da cuenta de que sí?
Que me puse las gafas moradas y empecé a mirarlo todo con otros ojos. Ahí me di cuenta de lo que estaba pasando y, aunque tardé en hacerlo, poco a poco empecé a ser consciente de qué pequeñas o grandes violencias estaba recibiendo. Desde la forma en la que me vestían hasta la forma en la que me trataban. Me ha llegado a pasar que, a pesar de ser la cantante de mi banda, no me consultaban ni podía tomar ninguna decisión sobre temas técnicos, aunque tuvieran que ver con mi micrófono. En la tele, a la hora de vestirme, de una manera consciente escogían un tipo de vestuario, aunque yo quisiera llevar otro o me decían que tenía que usar tacones aunque yo no quisiera. Son cuestiones que siempre han estado ahí A lo largo de los años he intentado abrir camino y hacer todo lo que estuviera en mis manos para que cambiara. De hecho, en el último programa que hemos creado para EiTB, que se llama Vikingak, por primera vez ha sido producido por tres amigas y en los temas que tratamos hablamos sobre la discriminación y todo lo relacionado con ser mujer en un espacio público.
Cuando te subes a un escenario o a un plató de televisión con un cuerpo de mujer tienes que hacerle frente a muchas cosas y, por desgracia es algo que todavía tenemos que seguir trabajando
¿Y por ser joven?
Sí. Me ha pasado muchas veces y llegaba un punto en el que ya me parecía hasta normal. Me han llegado a ofrecer trabajos con condiciones laborales que no eran dignas porque estaba empezando o porque, como me gusta mi trabajo, podía aceptar hacerlo por menos dinero. En esos casos yo les decía que les agradecía la oportunidad, pero que me estaban contratando para un trabajo y ese trabajo tenía que ser remunerado. Son cosas que todavía me siguen pasando.
En estos momentos está en Bali, ¿está realizando algún proyecto allí?
He venido a Bali porque he cogido vacaciones después de un año trabajando sin descanso y, por un lado he venido a descansar, pero también a trabajar en Enraizadas, un proyecto de retiros que llevo con una compañera que se llama Inés. He venido a inspeccionar la zona y ver qué queremos hacer.
¿Qué proyectos más allá de ese retiro tiene previstos a corto y medio plazo?
Me he prometido a mí misma que este año quiero pensar lo menos posible a largo plazo. Este 2022 ha sido maravilloso, pero a la vez agotador, porque se me han juntado muchas cosas, así que 2023 me lo quiero tomar con más calma.
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